miércoles

El museo Benlliure suma 160 visitas en dos días tras el robo del sorolla

Hola bloggeros,

es una lástima que este magnífico museo haya tenido que mostrarse a la luz pública por tan lamentable incidente. También lo es el hecho de que ahora la gente acuda en masa solo para ver donde estaba el cuadro robado, cuando durante el resto del año el museo recibe unas pocas visitas y no despierta ningún interés en aquellas personas que se acercan ahora a "cotillear". El morbo y la curiosidad humana por este tipo de asuntos no tiene límite. En fin...

Saludos...
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¿En qué lugar estaba el cuadro robado? Esta ha sido la pregunta más repetida en el Museo Benlliure durante este fin de semana. Muchos de los visitantes se adentraban en la sala Sorolla, donde hasta el pasado viernes estaba colgada la tablilla 'El santero de la cofradía', en busca de algún rastro o señal de la pieza que desapareció el 9 de abril. Querían conocer 'in situ' el lugar del crimen, mejor dicho, del delito. Pero los curiosos sólo han encontrado dos alcayatas en la pared de color salmón que hasta hace tres días sostenían la obra desaparecida.

El interés por el robo de la pieza que Sorolla regaló a José Benlliure en 1913 ha multiplicado las visitas a la pinacoteca municipal. Si el día de autos sólo 16 personas se acercaron a la calle Blanquerías número 23, el sábado fueron 98 los interesados en conocer la casa de la saga de artistas Benlliure: 42 por la mañana y 56 por la tarde.

El museo municipal, que hoy también abre sus puertas hasta el mediodía, registró 62 visitas durante la jornada de ayer: 55 personas por la mañana y otras siete por la tarde, según los últimos datos de la pinacoteca.

Todos los asistentes, como sucedió el 9 de abril, han quedado registrados por las 20 cámaras de grabación. Éstas no supusieron ningún obstáculo para los responsables del hurto. No los ahuyentaron. Fuentes municipales defendieron este dispositivo como «uno de los más avanzados». Este sistema de grabación está en funcionamiento desde hace un mes, dado que las cámaras «se renovaron» para ganar en seguridad.

Sólo queda un sorolla

En la majestuosa casa, los visitantes pueden observar más de 200 obras de arte, pertenecientes a José Benlliure (lienzos, apuntes y tablas); de Peppino Benlliure y de Muñoz Degrain o Rusiñol. La única pieza del autor de 'Visión de España' que ahora atesora el centro cultural es 'Marina'. Se trata de un paisaje marino de Sorolla que también fue un regalo a la familia; de hecho, en su extremo inferior derecha tiene la inscripción: «A mi amiga Ángeles».

Ni 'Marina' ni 'El santero de la cofradía' disponen de anclajes de seguridad o de alarmas que se activen al tacto. La desaparición de la tablilla del pintor valenciano, de 19,5 x 13 centímetros, ha evidenciado la protección de los fondos del museo Benlliure.

Las piezas se exponen, en la medida de lo posible, tal y como figuraban mientras vivía José Benlliure. Se ha respetado su distribución y el mobiliario de las salas con el fin de no desvirtuar el carácter retrospectivo y testimonial que mantiene este museo memorial. Los estudios de José y Peppino se conservan con el abigarramiento que dispusieron sus originales propietarios, y en ellos también se dispone de un amplio abanico de colecciones de cerámicas, tejidos, armas, instrumentos musicales, libros y antigüedades.

La casa, que tiene un magnífico y agradable jardín en el patio interior, recrea el estilo de vivienda burguesa de principios del siglo XX de una familia valenciana.

Fuente: Las Provincias

viernes

Una mirada al arte de la dinastía y la tradición valencianas

Buenas tardes,

os animamos a que disfrutéis de dos propuestas culturales de lo más interesantes para este fin de semana-puente que se avecina. Dos exposiciones que profundizan en la historia de San Francisco de Borja y el Tribunal de las Aguas de Valencia en el Museo de la Ciutat y en l'Almoina.

Si os quedáis por la ciudad aprovechad que hace buen tiempo y disfrutad de estas dos magníficas exposiciones.

Saludos y buen fin de semana...
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Como si se tratara del concurso 'Pasapalabra', con la 'b': nombre de una ilustre familia valenciana cuyos miembros representaron las máximas cotas de poder económico, político y religioso desde el siglo XV al XVIII. ¿Otra pista? Mario Puzo, el autor de la saga literaria 'El Padrino', abordó la historia de este linaje, originario de Xàtiva, en una novela publicada en 2001 bajo el título 'Los Borgia. La primera gran familia del crimen'.

