Buenas tardes bloggeros,
seguramente los Reyes Magos de Oriente habrán traído carbón, y no precisamente del dulce, a los responsables de la gestión cultural y de la protección del patrimonio histórico que tiene nuestra querida administración. No es de extrañar después de otro penoso "Annus horribilis" que ha sufrido el patrimonio histórico artístico y cultural de Valencia.
A nivel urbanístico, y especialmente en la protección y respeto de los jardines históricos, ha sido nefasto. No se han seguido las recomendaciones que marcan, por ejemplo, la Carta de Florencia (1982), relativa a la salvaguardia de los jardines históricos:
Todo ello por no hablar del escándalo del Jardín de Monforte, con serios problemas fito sanitarios tras realizar las obras del parking de Severo Ochoa sin pedir el informe obligatorio a la Dirección General de Patrimonio, del cual quieren derribar uno de sus muros. De esta forma quedará desvirtuado y convertido en un parque público. El capricho de ciertas personas de la vida política valenciana, cuyas ventanas y balcones asoman al jardín histórico, parece estar por encima de la ley:
El 4º mandamiento queda de la siguiente forma:
4º: "Fomentarás que todas las acciones urbanísticas que se realicen en los jardines históricos de la ciudad cumplan con el máximo respeto la legalidad vigente y todas las recomendaciones relativas a la salvaguarda y protección de los mismos".
Un saludo...