Buenos días,
los problemas que arrastra la Lonja de los Mercaderes de Valencia, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde diciembre de 1996, siguen arrastrándose y prolongándose en el tiempo y el espacio desde hace lustros.
Ninguno de los gobiernos municipales que ha habido en la ciudad termina de resolverlos. Solo se parchean y se maquillan, de tanto en tanto y tras denunciarlo por activa y por pasiva por RGE, en RRSS y a través de prensa, después de las pertinentes recomendaciones del Síndic de Greuges, del Ministerio de Cultura, etc., para cubrir el expediente y hacer ver que se trabaja en el mantenimiento y recuperación del edificio.
La expresión "las cosas de palacio van despacio", queda elevada a la enésima potencia en el caso del Ayuntamiento de Valencia y de las correspondientes concejalías, áreas y servicios con competencias en la materia, cuyas respuestas y excusas son siempre las mismas y con una clara intención: querer vender neveras y congeladores a un esquimal. Son estas:
1. "Estamos trabajando en ello (eternamente)".
2. "Faltan las autorizaciones necesarias de la Conselleria de Cultura (nunca llegan)".
3. "El estado actual se debe a la falta de mantenimiento e inversiones del gobierno anterior (y tú más)".
4. "Falta de presupuesto (cuando lo haya) y de personal para atender estas cuestiones".
Ya lo hemos comentado más mil veces. Cualquier cosa que cae en manos de los responsables de la Lonja, tarda cuatro, cinco y hasta seis veces más en desatascarse y resolverse que otros problemas que se gestionan, eficientemente y de manera ágil, en otras áreas de nuestro consistorio. La falta de eficacia y diligencia es más que patente, pero esto es vox populi dentro y fuera de las administraciones públicas valencianas.
Los años siguen pasando y los problemas de humedad, filtraciones, eflorescencias, pérdida de material pictórico, suciedad y grietas siguen ahí y las excusas se repiten en bucle. Veremos cuántos años más tardan en que la Lonja tenga el mantenimiento y la limpieza regulares que merece y precisa un edificio de su categoría y de su inmenso valor patrimonial, «ejemplo totalmente excepcional de un edificio secular en estilo gótico tardío, que ilustra de manera espléndida el poder y la riqueza de una de las grandes ciudades mercantiles del Mediterráneo» y «uno de los más brillantes ejemplos del gótico civil europeo».
Un saludo...
Vergonzoso, para variar!
ResponderEliminarUna verdadera vergüenza.
ResponderEliminarPara patrimonio nunca hay presupuesto para otros sí
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