Ya no hay dudas. Los Borja es la dinastía valenciana por excelencia. De ella destacan los papas Calixto III y Alejandro VI, y sobre todo, San Francisco de Borja, marqués de Llombai y duque de Gandía, luego jesuita y tercer general de la Compañía de Jesús.

Sobre este último Borja, el Museo de la Ciudad inauguró ayer la exposición 'Estampas de Santidad. San Francisco de Borja y los santos españoles de su época'. La muestra se nutre de lienzos, grabados y piezas religiosas procedentes de una decena de instituciones (Seminario de San Carlos Borromeo de Zaragoza, el Museo de Bellas Artes de Valencia, el Palacio Ducal de Gandía, la catedral metropolitana de Valencia, Fundación Don Álvaro de Luna, entre otras). El comisario Wifredo Rincón defendió que la muestra pretende «aproximarse al entorno íntimo» de este religioso.

Así, en el museo de la plaza del Arzobispo se puede contemplar un relicario que contiene una carta de San Francisco de Borja al emperador Carlos I. «Es una carta desconocida», según Rincón, quien apuntó otra pieza inédita de la exposición: una escultura en plata de San Ignacio de Loyola. Esta obra es la primera vez que abandona el Real Seminario de San Carlos Borromeo de Zaragoza para exhibirse en Valencia, según el comisario.

Otras obras imprescindibles de la exposición son dos óleos de Francisco de Goya titulados 'San Francisco de Borja se despide de sus hijos' y 'San Francisco de Borja y el moribundo impenitente'.

La muestra se distribuye en tres bloques. En el primero de ellos, Los Borja, se hace una referencia a la huella de esta ilustre familia valenciana. Esta sala está dominada por el escudo de la dinastía y por cinco esculturas en bronce de Manuel Boix. En la segunda disposición, La santidad en torno a Francisco de Borja, se pone de manifiesto la relación que el religioso tuvo con algunos de sus coetáneos, tanto antes de su ingreso en la Compañía de Jesús como después. En esta zona se exhiben lienzos, piezas de orfebrería, esculturas y grabados de Santo Tomás de Villanueva, el patriarca San Juan de Ribera, el beato Nicolás Factor, San Ignacio de Loyola y San Luis Beltrán, entre otros. Mención aparte merece, a juicio del comisario, la relación que mantuvo con Santa Teresa de Jesús con la que se citó en dos ocasiones en Ávila. «San Francisco de Borja recomendaba a la religiosa que practicará más la comunión», aseguró Rincón.

El tercero de los bloques, Estampas de Santidad. San Francisco de Borja y los santos españoles de su época, se dedica al religioso jesuita. A través de una serie de pinturas de los siglos XVII y XVIII se pone de manifiesto la imagen del santo Borja, tanto como noble, como después de su ingreso en la Compañía de Jesús. En esta sala destacan los bocetos que Francisco de Goya realizó para los dos lienzos de la catedral de Valencia, cuyo retablo aparece centrado por una pintura del valenciano Mariano Salvador Maella, también presente en la exposición.

25 paneles de agua

A pocos metros del Museo de la Ciudad, se inauguró también ayer la muestra 'El Tribunal de las Aguas de Valencia, 1050 años de justicia en la huerta de Valencia'. A través de 25 paneles, la muestra, organizada por el grupo Aguas de Valencia, celebra la reciente declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco a la institución de justicia más antigua de Europa.
La muestra, que permanecerá hasta el 9 de mayo en l'Almoina e itinerará después por los ayuntamientos y comunidades de regantes que así lo soliciten, supone un recorrido histórico desde sus orígenes a la actualidad, un acercamiento a su funcionamiento interno, un paseo por las referencias de la institución en la obra de artistas valencianos y un vistazo a las personalidades que se han acercado hasta la puerta de los Apóstoles, como el papa Juan Pablo II en 1982, los Reyes de España en 1988 o el Duque de Alba en 1953.

El vicepresidente del Consell, Juan Cotino; el presidente del grupo Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig, y el presidente del Tribunal de las Aguas, Vicente Nácher, acudieron a la inauguración de esta muestra. Al mismo acto de la exposición en torno a la figura de San Francisco de Borja en el Museo de la Ciudad acudieron la concejal de Cultura, Mayrén Beneyto, y el secretario autonómico de Cultura, Rafael Miró.

