viernes

Los ´cascarones´ de Félix Candela iluminan el IVAM

Buenas tardes bloggeros,

os dejamos una propuesta muy interesante para este fin de semana. Se trata de una exposición que se inauguró ayer en el IVAM sobre la figura del arquitecto Felix Candela. Dicha exposición reúne 21 maquetas de las obras más representativas del arquitecto madrileño y estará abierta al público hasta el próximo 2 de enero.

Esperamos que la disfrutéis.

Un saludo.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Félix Candela (1910-1997) tenía 26 años el 18 de julio de 1936, acababa de finalizar arquitectura y había obtenido una beca para ampliar estudios en Alemania. Ese preciso día tenía que coger el tren en Madrid para partir, pero enterado del alzamiento militar contra el Gobierno decidió en la misma estación quedarse. Fue capitán del ejército de la República, nunca pegó un tiro, pero se hartó de construir trincheras en el frente de Teruel. En 1939 salió por los Pirineos hacia Francia y tras el "expolio" y la "desconsideración" -lo contó así él mismo- en un campo de concentración galo, en mayo de ese año, sin saber quién lo incluyó en la lista, se subió al mítico barco Sinaia camino del exilio en México, país en el que se nacionalizó en 1941 para no volver a pisar la España franquista.

Lo demás es la historia de uno de los grandes nombres de la arquitectura hispanoamericana del siglo XX, "conocido en México, pero menos en España". Luchar contra ese silencio es uno de los objetivos de la exposición inaugurada ayer en el IVAM y organizada por el museo y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), que no se verá en ningún otro lugar de España y que en 2011 viajará a México y, posiblemente, a EE UU.

Maquetas realizadas para la ocasión por la Universidad de México (UNAM), planos de la mano de Candela, fotografías de su juventud -fue campeón de esquí y salto de pértiga- y de sus principales edificios, y audiovisuales sobre el proceso constructivo de sus famosas cubiertas (tan reconocibles en Valencia por la influencia, reconocida, sobre Santiago Calatrava) conforman la muestra. Todo procede de los fondos de la UNAM y las universidades de Princeton y Columbia (emigró a EE UU como profesor en 1971).

En el recorrido no falta su última creación, que no llegó a ver finalizada: el restaurante de l'Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, diseñado a partir del que hizo en Xochimilco en 1958 (Los Manantiales).

Es uno más de sus "cascarones" -no se lea el término como despectivo, sino que así son conocidos en México sus peculiares paraguas de hormigón armado y así les llamaba él-, de los que proyectó 1.400 ("no por bonitos, sino porque eran lo más barato", dijo ayer el comisario de la muestra, Juan Ignacio del Cueto, de la UNAM), el 93% para obras industriales. Aunque sus cascarones "son tan mágicos en una gasolinera como en una iglesia", remarcó el catedrático de Arquitectura de la Politécnica de Valencia José María Lozano. Y eso que, pese a ser un laicista convencido, diseñó unos cuantos templos. Como el de Guadalupe en Madrid, de 1963, del que diseñó su cubierta pero que se negó a visitar, pese a que una de sus máximas y enseñanzas fue la presencia a pie de obra.

Quizá una de las razones del poco conocimiento de Candela en España fuera del ámbito arquitectónico es que no fue un nostálgico, como otros exiliados, dijo Cueto ayer; se despreocupó del pasado y prefirió ver la Guerra Civil y el campo de concentración como una forma de aprendizaje. No es casual que el catálogo de la muestra se abra con una cita de la última novela de Antonio Muñoz Molina, La noche de los tiempos, cuyo protagonista, Ignacio Abel, es también un arquitecto liberal republicano exiliado en EE UU.

"Me duele mucho que el Ágora de Calatrava oculte la última creación de Candela"

Una fotografía de ambos y una cita de Santiago Calatrava muestra en la exposición el influjo que Candela ha tenido en el valenciano. Frente a Van der Rohe, Candela apostó con otros sudamericanos por la curva. El paraboloide hiperbólico es la base de sus finas cubiertas -de 15 milímetros es la del pabellón de Rayos Cósmicos de la Ciudad Universitaria de México- de hormigón armado, cuya huella se puede rastrear en la obra de Calatrava. "Santiago, no tengas prisa", le dijo el hispano-mexicano al valenciano en 1986 en la puerta del Hotel Astoria. Lo recordaba ayer el catedrático José María Lozano, presente entonces en el diálogo. "No le ha hecho mucho caso", comentó el miembro del consejo rector del IVAM, quien remachó: "Me ha dolido mucho que el Ágora de Calatrava se ocupe de ocultar la última creación de Candela vista desde la Ciudad de las Artes" (el restaurante de l'Oceanogràfic).

Fuente: Levante-Emv

No hay comentarios:

Publicar un comentario