Buenos días bloggeros,
el jardín del MuVIM sigue y seguirá dando que hablar. Otra vuelta de tuerca más para lo que era un jardín histórico y se que ahora se ha convertido en este engendro descontextualizado del Sr. Consuegra que venimos denunciando desde hace tiempo.
En lo que era la fachada principal de la antigua facultad de Medicina se ha colocado un horripilante e innecesario armazón de acero para la superestructura que cubrirá lo que era la entrada a esta facultad y para situar los frisos que había justo encima en ella. La piedra y el metal se dan de bofetadas y es un insulto a la inteligencia, al buen gusto y lo que es más importante, una burla a las leyes de patrimonio y a las diferentes recomendaciones sobre los jardines históricos y que ya expusimos en otros posts. ¿Era necesario hacer este pegote? ¿Por qué no ha habido un mayor rigor histórico y más respeto por la configuración original del jardín?
Las columnas que habían repartidas por el antiguo claustro han sido colocadas al tuntún por todo el jardín. Al lado de la terraza del bar del MuVIM, delante de la estantería del IKEA donde están dispuestos otros restos de basas, capiteles y columnas... en todos los sitios menos donde tocaba, que era el lugar donde ya estaban. ¿Por qué?
En fin, la obra continúa su curso con unos resultados cada vez peores y lo que es más preocupante, nadie dice nada. Silencio...
Un saludo...
Souvenir para la terraza del MuVIM
Desde lejos ya produce horror
De cerca todavía más...
Era del todo innecesario
El "Búnker" toma una forma... espantosa
¿Y las columnas del antiguo claustro?
Fuera de lugar...
Fotos: César. Licencia Creative Commons
Este es el problema de dejar nuestro patrimonio a divos de la arquitectura que piensan en dejar una huella, al igual que los grandes genios, como puede ser Mies Van der Rohe, pero no son más que la suela de un zapato sucio que no sabe escuchar ni leer el significado de las piedras, que no saben colocar, ni construir, porque su ego es su vida. El problema no es de él, el problema es de quién lo contrata, pues todavía es más inútil que el.
ResponderEliminarYo conozco a una arqueóloga que estuvo en la excavación y dice que el tío no habla con nadie, que mira y hace lo que quiere, no escucha, sino se escucha no se aprende, eso es lo primero que tiene que saber.
Mercè:
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con tu reflexión... Yo, que soy un simple profano, enamorado del arte, de la cultura, de nuestros jardines... me siento humillado al contemplar el esperpento que ha construido ese personaje, ese divino divo de la arquitectura del hormigón, que tanto me recuerda a las construcciones hitlerianas. Y no lo digo de oídas, pues me he tomado la molestia de leerme todo lo que hay escrito sobre Vázquez Consuegra y no me gusta nada.
Lo he dicho muchas veces y lo seguiré diciendo otras miles de veces: un jardín es un jardín y no un experimento para que un egocéntrico arquitecto, señor del hormigón, pueda convertirlo en un bunker, en un triste e inhabitable bunker.
Vázquez Consuegro y sus palmeros acaban de matar uno de los jardines históricos más antiguos e importantes de toda Europa. Y eso es un grave delito.
Es penoso constatar que muy pocas voces nos hemos atrevido a denunciar el atropello cometido contra uno de los pocos espacios históricos, donde existía un matrimonio perfecto entre las ruinas arqueológicas y algunas especies vegetales...
Triste momento que no podremos olvidar
¿Dónde se encuentra la Dirección General de Patrimonio Cultural Valenciano y el CVC para defender nuestros pocos y valiosos jardines históricos?
¿Dónde está la sociedad civil valenciana cuando destruyen sus mejores y más antiguos y emblemáticos jardines?
Hola Mercè,
ResponderEliminareste tipo de arquitectos y, como muy bien dices, su manía de dejar su huella por encima de la história y del sentido común, son demasiado peligrosos como para dejarlos sueltos por ahí. Desafortunadamente la administración pública que lo ha contratado le ha dado carta blanca para cargarse este jardín histórico, y esto es tan grave como lo primero.
Los resultados saltan y dañan a la vista y el mal ya está hecho.
Pero lo peor de todo es el silencio ensordecedor de la sociedad valenciana delante de estos y otros atropellos hacia nuestro patrimonio cultural. Nadie alza la voz para decir ¡BASTA!
Un saludo.