Como concluye el alguacil ante los regantes en cada sesión de los jueves: «Es quant tenia que dir».

Fuente: Las Provincias

jueves

Un 'celler' del siglo XIII será museo del vino en el centro del Carmen

Buenas tardes bloggeros,

hoy hemos encontrado esta noticia en la web de las Provincias sobre el uso que se le va a dar al celler encontrado hace ya bastantes años, restaurado hace unos cuantos y abandonado hace un par, en pleno barrio del Carmen y muy cerca de la plaza del árbol.

Primero de todo queremos matizar sobre el siglo que se nos indica en el artículo. Según nuestras fuentes se trata de un celler del siglo XIV, no del XIII. Ponemos pues en cuarentena la fecha dada por el diario a la espera que nos la confirmen.

Dicho celler se encuentra ubicado muy cerca de la Torre de la Mare Vella, de la que hablamos recientemente en otro post, y se encontraba en un estado lamentable hasta la fecha (basura, orines, etc...). Tenemos algunas fotografías del estado en el que se encontraba hace cosa de 1 año y en breve las colgaremos en la web.

Mientras tanto disfrutad del artículo y de la oportunidad que tendremos, dentro de no mucho, de disfrutad de un nuevo espacio expositivo en el centro histórico de Valencia.

Saludos...

Restos del celler al comenzar las obras de cimentación de la finca que ocupa hoy día el solar (Foto: Las Provincias)
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A mediados del siglo XIII, entre lo que hoy son la calle Baja y la plaza del Árbol, en el corazón del valenciano barrio del Carmen, ya funcionaba un 'celler' (una bodega), que ahora ha sido recuperado y restaurado, en la medida de lo posible, por el Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA, dependiente de la Generalitat), y que será sede de un museo relacionado con el mundo del vino. El histórico local, ubicado en un semisótano de una nueva edificación, estará bajo la tutela de la entidad Proava, que agrupa a bodegas valencianas y empresas interesadas en la divulgación y promoción de los productos agroalimentarios valencianos. Ayer fue acordada, de palabra, la cesión del uso, pero antes hay que salvar curiosos escollos que plantea la burocracia, empezando por el hecho de que hasta el mismo Ayuntamiento de Valencia se acaba de enterar de que la mitad, más o menos, del antiguo 'celler', es suyo, y, de momento, no lo tiene ni censado oficialmente.

Todo empezó hace unos siete años, cuando, dentro de las actuaciones de rehabilitación del barrio del Carmen, se demolieron viejas casas frente a la plaza del Árbol y se excavó para realizar los cimientos de las nuevas fincas. Como era de prever aparecieron restos bastante antiguos y la Dirección General del Patrimonio Histórico resolvió el mantenimiento de algunos bienes exhumados y su integración en la nueva edificación. Uno de los bienes a proteger fue el 'celler', uno de los más antiguos recuperados en Valencia.

Por entonces, cuando estaban en marcha las excavaciones, pasó por allí el polifacético Eduardo Mestres, presidente de Proava y de 'Els Bodeguers', además de colaborador de LAS PROVINCIAS Multimedia, y le llamaron la atención los restos antiguos. Otro día se percató de que había unas tinajas, por lo que pensó que aquello podría estar relacionado con el vino, y preguntó. Así fue como se enteró de que habían descubierto el 'celler' de una casona medieval y que se iba a respetar. Allí hubo durante siglos un almacén de vino y de otros alimentos. Probablemente hasta se prensó uva y se vinificó, aunque esto no se ha podido demostrar del todo.

Eduardo lo vio claro enseguida. Aquel 'celler' era, y es, seguramente, la muestra más clara y antigua, en el centro de la ciudad, de la antiquísima relación de Valencia con el vino. Un elemento impagable a fin de ganar prestigio y calidad de imagen para los vinos valencianos.

Comenzó entonces un intenso peregrinaje, en silencio, para intentar conseguir que a este espacio recuperado se le diera el buen uso que Mestres imaginó: un pequeño museo de la historia del vino valenciano y una sala de exposiciones ligadas con la cultura enológica. Paso a paso convenció a sus colegas de Proava para que la sede de la entidad se ubicara cerca de este lugar, para formar un conjunto, y al mismo tiempo indagó en el IVVSA para logra una cesión del 'celler'.

Entonces le indicaron que había un problema: una parte del semisótano, la que queda debajo de la calle, debe ser propiedad del ayuntamiento, pero en éste le dijeron que no sabían nada del tema.

