Buenas tardes,
os animamos a que disfrutéis de dos propuestas culturales de lo más interesantes para este fin de semana-puente que se avecina. Dos exposiciones que profundizan en la historia de San Francisco de Borja y el Tribunal de las Aguas de Valencia en el Museo de la Ciutat y en l'Almoina.
Si os quedáis por la ciudad aprovechad que hace buen tiempo y disfrutad de estas dos magníficas exposiciones.
Saludos y buen fin de semana...
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Como si se tratara del concurso 'Pasapalabra', con la 'b': nombre de una ilustre familia valenciana cuyos miembros representaron las máximas cotas de poder económico, político y religioso desde el siglo XV al XVIII. ¿Otra pista? Mario Puzo, el autor de la saga literaria 'El Padrino', abordó la historia de este linaje, originario de Xàtiva, en una novela publicada en 2001 bajo el título 'Los Borgia. La primera gran familia del crimen'.
Ya no hay dudas. Los Borja es la dinastía valenciana por excelencia. De ella destacan los papas Calixto III y Alejandro VI, y sobre todo, San Francisco de Borja, marqués de Llombai y duque de Gandía, luego jesuita y tercer general de la Compañía de Jesús.
Sobre este último Borja, el Museo de la Ciudad inauguró ayer la exposición 'Estampas de Santidad. San Francisco de Borja y los santos españoles de su época'. La muestra se nutre de lienzos, grabados y piezas religiosas procedentes de una decena de instituciones (Seminario de San Carlos Borromeo de Zaragoza, el Museo de Bellas Artes de Valencia, el Palacio Ducal de Gandía, la catedral metropolitana de Valencia, Fundación Don Álvaro de Luna, entre otras). El comisario Wifredo Rincón defendió que la muestra pretende «aproximarse al entorno íntimo» de este religioso.
Así, en el museo de la plaza del Arzobispo se puede contemplar un relicario que contiene una carta de San Francisco de Borja al emperador Carlos I. «Es una carta desconocida», según Rincón, quien apuntó otra pieza inédita de la exposición: una escultura en plata de San Ignacio de Loyola. Esta obra es la primera vez que abandona el Real Seminario de San Carlos Borromeo de Zaragoza para exhibirse en Valencia, según el comisario.
Otras obras imprescindibles de la exposición son dos óleos de Francisco de Goya titulados 'San Francisco de Borja se despide de sus hijos' y 'San Francisco de Borja y el moribundo impenitente'.
La muestra se distribuye en tres bloques. En el primero de ellos, Los Borja, se hace una referencia a la huella de esta ilustre familia valenciana. Esta sala está dominada por el escudo de la dinastía y por cinco esculturas en bronce de Manuel Boix. En la segunda disposición, La santidad en torno a Francisco de Borja, se pone de manifiesto la relación que el religioso tuvo con algunos de sus coetáneos, tanto antes de su ingreso en la Compañía de Jesús como después. En esta zona se exhiben lienzos, piezas de orfebrería, esculturas y grabados de Santo Tomás de Villanueva, el patriarca San Juan de Ribera, el beato Nicolás Factor, San Ignacio de Loyola y San Luis Beltrán, entre otros. Mención aparte merece, a juicio del comisario, la relación que mantuvo con Santa Teresa de Jesús con la que se citó en dos ocasiones en Ávila. «San Francisco de Borja recomendaba a la religiosa que practicará más la comunión», aseguró Rincón.
El tercero de los bloques, Estampas de Santidad. San Francisco de Borja y los santos españoles de su época, se dedica al religioso jesuita. A través de una serie de pinturas de los siglos XVII y XVIII se pone de manifiesto la imagen del santo Borja, tanto como noble, como después de su ingreso en la Compañía de Jesús. En esta sala destacan los bocetos que Francisco de Goya realizó para los dos lienzos de la catedral de Valencia, cuyo retablo aparece centrado por una pintura del valenciano Mariano Salvador Maella, también presente en la exposición.
25 paneles de agua
A pocos metros del Museo de la Ciudad, se inauguró también ayer la muestra 'El Tribunal de las Aguas de Valencia, 1050 años de justicia en la huerta de Valencia'. A través de 25 paneles, la muestra, organizada por el grupo Aguas de Valencia, celebra la reciente declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco a la institución de justicia más antigua de Europa.
La muestra, que permanecerá hasta el 9 de mayo en l'Almoina e itinerará después por los ayuntamientos y comunidades de regantes que así lo soliciten, supone un recorrido histórico desde sus orígenes a la actualidad, un acercamiento a su funcionamiento interno, un paseo por las referencias de la institución en la obra de artistas valencianos y un vistazo a las personalidades que se han acercado hasta la puerta de los Apóstoles, como el papa Juan Pablo II en 1982, los Reyes de España en 1988 o el Duque de Alba en 1953.
El vicepresidente del Consell, Juan Cotino; el presidente del grupo Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig, y el presidente del Tribunal de las Aguas, Vicente Nácher, acudieron a la inauguración de esta muestra. Al mismo acto de la exposición en torno a la figura de San Francisco de Borja en el Museo de la Ciudad acudieron la concejal de Cultura, Mayrén Beneyto, y el secretario autonómico de Cultura, Rafael Miró.
