viernes

Nuevos actos vándalicos dañan las Torres de Serranos y las de Quart

Hola bloggeros,

 no ha pasado ni una semana desde la noticia que publicamos sobre el ataque a la escultura de la fuente del Tritón en la Glorieta y ya hemos detectado dos actos de vandalismo más sobre nuestro patrimonio.

 Las Torres de Quart con dos grafitis en la pared de la derecha del arco de entrada (muy evidentes y a la vista), y las Torres de Serranos a las que le han arrancado el paño de la puerta izquierda. Un paño del escudo de Valencia que se colocó en la restauración llevada acabo por José Aixa a finales del siglo XIX.

Lo más sorprendente del caso es el desconocimiento de los propios bedeles que custodian el edificio (funcionarios del Ayuntamiento de Valencia). Les comunicamos los hechos y no tenían ni idea de estos daños ocasionados en los monumentos. Comentaron que se lo comunicarían a sus "jefes".

 Aún así hemos preferido comunicárselo directamente a la Dirección General de Patrimonio para que lo subsanen y pongan remedio para evitar estos actos.

 ¿Terminará esto algún día?

 Un saludo.

     Paño con el escudo de Valencia (Torres de Serranos)
    Estado actual de la puerta sin el paño (Torres de Serranos)
Grafitis en el muro interior de las Torres de Quart (Fotografías by César)

Los ´cascarones´ de Félix Candela iluminan el IVAM

Buenas tardes bloggeros,

os dejamos una propuesta muy interesante para este fin de semana. Se trata de una exposición que se inauguró ayer en el IVAM sobre la figura del arquitecto Felix Candela. Dicha exposición reúne 21 maquetas de las obras más representativas del arquitecto madrileño y estará abierta al público hasta el próximo 2 de enero.

Esperamos que la disfrutéis.

Un saludo.
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Félix Candela (1910-1997) tenía 26 años el 18 de julio de 1936, acababa de finalizar arquitectura y había obtenido una beca para ampliar estudios en Alemania. Ese preciso día tenía que coger el tren en Madrid para partir, pero enterado del alzamiento militar contra el Gobierno decidió en la misma estación quedarse. Fue capitán del ejército de la República, nunca pegó un tiro, pero se hartó de construir trincheras en el frente de Teruel. En 1939 salió por los Pirineos hacia Francia y tras el "expolio" y la "desconsideración" -lo contó así él mismo- en un campo de concentración galo, en mayo de ese año, sin saber quién lo incluyó en la lista, se subió al mítico barco Sinaia camino del exilio en México, país en el que se nacionalizó en 1941 para no volver a pisar la España franquista.

Lo demás es la historia de uno de los grandes nombres de la arquitectura hispanoamericana del siglo XX, "conocido en México, pero menos en España". Luchar contra ese silencio es uno de los objetivos de la exposición inaugurada ayer en el IVAM y organizada por el museo y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), que no se verá en ningún otro lugar de España y que en 2011 viajará a México y, posiblemente, a EE UU.

Maquetas realizadas para la ocasión por la Universidad de México (UNAM), planos de la mano de Candela, fotografías de su juventud -fue campeón de esquí y salto de pértiga- y de sus principales edificios, y audiovisuales sobre el proceso constructivo de sus famosas cubiertas (tan reconocibles en Valencia por la influencia, reconocida, sobre Santiago Calatrava) conforman la muestra. Todo procede de los fondos de la UNAM y las universidades de Princeton y Columbia (emigró a EE UU como profesor en 1971).

En el recorrido no falta su última creación, que no llegó a ver finalizada: el restaurante de l'Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, diseñado a partir del que hizo en Xochimilco en 1958 (Los Manantiales).

Es uno más de sus "cascarones" -no se lea el término como despectivo, sino que así son conocidos en México sus peculiares paraguas de hormigón armado y así les llamaba él-, de los que proyectó 1.400 ("no por bonitos, sino porque eran lo más barato", dijo ayer el comisario de la muestra, Juan Ignacio del Cueto, de la UNAM), el 93% para obras industriales. Aunque sus cascarones "son tan mágicos en una gasolinera como en una iglesia", remarcó el catedrático de Arquitectura de la Politécnica de Valencia José María Lozano. Y eso que, pese a ser un laicista convencido, diseñó unos cuantos templos. Como el de Guadalupe en Madrid, de 1963, del que diseñó su cubierta pero que se negó a visitar, pese a que una de sus máximas y enseñanzas fue la presencia a pie de obra.

Quizá una de las razones del poco conocimiento de Candela en España fuera del ámbito arquitectónico es que no fue un nostálgico, como otros exiliados, dijo Cueto ayer; se despreocupó del pasado y prefirió ver la Guerra Civil y el campo de concentración como una forma de aprendizaje. No es casual que el catálogo de la muestra se abra con una cita de la última novela de Antonio Muñoz Molina, La noche de los tiempos, cuyo protagonista, Ignacio Abel, es también un arquitecto liberal republicano exiliado en EE UU.