Ayer, Mestres consiguió que el concejal de Patrimonio, Alfonso Novo, visitara el 'celler', junto a representantes del IVVSA y Marta Valsangiacomo, directora general de la Conselleria de Agricultura. Todos están de acuerdo con el plan de Mestres y de Proava, y lo apoyarán, cada instancia en su competencia. Novo dio instrucciones para que todo siga adelante, mientras se resuelven los puntos burocráticos de las escrituras de propiedad y los contratos de cesión.

Mestres ya sabe cómo lo hará para que los viandantes de fin de semana y botellón respeten el lugar y no orinen en las escaleras ni lancen allí las latas de refrescos y demás basuras.

Fuente: Las Provincias

miércoles

La Torre de la Mare Vella

Hola bloggeros,

tras un largo parón en este tema, seguimos recorriendo la valencia islámica y acercándoos los restos de su paso por la ciudad. En esta ocasión vamos a hablaros de la Torre de la Mare Vella (¿deformación de la palabra maravilla (Torre de la Maravilla)?), ubicada dentro de un parking en superficie ubicado en la esquina de la calle Adoberies con la calle en Borràs de Valencia, en pleno barrio del Carmen.

Se trata de una torre del siglo XI, declarada Monumento histórico artístico el 7 de septiembre de 1963. Es una torre de planta semicircular, maciza, que estaba integrada en la muralla islámica, y cuya fábrica está hecha de mampostería. Presenta una ampliación en su parte superior, ya que fue habilitada en su día como vivienda, y modificaciones en ladrillo en la parte inferior.

Se encuentra muy próxima (apenas 25 metros) de otra torre de similares características (La Torre del Ángel), de la cual hablaremos en las próximas fechas.

Su estado de conservación, al igual que la mayoría del patrimonio islámico de la ciudad, y más concretamente el ubicado en el barrio del Carmen, deja bastante que desear. Necesita una buena intervención (limpieza, consolidación...), pero sobretodo una mejor difusión. El principal problema de este patrimonio es que no aperece señalado en ningún cartel de las proximidades, donde se explique su origen, datación, contextualización, etc. Tienes que ir a la galería del Tossal para entender y conocer el origen de esta y otras construcciones islámicas del barrio. Al no estar indicado, pasa desapercibido para los viandantes que se internan en las calle de este barrio, y ya sabemos de sobra que el patrimonio que no se da a conocer, ni se respeta ni se cuida. Y esto último es terrible, pues conlleva a su desaparición o a su destrucción.

Un saludo...

Torre de la Mare Vella en el interior del parking (Foto: César)
Detalle de la torre con las reformas y añadidos de la parte superior e inferior (Foto: César)

martes

Rostro de la Mare de Dèu del Desamparats y... tirón de orejas al San Pío V

Buenas tardes bloggeros,

tras el merecidísimo descanso que hemos disfrutado en este larguísimo puente, volvemos a ponernos en marcha con un tema que dejamos pendiente antes de semana santa.

Os traemos dos imágenes de la patrona de Valencia. Una de como sería antes de resultar dañada, y la otra con los daños recibidos tras el ataque sufrido durante la guerra civil. Se pueden apreciar los daños irreversibles sufridos en el rostro de nuestra "Madonna" por impactos de bala y por la acción demoledora del fuego en esta segunda imagen.

Aprovechamos el post para pegarle un fuerte tirón de orejas al Museo de Bellas Artes de Valencia, que el pasado viernes 2 de abril cerró sus puertas y no abrió al público. Mientras tanto la ciudad llena de turistas visitando las Torres de Serranos, las de Quart, la Lonja (vamos todos los edificios histórico-artísticos dependientes del Ayuntamiento de Valencia) y los otros museos-salas de exposiciones dependientes de la Diputación (Museo de Prehistoria, Muvim...) o del estado (Museo Nacional de Cerámica González Martí). Y mientras tanto los turistas que se acercaban a ver el San Pío V con cara de alucinados delante de la puerta del museo sin saber muy bien porque motivo permanecía cerrado un día en el que la ciudad estaba abierta de par y par a los visitantes.

Desconocemos los motivos, pero consideramos que no es de recibo que en un puente tan largo se cierre la "2ª pinacoteca más importante del país" un viernes santo, con semejante afluencia de turistas y con las continuas protestas del sector turístico ante el descenso preocupante de los visitantes. ¿Con este panorama acaso es de extrañar? No me imagino yo en Madrid (ni cualquier otra capital o ciudad euporea de categoría) tener abiertos todos los museos y mientras tanto su museo insignia, el Prado, cerrado por vacaciones. Ellos verán...

