Buenas tardes bloggeros,
nuestro compañero Antonio Marín, de Cercle Obert de Benicalap, nos ha enviado la carta que ha recibido hoy, día de los Inocentes, de parte de Santiago Grisolía, presidente del CVC. Puede parecer una inocentada típica de este día, pero no es así. Es real, no se trata de ninguna broma.
En la misma le agradecen la cantidad de escritos que presenta la entidad y le animan a seguir preocupándose por el patrimonio de los valencianos, cosa que ellos no hacen ni por asomo (ni tienen la intención de hacerlo). Lo dejan tranquilamente en manos de los ciudadanos de a pie y demás asociaciones que realmente están realizando las funciones de vigilancia y denuncia que le corresponden a este órgano (mudo ante los problemas reales del patrimonio cultural), y que nos cuesta cada año un ojo de la cara.
Nosotros, Sr. Grisolía, lo hacemos por amor a nuestro patrimonio y de forma desinteresada porque no nos fiamos de la pésima labor de la administración valenciana ni de instituciones públicas como la suya, que solo sabe poner la mano para cobrar el cheque y reunirse en banquetes y ágapes.
Así que no sabemos si será por el champán, como dice Carmen Pérez, directora del IVACOR, o por la ingesta excesiva de polvorones y mantecados, pero a este señor nadie le ha dicho que tiene la cara de cemento armado.
¡Pónganse a trabajar o disuelvan de una vez este organismo, pagado con nuestro dinero, que no tiene ni oficio ni beneficio!
Saludos...
La "broma" de Santiago Grisolía
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