Hola bloggeros,
primero de todo pedir disculpas de antemano si encontráis errores en el texto. No se quién ha escrito este artículo para las Provincias pero presenta numerosos y graves errores (de forma, ortográficos, de datos y fechas, etc...) que he intentado solucionar (espero que no se me haya escapado ninguno).
Saludos.
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El concienzudo trabajo, esfuerzo y la técnica aplicada en las restauraciones de la Lonja y los Santos Juanes concluidas hace apenas un año se están quedando en balde por el efecto de la combustión de los coches.
El 5 de diciembre de 1996 Valencia recibía el pasaporte a la fama gracias a la gran dama medieval: La Lonja de la Seda era declarada monumento Patrimonio de la Humanidad y era el punto de mira de los miles de turistas e historiadores que acudían a Valencia para contemplar la belleza del monumento. A partir de ese momento, el Ayuntamiento se tomó en serio la responsabilidad y encargó un exhaustivo proyecto de restauración del edificio enclavado en la plaza del Mercado.
Desde 2002, el arquitecto Manuel Ramírez y un equipo de especialistas en arquitectura han trabajado con los últimos avances tecnológicos y con una labor de precisión para dejar más limpio que una patena el monumento. Los trabajos en la fachada concluyeron hace apenas un año y ahora los técnicos están actuando en el interior del artesonado para eliminar las termitas. Pero antes de finalizar con el interior, el exterior ya comienza a llenarse del monóxido de carbono de los coches.
Una rehabilitación, que ya tiene fecha de caducidad ante el imparable paso de vehículos. «Es cierto, el monumento ya comienza a verse nuevamente manchado por la polución y sobre todo por las partes más bajas a nivel del paso de los vehículos», explicaba ayer a LAS PROVINCIAS Manuel Ramírez.
A juicio del experto, la única posibilidad para mantener el monumento limpio es la peatonalización de la plaza del Mercado. Además, la Lonja no es el único monumento afectado, la iglesia de los Santos Juanes restaurada también hace un año y tiene ahora muestras visibles de la suciedad.
«Hemos intentado proteger al máximo la fachada y cuando concluyó la restauración colocamos una película protectora hidrofugante para evitar la penetración de agua a través de los muros y hemos conseguido que no se concentre humedad, pero ante el dióxidos de carbón y el sulfato no hay remedio que valga», explicaba el restaurador.
La única conexión de la plaza del Ayuntamiento con el centro histórico es a través de la calle María Cristina y la plaza del Mercado justo por delante de las joyas arquitectónicas de la Lonja construida en el siglo XV, la iglesia de los Santos Juanes de origen gótico y el centenario mercado Central que también se ha sometido en los últimos meses a un proceso de restauración integral y de limpieza de toda la fachada.
«Si la peatonalización no se hace pronto los monumentos deberán someterse cada año a un mantenimiento y cada cinco años a una restauración profunda y es una verdadera pena por el valor y reconocimiento que tienen en todo el mundo», matizaron los expertos consultados.
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha anunciado en reiteradas ocasiones que su intención era la de peatonalizar la plaza del Mercado, pero nunca antes de que finalicen las obras de construcción de la línea T2 del metro que se acometen en la avenida Barón de Cárcer.
El proyecto que se estudia en la concejalía de Tráfico es la de construir un paso inferior saldría desde la avenida María Cristina y seguiría por la calle Calabazas, con un primer ramal hasta la calle Linterna. La infraestructura no tendría salida después del parking de Parcent y sólo serviría para los conductores que aparcaran en dichos estacionamientos.
Con estos requisitos, se podrá peatonalizar la plaza del Mercado, a excepción del transporte público que continuaría pasando por delante de los monumento y los vehículos de carga y descarga de los comercios.
Muchos comercios de la zona son reacios a la peatonalización de la plaza del Mercado porque aseguran que se reducirá el número de clientes al no poder llegar al mercado Central en su vehículo privado. La línea T2 de metro resolverá este problema, pero hasta finales de 2010 la nueva línea de metro no estará en funcionamiento y no se comprobarán los resultados.
Esta zona no es la única donde se están comprobando los efectos de la polución en los monumentos. Los restauradores del puente de Serranos también anunciaron que era esencial la peatonalización del puente para frenar el deterioro generado por los vehículos que cruzan a diario el paso elevado. Insistieron en que su esfuerzo y trabajo de restauración no serviría de nada si no se actuaba de inmediato. El Ayuntamiento ya ha encargado el proyecto y en septiembre se recibirán las ofertas de las empresas interesadas.
Los amantes del arte insisten en que el valor del monumento no es sólo su estructura y antigüedad, sino la historia que soportan a sus espaldas. A lo largo de la rehabilitación de la Lonja, el monumento no ha cesado de sorprender con imprevistos hallazgos como una serie numérica que reflejaba la actividad comercial realizada en el monumento siglos atrás.
A pesar de los problemas, los restauradores siguen apostando por sus valiosas joyas. Ramírez continúa trabajando en el interior del monumento y recuperando el artesonado deteriorado por las termitas. Los restauradores también instalarán una réplica del pavimento cerámico del siglo XV encontrado en la primera planta de la torre. Con todo, la previsión es terminar después de este verano.