Aquí tenéis las fotos de la Xeperudeta. Saludos...


Imagen de la Virgen antes de su coronación (Principios siglo XX)


Daños ocasionados en su rostro

jueves

La Universitat i la SECC inauguren una exposició sobre l’art salvat de la Guerra Civil

Hola bloggeros,

si sois de los pocos que habéis decidido quedaros por aquí en este puente tan largo y soleado, os animamos a que aprovechéis para visitar algunas de las exposiciones que actualmente acoge la ciudad de Valencia.

Os adjuntamos la información sobre una exposición interesantísima, que organiza la Universidad de Valencia en su edificio histórico de la calle de la Nave, sobre el arte salvado durante la guerra civil y que tuvo como lugar de destino la capital de la República en aquellos años, Valencia.

Especial atención al cartelista e ilustrador valenciano Josep Renau, en aquellos momentos director general de Bellas Artes, al cual dedicaremos uno de estos días un merecidísimo post por su importantísimo papel en la salvaguarda del patrimonio durante aquellos años tan difíciles.

Saludos...
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L’exposició Art salvat. 70è aniversari del salvament del patrimoni artístic espanyol i de la intervenció internacional, organitzada per la Societat Estatal de Commemoracions Culturals (SECC) amb la col·laboració de la Universitat de València, recupera i difon una de les històries més apassionants de la guerra civil: la protecció i l’evacuació del patrimoni artístic realitzades pel govern de la República, així com la intervenció del Comitè Internacional per al Salvament dels Tresors d’Art Espanyols, per evitar-ne la destrucció i garantir-ne la conservació.

La mostra, que s’emmarca en el programa d’activitats organitzades amb motiu de la Presidència espanyola de la Unió Europea, es podrà veure fins al 30 de maig al claustre major del Centre Cultural La Nau de la Universitat de València.

Després d’exposar-se a l’esplanada del Museu del Prado a Madrid, l’exposició Art salvat, que és comissariada per Arturo Colorado Castellary, professor d’Història i Anàlisi de l’Art Visual de la Facultat de Ciències de la Informació de la Universitat Complutense de Madrid, arriba ara a València seguint així l’itinerari recorregut per les obres durant la contesa i exposant-se a les ciutats que com a seu van acollir el patrimoni artístic espanyol salvat per la Segona República Espanyola.

L’exposició es podrà visitar a Barcelona i Figueres, últims llocs en què van ser custodiades abans de ser evacuades a Ginebra gràcies a la intervenció del Comitè Internacional per al Salvament dels Tresors d’Art Espanyols el febrer del 1939.

L’exposició, que és concebuda per ser instal•lada en un espai urbà amb l’objectiu de popularitzar l’evacuació del patrimoni artístic nacional, està plantejada amb un disseny creatiu i innovador perquè el visitant se senta immers en les dramàtiques circumstàncies que van envoltar aquesta tasca i els perills i les dificultats que van haver d’afrontar els membres de la Junta del Tresor Artístic i del Comitè Internacional.

Una sèrie d’embalatges de diferents formes i mides es distribueixen en l’espai expositiu, en aquest cas en l’emblemàtic claustre de la Universitat, en un espai cèntric de la ciutat de València.

“L’exposició té un sentit narratiu i explica els avatars i els perills que va sofrir el patrimoni artístic espanyol durant la guerra civil i la tasca de protecció del govern de la República i, posteriorment, en el moment de major perill, quan les forces republicanes eren empeses cap a França per l’avanç i el bombardeig de l’aviació franquista i dels seus aliats, la intervenció del Comitè Internacional”, relata el comissari de la mostra, que detalla que del Prado van ser evacuades les obres senyeres del museu, en total 525 pintures, 198 dibuixos i el Tresor del Delfí, una de les col•leccions més espectaculars del Prado, que reuneix efectes i joies del Gran Delfí Lluís, fill de Lluís XIV de França.

Per a Arturo Colorado, el lloc triat per a l’exposició, l’edifici de la Universitat, és molt idoni perquè –segons que explica– “just enfront, el Col•legi del Patriarca va ser un dels dos dipòsits de l’obres, a més de les torres dels Serrans, i els espectadors valencians podran reconèixer els espais per les fotografies de la mostra”.

