Buenos días bloggeros,
tal y como os adelantamos hace unos días, el Museo del Carmen inauguró ayer la exposición sobre "Retratos de la Belle Époque" que estará en Valencia hasta el próximo 26 de junio.
En la misma se exhibirán 78 obras de autores como Sorolla, Toulouse-Lautrec, Munch, Manet, etc, traídos de museos tan importantes como la Galleria degli Uffizzi de Florencia, el Museo Thyssen de Madrid, la Casa Real o el Metropolitan y la Hispanic Society de Nueva York entre otros.
Os adjuntamos la noticia publicada por Las Provincias donde podéis leer todos los detalles sobre la misma.
Un saludo...
Foto: Juan J. Monzó
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El Museo del Carmen estrena su rehabilitación a lo grande, con una exposición de lujo, y no sólo porque se ha invertido un millón de euros en ella, sino porque el talento que derrochan los 78 cuadros que conforman 'Retratos de la Belle Époque' es tan evidente y espectacular que hasta el menos entendido en pintura se da cuenta de que se encuentra ante un compendio de obras arte del mejor calibre. El antiguo convento de Carmelitas inaugura, así, su programa expositivo, con una muestra a la altura de la actuación que ha dejado el centro cultural como un pincel.
Los cuadros, en su inmensa mayoría nunca expuestos en Valencia (ni en España), proceden de 30 museos e instituciones de once países distintos, lugares nobles, como el despacho privado del Príncipe Felipe (que es donde habitualmente está colgado el cuadro de Alfonso XIII con el uniforme de Húsares que en 1907 pintó el valenciano Joaquín Sorolla), la colección privada del Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, duque de Huéscar, o de Carmen Cervera, viuda Thyssen-Bornemisza.
Tanto el actual heredero del ducado de Alba como la conocida baronesa, que llegó 80 minutos tarde, estuvieron ayer en Valencia con motivo de la inauguración oficial de una muestra que reúne obras de artistas como Boldini, Kokoschka, Manet, Munch, Argent, Schiele, Vuillard, Toulouse-Lautrec o el ya mencionado Sorolla. La recopilación de las piezas ha corrido a cargo de Tomás y Boye Llorens, una selección que se inició hace tres años.
«Es una exposición que tenía pensada desde hace mucho tiempo, pero para la que hacía falta tanto un gran recinto como una fuerte inversión», admitió Tomás Llorens. En este sentido, la Conselleria de Cultura ha unido sus fuerzas con la Caixa, entidad que coproduce el proyecto junto al Consorcio de Museos de la Comunitat.
En virtud de la colaboración, la muestra se podrá contemplar en el Museo del Carmen hasta el 26 de junio y, posteriormente, estará en el CaixaForum Barcelona del 19 de julio al 25 de septiembre.
Se trata de la primera vez que la Generalitat y la entidad financiera catalana juntan sus fuerzas para coproducir una exposición, si bien fuentes de la Conselleria de Cultura confirmaron que se pretende continuar con la colaboración, extremo que confirmó uno de los representantes de la Caixa, que felicitó a la consellera Trini Miró por la rehabilitación del antiguo convento.
Miró afirmó con rotundidad que 'Retratos de la Belle Époque' es «uno de los acontecimientos culturales del año», gracias a los retratos llegados de la Casa Real, el Museo Thyssen, la Fundación Casa de Alba, el Metropolitan y la Hispanic Society de Nueva York, la Galleria degli Uffizzi de Florencia, el Leopold Museum de Viena, Nasjional-galleriet de Oslo, Nacionalmuseum de Stockholm o The State Tretyakov Gallery de Moscú, entre otros.
Además de los aficionados al arte en general y a la pintura en particular, la muestra es un tesoro para todos aquellos que disfrutan con la observación del ser humano. Ver pasar gente e imaginar su vida a través de los pequeños detalles, la indumentaria, el gesto o la actitud corporal es un pasatiempo muy común, y en el caso de estos retratos, además de permitir a cualquiera observar la naturaleza humana, es una oportunidad para conocer la evolución del arte y de la sociedad en una época tan convulsa como interesante: el paso del siglo XIX al XX.
El catálogo de personajes captado a través de los retratos es de primera magnitud. Desde monarcas como Alfonso XIII a el propio Joaquín Sorolla, o Chejov, o el décimo séptimo duque de Alba, o Vicente Blasco Ibáñez...
La exposición se divide en salas, y cada una de ellas se dedica a una tipología. La muestra arranca con una serie de impresionantes autorretratos, continúa con retratos de sociedad, psicológicos, de grupo y en enorme formato, para seguir en la primera planta con descripciones de ambientes, retratos al aire libre, simbólicos y aquellos que expresan la crisis de una sociedad y de un mundo que se truncó abruptamente con la Primera Guerra Mundial.
«Esta colección permite el estudio de la evolución de los retratos entre 1870 y 1914, un momento en el que se planta la semilla del sistema económico y social global en el que ahora nos movemos», señaló Llorens.
En el catálogo de la exposición (con textos de Tomás Llorens, Boye Llorens, Pilar Pedraza, Valeriano Bozal, Barbara Guidi y Danièle Devynck) se explica cómo las pinturas exhibidas sirven para explicar la enorme importancia que cobra en ese momento la burguesía en la sociedad, el cambio de imagen y de rol que las mujeres empiezan a protagonizar, la evolución del vestuario y de las viviendas, o el negocio que gira en torno a los retratos de personas y familias ilustres que todavía no podían optar a fotografiarse, por lo que convierten los retratos pictóricos en un símbolo de su posicionamiento social.
El periplo histórico se hace a través de 42 pintores, considerados maestros consagrados y pertenecientes a tres generaciones de artistas. La primera de ellas, que incluye a los nacidos en la década de 1830 a 1840, abarca nombres como Manet, Whistler y Boldini. Seguidamente, aparece un grupo intermedio (el más ampliamente representado) en el que figuran Sargent, Sorolla, Zorn, Corinth, Munch, Repin, Serov, Bruvel y Tolouse-Lautrec. Finalmente, la muestra se detiene en los autores de entre 1870 y 1880, como Vuillard, Kokoschka, Chiele o Kirchner.
«La exposición es un retrato de personas, pero también de un tiempo, de una época denominada posteriormente 'Belle Époque', durante la que se produjeron enormes cambios tecnológicos y económicos que permitieron la construcción, por ejemplo, de las grandes ciudades modernas», indicó Llorens, quien repasó algunas las piezas 'estrella' de la muestra, las que más ha costado de conseguir, como es el caso del retrato cedido por el Príncipe de Asturias, así como el cuadro de 'La Duquesa de Sutherland' de Sargent, que ocupa la cabecera de la sala del siglo XIX del Museo Thyssen-Bornemisza, o el autorretrato de Shiele 'El poeta'.
«Se trata de una exposición excepcional, de una enorme calidad y que, por tanto, está acorde con la belleza del edificio que estrena su ampliación», señaló Miró, quien defendió sin complejos el coste de un proyecto convertido, según la consellera, en «una inversión», tanto por su interés cultural como poder de atracción turística. De momento, ayer, la inauguración contó con invitados entroncados a la Casa de Alba y a los Thyssen-Bornemisza, poderosas familias estrechamente relacionadas con el arte y la cultura.
Fuente: Las Provincias
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