Hola bloggeros,
si esta semana hablábamos de los numerosos problemas que están dando la chapucera restauración de los puentes de Serranos y Trinidad, ahora se añaden más inconvenientes.
Parece ser que las sales debidas a las filtraciones de agua se están cargando el mortero de cal de las nuevas juntas, por lo que tendrán que ser repuestas y esto supondrá una mayor inversión a su ya de por sí alto presupuesto.
Cuando las cosas no se hacen bien desde el principio...
Nos vemos en un par de semanas.
Saludos...
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La humedad ha machacado el mortero que une las piedras sillares de los puentes históricos de Serranos y de la Trinidad. Un año después del plazo previsto para la entrega de la restauración, siguen pendientes reformas y mejoras por doquier. El delegado de Patrimonio Histórico, Vicente Igual, ha recibido un informe de los arquitectos responsables de la intervención donde se precisa la necesidad de retirar el material defectuoso y la nueva ejecución de las juntas.
El documento, al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, tiene fecha de 30 de junio y enumera todos los temas pendientes en una obra que se ha alargado demasiado en el tiempo. Con un presupuesto cercano a los tres millones de euros, producto de la inversión extraordinaria municipal por la Copa América, se ha convertido poco a poco en una «patata caliente». Los dos folios rubrican la enumeración de obras diciendo que lo «aquí indicado ha sido específicamente ordenando, en reiteradas ocasiones, a la empresa EMR, planteándoles el pasado 5 de mayo un plan de trabajo que contempla la ejecución de forma sistemática y ordenada de todos los temas».
La reparación de morteros de las juntas se plantea como una prioridad y los arquitectos no escatiman palabras al describir el mal resultado que ha tenido el producto empleado hasta ahora.
«Durante la ejecución de las obras de los dos puentes, y como consecuencia de la humedad interna derivada de las filtraciones de agua, han ido apareciendo daños relevantes en los morteros de reposición de las juntas, como son: abolsamientos, agrietamientos y desprendimientos», dicen los expertos de la Politécnica dirigidos por el arquitecto Ignacio Bosch.
«Esto ha sido provocado por un proceso expansivo al reaccionar el mortero de cal con las sales solubles, que han aflorado del interior al exterior. Quedan pendientes los trabajos de reparación, consistentes en la retirada de todos los morteros defectuosos y su nueva ejecución con uno deducido de los ensayos realizados», finaliza.
A simple vista se aprecia el agrietamiento en las juntas de varias piedras sillares. El puente de Serranos es el más antiguo de la ciudad y su aspecto actual procede de una obra realizada en 1518. Esta semana, el concejal socialista Juan Soto dio la voz de alarma sobre las fisuras y el cierre de las nuevas escaleras en el puente de la Trinidad con unas vallas.
Según el informe de los arquitectos, está pendiente la colocación de dos cables tensados en las barandillas, que ofrezcan más seguridad para los viandantes. El delegado Vicente Igual indicó que esta obra es necesaria antes de retirar las protecciones de obra.
En las mismas escaleras, los directores del proyecto han pedido a la empresa adjudicataria el «ajuste y nivelación del terreno alrededor del desembarco de ambas, para evitar encharcamientos de agua en caso de lluvia o riego».
Los nuevos accesos supusieron el desmontaje de una parte del pretil del puente, aguas abajo, lo mismo que sucedió en el de Serranos. En esta ocasión fue para la apertura de 15 miradores que se asientan sobre los tajamares, discutidos al modificar en gran parte la fisonomía del monumento.
La actuación cuenta con el respaldo de la Conselleria de Cultura, al igual que el resto de la intervención. Bosch convenció al gobierno municipal de la bondad de la reforma, al retrotraer el puente a la época anterior a la invasión napoleónica. Con una serie de grabados antiguos y documentos en poder de particulares y el propio Archivo Histórico Municipal, identificó los miradores.
