La ciudad maltratada

Buenos días,

algunas personas están por civilizar y educar. La piedra angular de nuestra civilización, la EDUCACIÓN, estalla en mil pedazos cada vez que un individuo se dedica a pintarrajear nuestro patrimonio y llenar de garabatos y rayones la señalética cultural, mancha las paredes de los edificios, deja sus enseres y basura apoyados en el mismo, lo tapa con carteles de sus negocios, etc. Y puesto que parece que estas personas no han recibido ni educación ni respeto en su casa, son las autoridades las que tienen que tomar medidas necesarias para revertir esta situación. En caso contrario, nuestra ciudad estará abocada al desastre. 

Las administraciones públicas valencianas deben buscar y aplicar soluciones efectivas. Y ya no solo hablamos de las consabidas cámaras de vídeo vigilancia, que todavía no se han instalado y todavía tardará. Hay que trabajar y mucho en la concienciación y educación patrimonial, asignatura pendiente del Ayuntamiento de Valencia, pero también hay que sancionar y aplicar el Código Penal en los delitos contra el patrimonio cultural.

Se impone la necesidad de implantar los trabajos comunitarios y aumentar las sanciones económicas contra todos aquellos que alteren, dificulten, degraden o atenten contra la convivencia, el mobiliario urbano, el patrimonio cultural, la salud, el ornato público, etc. Los responsables deben pagar de su bolsillo los daños ocasionados. En ningún caso se puede permitir que las reparaciones sean pagadas una y otra vez por los impuestos de los contribuyentes.

Otra medida posible sería iniciar un proceso administrativo y legal para que el Ayuntamiento de Valencia disponga de personal propio. Una brigada especial, a fin de acometer con la debida celeridad y profesionalidad las tareas de vigilancia, inspección y sanción.

Volvemos a recordar que ciudades como Salamanca tienen un plan contra el vandalismo que podría ser perfectamente adaptado a nuestra ciudad. No hay excusa para seguir con esta actitud pasiva de dejar hacer y limpiar después. No es la solución y a las pruebas nos remitimos.

Por último, apelamos a la concienciación y al respeto de los ciudadanos hacia un patrimonio que es de todos. De la misma manera, exigimos el cumplimiento de la LEY a nuestras administraciones públicas. Si no hay respeto y educación, no nos puede temblar el pulso. Se debe sancionar y castigar a los responsables de estos actos y ataques contra nuestro patrimonio cultural.

Un saludo...

Refugio de la calle Serranos (entrada de la calle Palomino)

Manchas en los sillares de la Lonja de los Mercaderes

Busto y pedestal de Marçal de Sax pintarrajeado

Señalética pintada

Tienda de alquiler de bicis apoyando sus carteles en la fachada de la iglesia de San Martín

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