Buenas tardes bloggeros,
iniciamos el 2014 con una reflexión realizada por nuestro amigos de Cercle Obert y que suscribimos enteramente.
Tanto el legítimo propietario, como el Ayuntamiento de Valencia y la Dirección General de Cultura de la Generalitat Valenciana han sido arte y parte en el expolio, saqueo y degradación de numerosos bienes culturales únicos y singulares en Valencia ciudad. La Administración valenciana tiene las herramientas legales y humanas para evitar y paliar los numerosos atentados y deterioros que padece nuestro abundante y extraordinario patrimonio cultural. Otra cosa muy distinta es que tenga la sensibilidad e inteligencia necesaria para poner en marcha las obligatorias medidas legales que fija nuestro ordenamiento jurídico. El abandono, degradación, expolio y saqueo de la fábrica Art Decó Bombas Gens de Marchalenes, es responsabilidad tanto del legítimo dueño como del propio Ayuntamiento de Valencia, y ambos llevan años evitando asumir sus responsabilidades, con el grave daño que causan a las personas residentes y a los viandantes. Por cierto, el Ayuntamiento puede y debe actuar subsidiariamente e iniciar las obras de inmediato, transcurrido el tiempo marcado por nuestro ordenamiento. La legislación ampara al consistorio que dirige Rita Barberá. Y también se puede y se debe imponer multas y sanciones proporcionadas al daño causado al bien y a los ciudadanos residentes.
Si realmente la oposición y los vecinos de la zona dejasen de hablar tanto y secundasen nuestras denuncias y nuestras iniciativas, hace ya años que no existiría patrimonio cultural en ruinas en Valencia. Pero hay un mal hábito en nuestros conciudadanos y en la mayor parte del movimiento vecinal y oposición: hablar, hablar y hacer notas de prensa o actos simbólicos, que se diluyen y desaparecen en el mismo momento en que se publican o se convocan. Para vencer y lograr la conservación eficiente del Patrimonio Cultural Valenciano hay que iniciar procesos administrativos y judiciales, que obliguen a la Administración y a los propietarios que atentan contra la legalidad a cumplir con las leyes. Si no se hace así, las mociones, la indignación de bar y las insulsas y contradictorias notas de prensa carecen de eficacia y simplemente sirven para consolidar la impunidad, la improductiva resignación y el terrorismo cultural y urbanístico que llevamos décadas y décadas padeciendo en nuestra ciudad de Valencia. ¿Cuándo vamos a dejar de hablar tanto y vamos a denunciar como toca y en tiempo y forma a todos los presuntos delincuentes y expoliadores que atentan contra la salud, la vida, la convivencia y el Patrimonio Cultural?
El Ayuntamiento de Valencia puede y debe iniciar de inmediato las obras de rehabilitación en la fábrica Bombas Gens de Marchalenes, así como la Consellería de Educación, Cultura y Deportes puede y debe emprender el proceso de expropiación e imponer las sanciones preceptivas. La legislación ampara a la Administración para actuar, pero no moverán un dedo si los vecinos, las entidades cívicas y la oposición no aprenden a emplear los mecanismos legales con habilidad e insistencia.
Señores míos: menos hablar y menos notas de prensa y más denuncias administrativas y judiciales contra los presuntos terroristas urbanísticos y culturales, que tenemos las leyes de nuestro lado y no sabemos ni queremos utilizarlas con la habilidad y oportunidad necesarias. Lean la LUV, el Código Penal y la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano y pregúntense por qué ninguna institución ha tomado medidas claras y eficientes todavía. ¿No será que los ciudadanos no somos ciudadanos y no tenemos dignidad ni autoestima, dado que permitimos que la Administración nos engañe y nos mienta constante y cínicamente?
Si ahora se actúa y se realizan obras y reparaciones en algunos bienes culturales en Valencia, no es por intervención divina o del Espíritu Santo. Hay miles y miles de horas de trabajo desinteresado, miles y miles de escritos presentados en los registros oficiales, decenas de entrevistas surrealistas con impresentables comisarios políticos que nos han demostrado tener menos inteligencia que un mosquito y la misma sensibilidad que un trozo de carbón, por no hablar de la profunda ignorancia y desprecio que nos han demostrado tener por la Cultura, la Educación y el Estado de Derecho.
Insistimos: sí se logran pequeños éxitos ahora, es gracias a la labor incansable y tenaz de dos asociaciones cívicas: Circulo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural y Cercle Obert de Benicalap. Tareas y labores que vamos a continuar con la misma pasión y constancia de siempre. Incluso queremos advertir a los responsables institucionales que tenemos preparada una nueva ofensiva dentro del marco legal vigente si seguimos sufriendo la obscena e indecente INACTIVIDAD y opacidad habitual de la que hace gala la Consellería de Educación, Cultura y Deportes. La prevaricación es un delito grave, así como negarse a no actuar, permitiendo que algunos bienes culturales inventariados o no, puedan causar daños a los viandantes, a los residentes. Atentar contra la vida de las personas por no querer cumplir y hacer cumplir las leyes, es un delito muy grave. Y hay algunas instituciones que llevan tiempo permitiendo, consciente y reiteradamente, presuntas situaciones que ponen en serio peligro la integridad, salud y seguridad de las personas. Una cosa es alimentar la degradación y destrucción del Patrimonio Cultural Valenciano a través de la inactividad y comportamientos abiertamente negligentes y otra permitir que esa desidia e irresponsable inacción institucional, pueda causar presuntos daños y lesiones irreversibles y peligrosas a las personas.
¿Entiende lo que queremos decir, Sr. Alberto Fabra?
Tenga en cuenta Molt Honorable President de la Generalitat Valenciana que desde la Generalitat Valenciana algunos de los altos cargos designados por usted o su antecesor, con la complicidad y colaboración entusiasta de algunos funcionarios, pueden estar cometiendo presuntos y reiterados delitos de prevaricación y atentando presuntamente y de forma consciente y sistemática, contra la integridad y la salud de las personas, de muchas personas.
Sabemos que en el competitivo y cainita mundo en que vivimos, el reconocimiento y el respeto oficial nunca lo vamos a recibir, pues los puestos oficiales en las instituciones públicas no son ocupados por los más virtuosos, dignos ni preparados, según reconocen y saben bien los autores clásicos, hoy tan denostados e ignorados por la plebe política… pero nos sentimos orgullosos y muy satisfechos de ser coherentes con nuestro estilo de vida, un tanto franciscano.
Nos encanta respetarnos y reconocernos como ciudadanos libres e independientes, cuya única patria es el Patrimonio Cultural, el Mundo entero, la Libertad.
¡¡¡Feliz 1984 y que el Gran Hermano del Patrimonio Cultural siga a nuestro lado por muchos años!!!
Antonio Marín Segovia
CERCLE OBERT DE BENICALAP