Tanto el tono de la piedra como sus dimensiones son diferentes a las antiguas, para no «engañar» a los viandantes. Soto fue muy crítico también sobre la suciedad y malos olores que suelen desprender estos rincones. A falta de la entrega definitiva de la obra, los barrenderos municipales limpian los miradores del puente.
El documento, al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, tiene fecha de 30 de junio y enumera todos los temas pendientes en una obra que se ha alargado demasiado en el tiempo. Con un presupuesto cercano a los tres millones de euros, producto de la inversión extraordinaria municipal por la Copa América, se ha convertido poco a poco en una «patata caliente». Los dos folios rubrican la enumeración de obras diciendo que lo «aquí indicado ha sido específicamente ordenando, en reiteradas ocasiones, a la empresa EMR, planteándoles el pasado 5 de mayo un plan de trabajo que contempla la ejecución de forma sistemática y ordenada de todos los temas».
La reparación de morteros de las juntas se plantea como una prioridad y los arquitectos no escatiman palabras al describir el mal resultado que ha tenido el producto empleado hasta ahora.
«Durante la ejecución de las obras de los dos puentes, y como consecuencia de la humedad interna derivada de las filtraciones de agua, han ido apareciendo daños relevantes en los morteros de reposición de las juntas, como son: abolsamientos, agrietamientos y desprendimientos», dicen los expertos de la Politécnica dirigidos por el arquitecto Ignacio Bosch.
«Esto ha sido provocado por un proceso expansivo al reaccionar el mortero de cal con las sales solubles, que han aflorado del interior al exterior. Quedan pendientes los trabajos de reparación, consistentes en la retirada de todos los morteros defectuosos y su nueva ejecución con uno deducido de los ensayos realizados», finaliza.
A simple vista se aprecia el agrietamiento en las juntas de varias piedras sillares. El puente de Serranos es el más antiguo de la ciudad y su aspecto actual procede de una obra realizada en 1518. Esta semana, el concejal socialista Juan Soto dio la voz de alarma sobre las fisuras y el cierre de las nuevas escaleras en el puente de la Trinidad con unas vallas.
Según el informe de los arquitectos, está pendiente la colocación de dos cables tensados en las barandillas, que ofrezcan más seguridad para los viandantes. El delegado Vicente Igual indicó que esta obra es necesaria antes de retirar las protecciones de obra.
En las mismas escaleras, los directores del proyecto han pedido a la empresa adjudicataria el «ajuste y nivelación del terreno alrededor del desembarco de ambas, para evitar encharcamientos de agua en caso de lluvia o riego».
Los nuevos accesos supusieron el desmontaje de una parte del pretil del puente, aguas abajo, lo mismo que sucedió en el de Serranos. En esta ocasión fue para la apertura de 15 miradores que se asientan sobre los tajamares, discutidos al modificar en gran parte la fisonomía del monumento.
La actuación cuenta con el respaldo de la Conselleria de Cultura, al igual que el resto de la intervención. Bosch convenció al gobierno municipal de la bondad de la reforma, al retrotraer el puente a la época anterior a la invasión napoleónica. Con una serie de grabados antiguos y documentos en poder de particulares y el propio Archivo Histórico Municipal, identificó los miradores.
Tanto el tono de la piedra como sus dimensiones son diferentes a las antiguas, para no «engañar» a los viandantes. Soto fue muy crítico también sobre la suciedad y malos olores que suelen desprender estos rincones. A falta de la entrega definitiva de la obra, los barrenderos municipales limpian los miradores del puente.
Fuente: Las Provincias
Cuando empieza a hacerse chapuceramente surgen los problemas.
ResponderEliminarSupongo que por intentar ahorrar tiempo fueron a lo fácil y ahora eso les saldrá caro y les llevará aún más tiempo del previsto.
Estas cosas pasan a diario, es una vergüenza.
Bueno, lo importante es que quede bien.
Un saludo.