Buenas tardes blogger@s,
el pasado 3 de julio cayó una considerable tromba de agua en la ciudad de Valencia que ha afectado almenos a dos de los museos de la capital, que sepamos. Por un lado en Museo de Bellas Artes de Valencia y por el otro el centro Arqueológico de la Almoina.
Desde la Conselleria de Cultura se ha querido quitar hierro al asunto asegurando que ha habido una "pequeña" filtración de agua de sólo 2 milímetros y que no ha afectado a ninguna de las piezas. Pero conociendo como conocemos a los cargos y responsables políticos de esta institución y sabiendo que no han permitido el acceso a los sótanos, vamos a poner esta información en cuarentena puesto que probablemente se haya producido una inundación mucho más grave, como la que en su día inundó el Palau de les Arts Reina Sofía, y que se esté intentado tapar la vergüenza e incompetencia de nuestros gestores culturales que, por otra parte, queda demostrada día tras días con su falta de diligencia. Además, es más que evidente que los imbornales de la ciudad de Valencia están embozados y faltos de una limpieza y mantenimiento regulares por parte del Ayuntamiento de Valencia (asunto comunicado también por escrito). Por ello, no es de extrañar que cada vez que llueve en el entorno del museo el agua acabe llenando y rebosando los sótanos de la pinacoteca y la paciencia de los que defendemos nuestro patrimonio cultural.
Caso aparte son las filtraciones en el Centro Arqueológico de la Almoina, cuya "piscina de agua", audiovisuales apagados y que no funcionan, goteras debidas a filtraciones por una lámina de agua defectuosa, etc. está denunciado ante la Síndica de Greuges de la Comunitat Valenciana y está a la espera de las más que seguras recomendaciones que en breve comunicará al Ayuntamiento de Valencia.
Este museo, además, tuvo que cerrar las puertas al público debido a la gravedad de una inundación que se ha intentado disimular también en la medida de lo posible pero sin éxito. La verdad acaba saliendo siempre a la luz y más aún viendo la torpeza de los que la intentan ocultar.
Por todo ello, creemos que mucho más peligroso que los daños que pueda ocasionar el propio agua en sí lo es una administración pública valenciana negligente e incompetente en cuyas manos está la seguridad, protección y salvaguarda del patrimonio cultural valenciano. Unos políticos altamente incapacitados para la función para las que han sido elegidos.
Todo un peligro no apto ni para los museos ni para el patrimonio de nuestra ciudad.
Un saludo...
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