"Me duele mucho que el Ágora de Calatrava oculte la última creación de Candela"

Una fotografía de ambos y una cita de Santiago Calatrava muestra en la exposición el influjo que Candela ha tenido en el valenciano. Frente a Van der Rohe, Candela apostó con otros sudamericanos por la curva. El paraboloide hiperbólico es la base de sus finas cubiertas -de 15 milímetros es la del pabellón de Rayos Cósmicos de la Ciudad Universitaria de México- de hormigón armado, cuya huella se puede rastrear en la obra de Calatrava. "Santiago, no tengas prisa", le dijo el hispano-mexicano al valenciano en 1986 en la puerta del Hotel Astoria. Lo recordaba ayer el catedrático José María Lozano, presente entonces en el diálogo. "No le ha hecho mucho caso", comentó el miembro del consejo rector del IVAM, quien remachó: "Me ha dolido mucho que el Ágora de Calatrava se ocupe de ocultar la última creación de Candela vista desde la Ciudad de las Artes" (el restaurante de l'Oceanogràfic).

Fuente: Levante-Emv

miércoles

La Lonja de los Mercaderes de Valencia

Hola bloggeros,

acabamos de subir el tercer vídeo al canal de Youtube del blog. En esta ocasión hemos realizado un vídeo sobre la Lonja de los Mercaderes de Valencia (obra del maestro Pere Compte en su mayor parte), conocida como la Lonja de la Seda y Patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1996.

Teníamos infinidad de fotografías del edificio y hemos tenido que hacer una selección muy minuciosa para la composición final. Lamentablemente, hemos tenido que dejar fuera un gran número de imágenes muy interesantes para no extender su duración demasiado.

Esperamos que disfrutéis del la joya del gótico valenciano, así como de la excelente música de Capella de Ministrers que acompaña a las imágenes.

Un saludo.

P.D: Vídeo con licencia Creative Commons (20/10/2010)
Licencia de Creative Commons
La Lonja de los Mercaderes de Valencia by César is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported License.

lunes

Mutilando a... la Fuente del Tritón

Hola,

Nos viene a la mente hacer nuevas secciones. Además de las tarjetas que iniciamos hace unos días, hemos pensado que una sobre mutiladores-destructores de patrimonio (sin contar con las administraciones públicas) estaría bien. Pero estaría mejor si le pudiéramos poner caras a esta banda de delincuentes que en sus ratos de ocio y diversión la pagan con nuestro patrimonio. Sus imágenes, como terroristas del patrimonio, circularían libremente por Internet para que así se les prohibiera el acceso a cualquier monumento o museo y evitarán la tentación de dejar su firma. Todo ello añadido a la multa que les tendría que imponer la dirección general de patrimonio.

Bien, sucedió lo siguiente. Ayer por la tarde, tras volver del centro y con la imagen de la Almoina todavía en la retina, pasamos por los jardines de la Glorieta y decidimos hacer algunas fotos a las esculturas allí presentes. Enfocando con el objetivo de mi cámara a la fuente del Tritón de Ponzanelli vimos una mano fantasmal de la cual no pude ver el brazo del que provenía. Mirando a mi izquierda entonces me percaté de que era de la estatua principal, ¿pero dónde estaba el brazo? ¿qué ángulo más raro ha trazado el escultor para hacer llegar la mano allí como si nada? Al final nos dimos cuenta de todo. Además del desaparecido brazo, ¡faltaba medio cuerpo!

Una vez más, como ya ha pasado tantas veces en la historia reciente, alguien había mutilado otra escultura urbana de la ciudad. Se une a los casos del Neptuno del Parterre, también de Ponzanelli, y a la estatua de Flora en la Alameda (retirada para su restauración) que ocurrieron este mismo verano.

Por lo visto, y debido a la altura a la que está situada la figura central, el suceso ha pasado inadvertido. Nadie se ha dado cuenta y a fecha de hoy ningún periódico se hace eco de esta noticia.

Así pues tenemos en exclusiva la noticia y las imágenes de la barbarie a la espera que en los próximos días salga la noticia a la luz, ya que hemos comunicado la noticia para que subsanen el daño causado.

Saludos y aquí tenéis las fotos.

                      Fotos: César (17/10/10)

Vídeo del estado de la Almoina


Hola de nuevo,

hemos decidido colgar el vídeo que grabamos ayer por la tarde al finalizar la visita. Nos acercamos en un momento y captamos con nuestra cámara el lamentable estado en el que todavía se encuentra. Seguramente (porque no tienen vergüenza) seguirá así unos días o un incluso varias semanas. Si no se dan por aludidos y con la que les está cayendo encima (también se ha hecho eco la prensa) tendremos que seguir viendo esto... y los turistas también.