El concienzudo trabajo, esfuerzo y la técnica aplicada en las restauraciones de la Lonja y los Santos Juanes concluidas hace apenas un año se están quedando en balde por el efecto de la combustión de los coches.
El 5 de diciembre de 1996 Valencia recibía el pasaporte a la fama gracias a la gran dama medieval: La Lonja de la Seda era declarada monumento Patrimonio de la Humanidad y era el punto de mira de los miles de turistas e historiadores que acudían a Valencia para contemplar la belleza del monumento. A partir de ese momento, el Ayuntamiento se tomó en serio la responsabilidad y encargó un exhaustivo proyecto de restauración del edificio enclavado en la plaza del Mercado.
Desde 2002, el arquitecto Manuel Ramírez y un equipo de especialistas en arquitectura han trabajado con los últimos avances tecnológicos y con una labor de precisión para dejar más limpio que una patena el monumento. Los trabajos en la fachada concluyeron hace apenas un año y ahora los técnicos están actuando en el interior del artesonado para eliminar las termitas. Pero antes de finalizar con el interior, el exterior ya comienza a llenarse del monóxido de carbono de los coches.
Una rehabilitación, que ya tiene fecha de caducidad ante el imparable paso de vehículos. «Es cierto, el monumento ya comienza a verse nuevamente manchado por la polución y sobre todo por las partes más bajas a nivel del paso de los vehículos», explicaba ayer a LAS PROVINCIAS Manuel Ramírez.
A juicio del experto, la única posibilidad para mantener el monumento limpio es la peatonalización de la plaza del Mercado. Además, la Lonja no es el único monumento afectado, la iglesia de los Santos Juanes restaurada también hace un año y tiene ahora muestras visibles de la suciedad.
«Hemos intentado proteger al máximo la fachada y cuando concluyó la restauración colocamos una película protectora hidrofugante para evitar la penetración de agua a través de los muros y hemos conseguido que no se concentre humedad, pero ante el dióxidos de carbón y el sulfato no hay remedio que valga», explicaba el restaurador.
La única conexión de la plaza del Ayuntamiento con el centro histórico es a través de la calle María Cristina y la plaza del Mercado justo por delante de las joyas arquitectónicas de la Lonja construida en el siglo XV, la iglesia de los Santos Juanes de origen gótico y el centenario mercado Central que también se ha sometido en los últimos meses a un proceso de restauración integral y de limpieza de toda la fachada.
«Si la peatonalización no se hace pronto los monumentos deberán someterse cada año a un mantenimiento y cada cinco años a una restauración profunda y es una verdadera pena por el valor y reconocimiento que tienen en todo el mundo», matizaron los expertos consultados.
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha anunciado en reiteradas ocasiones que su intención era la de peatonalizar la plaza del Mercado, pero nunca antes de que finalicen las obras de construcción de la línea T2 del metro que se acometen en la avenida Barón de Cárcer.
El proyecto que se estudia en la concejalía de Tráfico es la de construir un paso inferior saldría desde la avenida María Cristina y seguiría por la calle Calabazas, con un primer ramal hasta la calle Linterna. La infraestructura no tendría salida después del parking de Parcent y sólo serviría para los conductores que aparcaran en dichos estacionamientos.
Con estos requisitos, se podrá peatonalizar la plaza del Mercado, a excepción del transporte público que continuaría pasando por delante de los monumento y los vehículos de carga y descarga de los comercios.
Muchos comercios de la zona son reacios a la peatonalización de la plaza del Mercado porque aseguran que se reducirá el número de clientes al no poder llegar al mercado Central en su vehículo privado. La línea T2 de metro resolverá este problema, pero hasta finales de 2010 la nueva línea de metro no estará en funcionamiento y no se comprobarán los resultados.
Esta zona no es la única donde se están comprobando los efectos de la polución en los monumentos. Los restauradores del puente de Serranos también anunciaron que era esencial la peatonalización del puente para frenar el deterioro generado por los vehículos que cruzan a diario el paso elevado. Insistieron en que su esfuerzo y trabajo de restauración no serviría de nada si no se actuaba de inmediato. El Ayuntamiento ya ha encargado el proyecto y en septiembre se recibirán las ofertas de las empresas interesadas.
Los amantes del arte insisten en que el valor del monumento no es sólo su estructura y antigüedad, sino la historia que soportan a sus espaldas. A lo largo de la rehabilitación de la Lonja, el monumento no ha cesado de sorprender con imprevistos hallazgos como una serie numérica que reflejaba la actividad comercial realizada en el monumento siglos atrás.
A pesar de los problemas, los restauradores siguen apostando por sus valiosas joyas. Ramírez continúa trabajando en el interior del monumento y recuperando el artesonado deteriorado por las termitas. Los restauradores también instalarán una réplica del pavimento cerámico del siglo XV encontrado en la primera planta de la torre. Con todo, la previsión es terminar después de este verano.
Fuente: Las Provincias
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