A més, recorda que el pintor valencià Josep Renau, com a director general de Belles Arts, va crear la Junta del Tresor Artístic, l’organisme encarregat del procés d’evacuació de les obres, i ha contat l’anècdota que durant el trasllat del patrimoni a València es va produir l’únic accident de la forçosa evacuació: “Concretament, al camió que transportava El 2 de maig i Els afusellaments del 3 de maig, de Goya, li va caure al damunt un balcó a Benicarló, com a conseqüència d’un bombardeig, i ambdós llenços van sofrir un esquinç important, però els quadres van ser restaurats a Peralada, el 1938.”

Al claustre major de La Nau es recrea l’ambient i el paisatge de guerra, amb cartells d’època i sacs d’arena (que servien de protecció als museus), a més del so ambient i cançons de l’època.

Aquests embalatges deixen entreveure reproduccions a mida real de les obres més representatives salvades i que van ser pintades per Velázquez, Goya, Ticià, Rafael, el Bosch, Ribera, Murillo, Rubens, etc. És a dir, el més representatiu del Prado.

A més, aquestes caixes són, al seu torn, els suports per a l’exposició d’informació gràfica i documental que reuneix un centenar de fotografies de l’època acompanyades de plànols, mapes, cartells i divers material documental.

La mostra es completa amb un lloc interactiu sobre les fases de l’evacuació, amb la projecció de seqüències de vídeo i de diapositives digitals que mostren una selecció de les obres salvades i amb la projecció de dos extractes dels documentals Salvemos el Prado, d’Alfonso Arteseros, i Las cajas españolas, d’Alberto Porlan.

El visitant podrà seguir cronològicament els detalls del salvament de les obres d’art, primerament de Madrid a l’Empordà, passant per València, gràcies a la política de protecció de la Junta del Tresor Artístic de la República, així com la gestació del Comitè Internacional per al Salvament dels Tresors d’Art Espanyols, les dramàtiques circumstàncies de l’acord de Figueres, amb el bombardeig sobre la zona, i el difícil pas a França des de l’Empordà.

La tercera part recrea el trasllat de Perpinyà a Ginebra, l’inventari de les obres salvades, l’exposició que es va celebrar en aquesta ciutat suïssa i la tornada a Espanya el setembre del 39.

La mostra es tanca amb un epíleg sobre el deute històric contret amb tots aquells que, espanyols o estrangers, van lluitar durant la guerra per posar fora de perill el patrimoni artístic espanyol.

El catàleg de la mostra reuneix textos d’Arturo Colorado Castellary (Art salvat. Els antecedents d’un deute històric i Evacuació i salvament del Museu del Prado durant la guerra civil), Miguel Cabañas (La II República Espanyola davant la salvaguarda del patrimoni artístic i la guerra civil), Enrique Pérez Boyero (La protecció i l’evacuació del patrimoni bibliogràfic de la Biblioteca Nacional d’Espanya), Juan José Alonso (El que va salvar i el que va evacuar el Patrimoni Nacional durant la guerra civil), Esperanza Navarrete (El viatge a Ginebra de Goya i altres pintures de la Reial Acadèmia de Belles Arts de San Fernando durant la guerra civil), Mayte García Julliard (L’exposició del tresor espanyol i la premsa ginebrina: dilemes i encerts) i Catherine Granger (El paper de França en l’evacuació de les col•leccions espanyoles).

El volum es completa amb la semblança dels protagonistes principals d’aquest episodi històric com ara Timoteo Pérez Rubio, president de la Junta Central del Tresor Artístic (escrita per Antonio Franco), Josep Maria Sert (escrita per María del Mar Arnús i Francisco de Sert, comtes de Sert), dels membres del Comitè Internacional, David David-Weill, Jacques Jaujard, Neil MacLaren, Paul Lachenal, Henri Verne, Gabriel Cognacq, Albert Sancholles Henraux, Evan Charteris, Joseph Duveen, Frederick Schmidt-Degener, Henry Carton de Wiart i Georges Blumenthal (escrites per Catherine Granger, Mayte García Julliard i Arturo Colorado).

El catàleg es tanca amb una mostra de les obres salvades i una bibliografia.

Una mica d’història

El Comitè Internacional es va crear al començament del 1939 per iniciativa del pintor Josep Maria Sert i era compost per personalitats que dirigien en els seus respectius països els patronats o els museus adherents: el Consell dels Museus Nacionals de França, el Museu del Louvre, l’Associació d’Amics del Louvre, la National Gallery, la Tate Gallery, la Societat de Museus de Ginebra, el Rijksmuseum d’Amsterdam, els Museus Reials de Belles Arts de Bèlgica i el Metropolitan Museum de Nova York.