Un saludo...

La Almoina sigue igual...

Hola bloggeros,

nos lo temíamos. Llegó en domingo y con él un crucero con tres mil personas deseosas por visitar la ciudad. ¿Con qué estampa se encontraron? Con la misma que publicamos en el último post. El agua que hay sobre el cristal que cubre las ruinas de la Almoina seguía sucia a más no poder. Aquellas personas que se asomaron para intentar ver los restos de la ciudad romana se quedaron con las ganas y con una imagen de una Valencia sucia, o como comentaban los italianos que vinieron "è sporca da morire". Se sorprendían de esta dejadez y poco cuidado en pleno centro histórico.

Sí señor@s, así es. Esto es lo mucho que se preocupa la Concejalía de Cultura de la ciudad de Valencia por la conservación de sus espacios museísticos a sabiendas de la imagen que dan de la ciudad en un momento tan duro para la economía, donde el turismo es poco menos que vital. ¿Acaso no se han dado cuenta estos señores que si la gente que nos visita se lleva una imagen fea y desagradable de la ciudad, aparte de no volver, no nos recomiendan como destino turístico a  su llegada a su país?

Estos detalles que parecen nimios son más importante de lo que nuestros políticos piensan, y visto lo visto parece que les importa muy poco. Era fin de semana y no se trabajaba. ¿Tanto costaba mandar a un par de personas para que limpiaran el agua y la dejaran en perfecto estado de cara al aluvión de personas que estaban por llegar? ¿Acaso no estaban al corriente de semejante fallo? ¿Existe comunicación alguna entre la Consellería de Turismo y la de Cultura para compartir información y avisarse mutuamente ante cualquier problema?

Bien, son muchas las preguntas que podríamos plantear aquí y todas nos llevarían a la misma respuesta: Desidia. Muy pocas ganas de trabajar y pasar la pelota de un tejado a otro sin terminar de hacerse cargo. Probablemente la limpieza corresponda a una de las cientos de contratas que tiene el ayuntamiento de Valencia (si es que por falta de dinero no ha prescindido de ella) y al no trabajar esos días nadie se haga carga. ¿Para qué, verdad? Ya lo hará otro. Luego nos quejamos.

Un saludo...

Para muestra algo más que un botón, tres. (Fotos: César)

viernes

Tarjeta roja a... La Almoina

Buenas tardes bloggeros,

estamos pensando en inaugurar una sección semanal o quincenal para sacar tarjeta, de todos los colores (roja, amarilla o verde, como los semáforos), a aquellas meteduras de pata de diversa índole (o a los grandes aciertos) que sufre nuestro patrimonio histórico-artístico. Hemos pensado en esta posibilidad precisamente por un hecho acaecido esta semana cuando llevábamos a un grupo realizando una visita guiada por la ciudad de Valencia.

Cuando llegamos a las ruinas de la Almoina, encontramos que desde la superficie no podíamos admirar los restos arqueológicos que se esconden tras la lámina de vidrio cubierta por agua. El motivo, estaba llena de porquería. Había tal cantidad de suciedad que era imposible contemplar el yacimiento.

El grupo se mostró sorprendido por el poco cuidado y mantenimiento de las "novísimas" instalaciones (apenas 5 años) y nosotros rojos de vergüenza por tener que mostrar un patrimonio en este estado y justificar su estado con excusas del todo injustificables. No solo no se ve, sino que la imagen de suciedad, descuido y dejadez que proyectan de cara al turismo son deplorables.

Hoy, al leer un artículo en el periódico de las Provincias, nos hemos dado cuenta de que la situación sigue igual. Esperamos que de aquí al domingo hayan remediado este problema porque tenemos a otro grupo y no sabemos si es mejor no pasar por la plaza de la Almoina para que no se queden con esta imagen, o seguir contando mil y una historias increíbles para que crean que la acumulación de porquería es casual.

Iremos preparados con la cámara (benditos móviles con alta resolución) para dejar testimonio del fin del problema, ¿o no?

Saludos y buen fin de semana.

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A pesar de ser un símbolo, los valencianos suelen subir al Miguelete para acompañar a las visitas. Es entonces cuando se aprecian los escalones. Pasa en todos los sitios. Se sabe que están los monumentos pero los oriundos del lugar no los miran. Y cuando los ven, en ocasiones, se quedan boquiabiertos. Como ayer le pasó a Beatriz, vecina de Valencia que llevó a su prima Marisa, barcelonesa, a ver la Almoina. Y no vieron nada. Una costra añeja se ha instalado en la cubierta acristalada que protege los restos arqueológicos que deberían de verse, pero no se ven.

