Aprovechamos el blog para publicar la noticia que recoge hoy el Levante-Emv en su edición digital y que nos muestra la otra cara del patrimonio: la del abandono.
Un abandono llevado a cabo por parte de las instituciones publicas del patrimonio pictórico valenciano bien por falta de recursos, bien por falta de interés.
Sirva de ejemplo y de crítica este artículo para denunciar el lamentable estado en el que se encuentran las obras de arte de la segunda pinacoteca más importante del país después del Museo del Prado. El Museo San Pío V de Valencia.
Una situación que la pinacoteca valenciana arrastra ya desde hace meses y a la que de momento no se le ha puesto solución.
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El sistema de climatización de esta zona del museo lleva tiempo funcionando de forma anómala. Algunas obras presentan grandes grietas y corren riesgo de desprendimientos.
Al menos una decena de tablas de las instaladas en las salas dedicadas al Gótico y primer Renacimiento del museo San Pío V de Valencia presentan serios problemas de conservación y alguna de ellas incluso importantes grietas. El calor está afectando de manera visible a la considerada columna vertebral del museo de Bellas Artes de Valencia, un centro que desde hace mucho tiempo parece navegar sin rumbo fijo.
Esta es la segunda vez en muy poco espacio de tiempo que las tablas de la salas góticas sufren el mismo problema. Pero ahora el hecho resulta quizás más grave porque, según algunas fuentes consultadas por este diario, la climatización del espacio funciona de forma anómala desde hace tres meses y nadie pone remedio.
La zona más afectada en el área final de la planta baja del museo donde se exhiben tablas y retablos de Nicolás Borrás. Por ejemplo, diversas piezas del Retablo de San Jerónimo de Cotanda muestran grietas que llegan a alcanzar más de un metro de longitud, tanto de forma horizontal como vertical. Pero a pocos metros, también sufre desperfectos el Retablo de la Virgen de la Leche, de Antonio Peris o las cinco predelas con escenas de la pasión de Cristo de Reixach situadas en uno de los corredores. Tampoco se salva de la situación el Retablo de Fray Bonifacio Ferrer de Gerardo Starnina o La Sagrada Familia del Círculo del Maestro de Santa Ana. Son sólo unos ejemplos de que las condiciones de humedad no son las adecuadas.
El problema, además, puede agravarse debido a la estación en las que nos encontramos y el aumento de las temperaturas. Las piezas habían sido restauradas en los últimos años.
Fuente: Levante-Emv
Tabla relativa a La última cena perteneciente al retablo de San Jerónimo de Cotanda, de Nicolás Borrás, que presenta varias grietas.