El govern de la República havia decidit, a la primeria del novembre del 1936, traslladar les obres artístiques més importants de Madrid a València. El dia 10 de novembre eixia la primera expedició des del Museu del Prado.

En enviaments successius, amb un total de vint-i-cinc expedicions al llarg de tota la guerra, van anar eixint les obres essencials dels principals museus i institucions patrimonials (Reial Acadèmia de Belles Arts de San Fernando, Biblioteca Nacional, Palau Real, El Escorial, Lázaro Galdiano, Cerralbo, etc.), així com d’esglésies i col•leccions particulars. Els incessants bombardejos franquistes sobre Madrid, especialment el que va sofrir el Museu del Prado el 16 de novembre de 1936, van potenciar i van accelerar l’evacuació.

Una vegada passats els primers moments de desorganització, ja sota el control de la Junta Central del Tresor Artístic republicana, l’evacuació de Madrid a València va ser marcada per l’acurat embalatge i el transport amb camions preparats especialment que feien el trajecte a 15 km per hora.

S’iniciava així el procés d’evacuació de les obres d’art, que més tard les portaria a Barcelona, en una fugida permanent del front de guerra i seguint els passos de l’executiu, per anar a parar finalment a tres dipòsits situats al nord de Catalunya, al castell de Peralada, al de Sant Ferran de Figueres i a la mina de talc de la Vajol. Però, a la darreria del 1938 i la primeria del 1939, arran de la derrota republicana al front de l’Ebre, les tropes de Franco s’acostaven imparables a la zona on es trobaven els dipòsits del tresor artístic, sotmesa a un intens bombardeig.

Els dos delegats del Comitè Internacional, Jacques Jaujard (Louvre) i Neil MacLaren (National Gallery), van viatjar fins al nord de Catalunya i van entrar en contacte amb el llavors president de govern, Juan Negrín, i amb el ministre d’Estat, Julio Álvarez del Vayo. Les negociacions per aconseguir l’autorització d’evacuació de les obres es van desenvolupar al llarg de tres entrevistes consecutives, els dies 2 i 3 de febrer, i van ser àrdues i difícils, ja que el govern de la República va voler deixar clars dos punts fonamentals: que les obres no foren embargades en traslladar-les a l’estranger i garantir-ne la tornada a Espanya en acabar la guerra.

Finalment, el 3 de febrer de 1939, el govern de la República va signar a Figueres un acord amb el Comitè Internacional que permetia l’eixida a França de les obres d’art evacuades des de Madrid fins al nord de Catalunya. El trasllat va començar aquella mateixa nit i va acabar el dia 9, amb la interrupció dels dies 6 i 7, a causa del bombardeig nacionalista. L’operació va ser dirigida pels responsables de la Junta Central del Tresor Artístic republicana amb la col•laboració dels membres del Comitè Internacional.

Durant aquests quatre dies, pels passos del Pertús, Cervera i les Illes, van travessar la frontera francesa 71 camions que contenien algunes de les joies del patrimoni artístic espanyol: des de les dues majas, La família de Carles IV i Saturn devorant el seu fill, de Goya, fins al Cavaller de la mà al pit i El somni de Felip II, d’El Greco, passant per La Sagrada Família de l’ocellet, de Murillo; El martiri de Sant Bartomeu i L’Ascensió de la Magdalena, de Ribera; Las Meninas, Les filadores i Els borratxos, de Velázquez; El jardí de les delícies i El carro de fenc, del Bosch; Fra Jerónimo Pérez, de Zurbarán; El triomf de la mort, de Pieter Bruegel el Vell; Autoretrat, de Durero; El Trànsit de la Verge, de Mantinga; El pas de la llacuna Estígia, de Patinir; la Sagrada Família de l’anyell, de Rafael; Les tres gràcies, de Rubens; o El davallament, de Van der Weyden; entre moltes altres.

Les condicions no podien ser més adverses a causa de la saturació de les carreteres per l’èxode dels fugitius i el gran nombre de camions i material de guerra transportat en aquells dies, que se sumava al tancament de fronteres als combatents, el fred intens i el tall de les comunicacions telefòniques. Però el problema més greu el va constituir el bombardeig de l’aviació nacionalista i dels seus aliats alemanys i italians sobre les carreteres, que sembraven el pànic i posaven en perill el patrimoni artístic.