Como concluye el alguacil ante los regantes en cada sesión de los jueves: «Es quant tenia que dir».
Como si se tratara del concurso 'Pasapalabra', con la 'b': nombre de una ilustre familia valenciana cuyos miembros representaron las máximas cotas de poder económico, político y religioso desde el siglo XV al XVIII. ¿Otra pista? Mario Puzo, el autor de la saga literaria 'El Padrino', abordó la historia de este linaje, originario de Xàtiva, en una novela publicada en 2001 bajo el título 'Los Borgia. La primera gran familia del crimen'.
Ya no hay dudas. Los Borja es la dinastía valenciana por excelencia. De ella destacan los papas Calixto III y Alejandro VI, y sobre todo, San Francisco de Borja, marqués de Llombai y duque de Gandía, luego jesuita y tercer general de la Compañía de Jesús.
Sobre este último Borja, el Museo de la Ciudad inauguró ayer la exposición 'Estampas de Santidad. San Francisco de Borja y los santos españoles de su época'. La muestra se nutre de lienzos, grabados y piezas religiosas procedentes de una decena de instituciones (Seminario de San Carlos Borromeo de Zaragoza, el Museo de Bellas Artes de Valencia, el Palacio Ducal de Gandía, la catedral metropolitana de Valencia, Fundación Don Álvaro de Luna, entre otras). El comisario Wifredo Rincón defendió que la muestra pretende «aproximarse al entorno íntimo» de este religioso.
Así, en el museo de la plaza del Arzobispo se puede contemplar un relicario que contiene una carta de San Francisco de Borja al emperador Carlos I. «Es una carta desconocida», según Rincón, quien apuntó otra pieza inédita de la exposición: una escultura en plata de San Ignacio de Loyola. Esta obra es la primera vez que abandona el Real Seminario de San Carlos Borromeo de Zaragoza para exhibirse en Valencia, según el comisario.
Otras obras imprescindibles de la exposición son dos óleos de Francisco de Goya titulados 'San Francisco de Borja se despide de sus hijos' y 'San Francisco de Borja y el moribundo impenitente'.
La muestra se distribuye en tres bloques. En el primero de ellos, Los Borja, se hace una referencia a la huella de esta ilustre familia valenciana. Esta sala está dominada por el escudo de la dinastía y por cinco esculturas en bronce de Manuel Boix. En la segunda disposición, La santidad en torno a Francisco de Borja, se pone de manifiesto la relación que el religioso tuvo con algunos de sus coetáneos, tanto antes de su ingreso en la Compañía de Jesús como después. En esta zona se exhiben lienzos, piezas de orfebrería, esculturas y grabados de Santo Tomás de Villanueva, el patriarca San Juan de Ribera, el beato Nicolás Factor, San Ignacio de Loyola y San Luis Beltrán, entre otros. Mención aparte merece, a juicio del comisario, la relación que mantuvo con Santa Teresa de Jesús con la que se citó en dos ocasiones en Ávila. «San Francisco de Borja recomendaba a la religiosa que practicará más la comunión», aseguró Rincón.
El tercero de los bloques, Estampas de Santidad. San Francisco de Borja y los santos españoles de su época, se dedica al religioso jesuita. A través de una serie de pinturas de los siglos XVII y XVIII se pone de manifiesto la imagen del santo Borja, tanto como noble, como después de su ingreso en la Compañía de Jesús. En esta sala destacan los bocetos que Francisco de Goya realizó para los dos lienzos de la catedral de Valencia, cuyo retablo aparece centrado por una pintura del valenciano Mariano Salvador Maella, también presente en la exposición.
25 paneles de agua
A pocos metros del Museo de la Ciudad, se inauguró también ayer la muestra 'El Tribunal de las Aguas de Valencia, 1050 años de justicia en la huerta de Valencia'. A través de 25 paneles, la muestra, organizada por el grupo Aguas de Valencia, celebra la reciente declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco a la institución de justicia más antigua de Europa.
La muestra, que permanecerá hasta el 9 de mayo en l'Almoina e itinerará después por los ayuntamientos y comunidades de regantes que así lo soliciten, supone un recorrido histórico desde sus orígenes a la actualidad, un acercamiento a su funcionamiento interno, un paseo por las referencias de la institución en la obra de artistas valencianos y un vistazo a las personalidades que se han acercado hasta la puerta de los Apóstoles, como el papa Juan Pablo II en 1982, los Reyes de España en 1988 o el Duque de Alba en 1953.
El vicepresidente del Consell, Juan Cotino; el presidente del grupo Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig, y el presidente del Tribunal de las Aguas, Vicente Nácher, acudieron a la inauguración de esta muestra. Al mismo acto de la exposición en torno a la figura de San Francisco de Borja en el Museo de la Ciudad acudieron la concejal de Cultura, Mayrén Beneyto, y el secretario autonómico de Cultura, Rafael Miró.
Como concluye el alguacil ante los regantes en cada sesión de los jueves: «Es quant tenia que dir».
Fuente: Las Provincias