Hola de nuevo bloggeros,
después del parón, debido a las fiestas navideñas y sus quehaceres, estamos de vuelta con las pilas cargadas y dispuestos a abordar muchos más temas que tenemos desde hace un tiempo en el tintero, entre ellos la Valencia musulmana.
después del parón, debido a las fiestas navideñas y sus quehaceres, estamos de vuelta con las pilas cargadas y dispuestos a abordar muchos más temas que tenemos desde hace un tiempo en el tintero, entre ellos la Valencia musulmana.
Pero antes de seguir queremos hacer una aclaración al título que hemos elegido para la entrada. Si bien Balansiyya es una palabra hermosa y muy similar al nombre actual de nuestra ciudad, no hace referencia a la misma, sino al territorio, al reino (provincia). El nombre de nuestra ciudad en época musulmana sería Madinat Al-Turab, la ciudad de tierra, de aluvión, por la superficie del suelo sobre la que se posaba.
Una vez aclarado esto, empezamos el 2010 hablando brevemente de una figura injustamente olvidada por las instituciones públicas valencianas (y por la misma historia) como la és la del poeta, historiador, político y diplomático valenciano Abū Abd Allāh Muhammad ibn Al-Abbār, conocido por nosotros como Ibn Al-Abbar (Al Abbar es el "laqab" o sobrenombre que llevaba su antepasado y que suele ser indicativo del oficio que desempeñaba. En este caso sería "fabricante de agujas").
Un autor nacido probablemente entre los meses de enero y febrero de 1199 en la ciudad de Valencia, en el seno de una familia yemení arraigada desde generaciones en la ciudad de Onda (perteneciente al reino de Balansiyya), que dedicó gran parte de su vida a escribir, a viajar por Al-Andalus para ampliar sus conocimientos y a trabajar como secretario y cónsul de diversos gobernadores.
Un autor nacido probablemente entre los meses de enero y febrero de 1199 en la ciudad de Valencia, en el seno de una familia yemení arraigada desde generaciones en la ciudad de Onda (perteneciente al reino de Balansiyya), que dedicó gran parte de su vida a escribir, a viajar por Al-Andalus para ampliar sus conocimientos y a trabajar como secretario y cónsul de diversos gobernadores.
Lamentablemente, su historia termina de forma trágica y triste ya que tras la conquista de Valencia por Jaime I (fue el encargado de las negociaciones para la rendición de la ciudad), Ibn al-Abbar tuvo que marcharse a Daniyya (Denia), desde donde fue expulsado posteriormente a Túnez, donde siguió trabajando de forma destacada como secretario de cancillería hasta que el emir al-Mustansir ordenó ejecutarle (lanceado) el 6 de enero de 1260, quemando más tarde su cadáver junto a todos sus escritos.
Es por ello considerado por muchos autores como el primer gran exiliado de la historia valenciana del que solo nos quedan algunas de sus magníficas obras y poesías así como una calle en la ciudad de Valencia (entre la Avda. del Puerto y la Calle Santos Justo y Pastor).
Os dejamos dos poemas de nuestro autor sobre su amada tierra.
Un saludo...
------
¡Venid hacia Valencia con vuestros jinetes!Allá, nuestras gentes han caído en desgracia. En las mezquitas, ahora iglesias, la llamada a la oración se ha hecho volteo de campanas. ¡Cuánta pérdida!¿Cómo revivir el pasado? ¡Solo son ruinas los colegios aquellos donde todos recitaban el Corán!El jardín que con deleite encantaba nuestros ojos,las arboledas verdeantes, ya se han secado y endurecido.Los parajes de los alrededores ya no existen,aquellos que al viandante invitaban a permanecer o pasear.Un infiel ha venido a borrar tanta belleza;designado por el destino para traerle perdición,deshacerla quiere a pedazos, y ni duerme ni reposa.¡Venid hacia Valencia con vuestros jinetes!
---------------
"Para siempre ya adiós a la tierra amada. Nuestra juventud y los grandes amigos, perdidos. Todo lo hermoso está ahora deshecho, disperso o lejano.Sin júbilo ni hogar, vencido y no en paz me siento.¿Dónde las casas de Valencia? ¿Dónde las voces de sus palomas?Todo se ha perdido. Se ha perdido el Pont y la Russafa.Se ha perdido Mislata y Massanassa. Todo se ha perdido ¿Dónde aquellos prados con ríos y arboledas verdes?¿Dónde los parajes aromáticos a donde solíamos retirarnos?¿Dónde el céfiro siempre fresco? ¿Dónde los crepúsculos amables?¡Ay Valencia! ¿Qué se ha hecho de aquellas mañanas en que el sol jugaba con el mar corriendo por la Albufera?Nada puede hacerse cuando el destino trae la pérdida..."