Buenas tardes,
desde el pasado 13 de marzo, la actividad de nuestra asociación se ha reducido prácticamente al mínimo, en lo que respecta a las denuncias por la vía administrativa, la continuación de los expedientes en marcha o pendientes o la apertura de nuevas quejas/denuncias.
Sin embargo, el trabajo del Síndic de Greuges ha seguido su curso, adaptando los plazos y los tiempos de respuesta a las circunstancias excepcionales provocados por la consabida emergencia sanitaria.
Debido a ello, hace escasos días empezaron a llegar diversas recomendaciones que estaban pendientes y cuyas resoluciones se han retrasado unas semanas debido a lo anteriormente expuesto. Una de ellas es histórica, puesto que alcanza la increíble (y vergonzosa) cifra de seis. Hasta la fecha el máximo de recomendaciones emitidas por el Síndic de Greuges, dentro de los numerosos expedientes que tenemos abiertos con esta institución, era de cinco. Con esta sexta recomendación, la alquería de Serra (BRL) pasa a ser la denuncia sobre patrimonio histórico y cultural sobre la que se han emitido más recomendaciones. Y faltaría comprobar si también lo es a nivel de denuncias sobre el patrimonio cultural valenciano.
Estas seis recomendaciones ponen de manifiesto varias cuestiones:
a) La lentitud e ineficacia probada de todas y cada una de las administraciones públicas (independientemente del color político del gobierno que esté al frente) a la hora de resolver en tiempo y forma los problemas que amenazan a nuestro patrimonio cultural. La falta de voluntad e interés (camuflados con la crónica y eterna falta de presupuesto y medios) hace que la solución a estos problemas se prolongue durante lustros o décadas.
b) Si no existe una denuncia previa, por escrito y por registro de entrada y no virtual, las administraciones públicas con competencias en la materia no actúan, motu proprio (excepto si es un caso sangrante y el bien se les cae al suelo). Miran para otro lado como si estos asuntos no fueran con ellos y más si se trata de un bien privado. La función in vigilando no se cumple, así como tampoco las inspecciones que se deberían realizar.
b) El desinterés de los propietarios por cumplir con la legislación vigente (patrimonial y urbanística), cuidar y rehabilitar los bienes que tienen en su propiedad (han puesto a la venta esta alquería en diversos portales inmobiliarios) y las argucias, dilaciones, etc. que usan para esquivar unos requerimientos que saben que no van a cumplir, obligando a actuar de forma subsidiaria a la administración. El caso más grave lo tenemos en una de las construcciones de titularidad privada del conjunto rural de la alquería del Moro (BIC). El Ayuntamiento de Valencia se dejó marear/engañar con las promesas de rehabilitación de los propietarios hasta que este edificio se vino abajo en agosto de 2018.
c) La necesidad ineludible de estar denunciando una y otra vez los mismos asuntos, reabriendo los expedientes continuamente ante recomendaciones que se aceptan, para luego no cumplir. Hay que estar denunciando y visibilizando en RRSS y prensa para que se tomen cartas en el asunto. Queda en manos de la sociedad civil insistir, insistir e insistir en una cuestión que se tendría que resolver sola.
A la espera de la respuesta del Ayuntamiento de Valencia ante esta recomendación, seguiremos muy pendientes del estado de la alquería de Serra (BRL), un bien ocupado y en grave peligro de desaparición.
Un saludo...