 La transparencia brilla por su ausencia cuando los turistas se acercan al lucernario. Como la mayoría vienen de la Catedral o de la Basílica, es probable que su fe esté lo suficientemente fortalecida como para aceptar que debajo de las colillas, de los céntimos de euro, de los bichos muertos, del polvo, del moho verdoso y de un agüilla que no se sabe si está puesta ahí por el Ayuntamiento o por la meteorología, si debajo de tantas cosas mugrientas, están las ruinas del foro romano de los primeros vestigios de la Valencia fundacional. Si se trata de creerse lo que uno ve, a través de ese cristal no es posible decir qué hay. Es cuestión de fe.

La suciedad de la cubierta acristalada se ha mimetizado con la plaza. Ya que se trata del entorno histórico y monumental más importante de la ciudad, el polvo parece también prehistórico. La placa de ácaros se ha consolidado de tal manera que es totalmente imposible vislumbrar o siquiera intuir que debajo hay un yacimiento arqueológico.

Cinco millones en la plaza

Cerca de 20 años estuvo toda esa zona abierta y a expensas de las investigaciones arqueológicas. Hace menos de cinco años se inauguró la urbanización de la plaza, que no fue precisamente barata. Costó más de cinco millones de euros. A lo que se debería de sumar los tres millones invertidos en las excavaciones y otros tantos para poner en marcha un museo espectacular que ha resultado espectacular, pero de complicado acceso, ya que se organiza la entrada agrupando a los turistas, que deben esperar a que se llegue a un determinado número de personas para acceder a una visita guiada.
 A finales de 2005, con motivo de la inminente puesta en servicio de la plaza una vez ya terminada, un miembro del Consistorio explicó que una «superficie transparente de cristal de 300 metros cuadrados, con una lamina de agua para evitar que se empañe, permitirá también contemplar el yacimiento desde el exterior». Cinco años después, la lámina parece un charco, la superficie transparente es totalmente opaca y el yacimiento es inaccesible desde el exterior.

Valencia ha crecido tanto en la última década, su oferta cultural se ha incrementado de tal manera que el coste del mantenimiento de toda esa oferta, consecuentemente, también se ha disparado.

Ya a mediados de 2008, cuando la crisis empezaba a dar dentelladas dolorosas y el Gobierno central comenzaba a pensarse si llamarle crisis o no, la oposición municipal se quejaba de la suciedad del cristal. La concejalía de Cultura aseguraba entonces que la cubierta protectora y acristalada se limpiaba tres veces a la semana. La crisis debe de haber atemperado ese lustroso rigor.

LAS PROVINCIAS ha podido constatar que la capa verdosa que se expandía por el lucernario de la Almoina el pasado domingo seguía presente, y aún más encostrada, el martes. Ayer tampoco hubiese pasado la prueba del algodón. Quizá, más que un algodón, para eliminar el polvo acumulado en la zona acristalada el mayordomo de la tele necesitaría de las cuchillas con las que se limpian las vitrocerámicas.

«Yo vine cuando se inauguró y sí se veía todo muy bien, pero ahora es que no se ve nada de nada», se excusó Beatriz ante su prima Marisa, quien ayer dudaba incluso de que el cristal fuese cristal, pues más bien parece una plancha plástica grisácea.

Un grupo de turistas alemanes recién salidos de la Basílica de la Virgen se acercaron a la cubierta presuntamente transparente. Consultaron las páginas de una guía sobre la ciudad y, con cara de perplejidad, volvieron a mirar hacia el cristal. La guía no miente: el yacimiento está y desde el exterior debería verse. Sin embargo, la realidad no se rige por lo escrito, sino por los hechos, y en este caso por lo que no se ha hecho: limpiar.

Pepi, Mari Luz y Benita están de vacaciones en Benidorm. Ayer hicieron una visita diurna a Valencia, y estaban gratamente sorprendidas mientras descansaban en la plaza de la Almoina. Pepi llevaba la voz cantante a la hora de hacer balance: «la ciudad ha ganado mucho con la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y todo esto, toda la zona del centro histórico, es muy bonita, pero aquí no se ve nada, sólo un charco».

Los minuciosos trabajos de los investigadores valencianos en la Almoina permitieron que un grupo de arqueólogos investigase los vínculos entre la ciudad fundacional romana y los pobladores del sur de Italia, concretamente de Pompeya. La ciudad italiana fue sepultada por el Vesubio dos siglos después de que el cónsul Décimo Junio Bruto fundase la Valencia primigenia en el mismo lugar donde ayer acudieron Marisa, Beatriz, Pepi, Mari Luz, Benita y unos cuantos cientos de turistas para ser testigos de cómo el polvo sepulta los restos de la Valentia Edetanorum puesta en marcha en 138 antes de Cristo.

Fuente: Las Provinicas