Malgrat les terribles condicions apuntades, els 71 camions que contenien les joies del patrimoni espanyol van aconseguir passar la frontera. El 12 de febrer, un tren especial, custodiat acuradament per gendarmes francesos, va partir de Perpinyà i va arribar a Ginebra l’endemà al vespre. La duana suïssa va poder registrar, abans del seu dipòsit al Palau de les Nacions, el total del carregament: 1.868 caixes i un pes de 139.890 quilograms. Aquestes obres, després d’inventariades i exposada una selecció en Ginebra, van tornar definitivament a Madrid el setembre del 1939.

La constitució del Comitè Internacional, compost pels principals museus dels països democràtics, s’erigia així en un precedent essencial del concepte de patrimoni de la humanitat. En intervenir per posar fora de perill el patrimoni artístic d’un país en guerra, els seus membres consideraven que no actuaven sobre alguna cosa aliena sinó sobre una cosa pròpia, partint de la convicció que el patrimoni té un valor universal.

miércoles

Recrean el rostro original de la imagen de la Mare de Déu

Buenas tardes bloggeros,

hemos encontrado publicado en la prensa valenciana una noticia muy interesante sobre el rostro de la Mare de Dèu dels Desamparats, el cual ha sido recreado tal y como era en su origen por el escultor Alfonso de la Ossa Alcántara.

Como sabréis, el rostro que nuestra patrona luce hoy día es de después de la guerra civil, ya que el original fue gravemente dañado durante la contienda y fue sustituido por el actual, obra de José María Ponsoda y Carmelo Vicent, padre a su vez del gran escultor Octavio Vicent (autor de la Peregrina, la puerta de la Basílica recayente al pasaje Emilio Aparicio Olmos, etc.).

Os dejamos que disfrutéis de la noticia y a ver si la próxima semana puedo colgar una imagen del rostro dañado de nuestra Xeperudeta que tengo en alguna carpeta perdida...

Saludos...


Imagen del rostro a partir de la máscara original (Fotografía: Levante-Emv)

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El escultor Alfonso de la Ossa Alcántara, catedrático de Artes Plásticas y Diseño, ha logrado recrear el rostro original de la talla histórica de la Mare de Déu dels Desemparats, tal como era antes de su destrucción en julio de 1936, a partir de una mascarilla en cera que de su faz se hizo en vísperas de su coronación pontificia en 1923.

De la existencia de esta mascarilla se tenía noticias, pero se guarda en gran secreto, y son pocas las personas que saben dónde es conservada como un preciado tesoro, heredado de sus antecesores, uno de los cuales consiguió, a hurtadillas, hacerla, con motivo de trabajos de restauración de la talla original que hizo para las solemnes fiestas de su primera coronación.

El escultor de la Ossa fue discípulo de Octavio Vicent, autor éste de la imagen Peregrina de la Virgen, e hijo de Carmelo Vicent, uno de los dos imagineros que restauraron la imagen de la Virgen tras la Guerra Civil. De la Ossa se embebió de la manera de trabajar y estilo de los Vicent, siendo activo ayudante del maestro cuando ésta construía la talla procesional.

La reproducción ha sido hecha en madera, siendo el resultado un verdadero facsímil de la cara que presentaba la imagen antes del incendio y saqueo de la Real Capilla de la Virgen en los primeros días de la guerra civil española.La talla se salvó gracias a la decidida intervención del alcalde republicano de Valencia, José Cano Coloma, que ordenó a una compañía montada de la Guardia Civil, mandada por un capitán de filiación anarquista apellidad Ulibarri, desalojara del templo a quienes lo habían asaltado con ánimo de destruirlo. Esto facilitó que los Bomberos de Valencia, ayudados por algunos paisanos, salvaran la imagen, que, no obstante, resultó dañada en su rostro, al estalla por efectos del calor y algunos tiros su carilla de porcelana.

Los escultores José María Ponsoda y Carmelo Vicent, tras la guerra, intervinieron en la imagen para restaurarla, pero no consiguieron devolverle el semblante de su rostro original, que ahora sí ha conseguido, según manifiesta el propio autor, el profesor Alfonso de la Ossa Alcántara.

Está permanentemente en el debate de que si a la talla histórica de la Virgen hay que modificarle su actual cara, para que sea como antes de la contienda cuando fue dañada, o se deja tal y como se le conoce en la actualidad. Los expertos indican que en la actualidad hay tecnología y experiencia suficiente para conseguir el objetivo de construirle una cara exactamente a como la tenía anteriormente.
Fuente: Levante-Emv