Buenas tardes,
Cada esquina y cada rincón de nuestro patrimonio cultural está lleno de orines. Vivimos, literalmente, en una Valencia orinada por culpa de los irresponsables de los animales de cuatro patas y también de los de dos, que deberían tener más conocimiento y respeto por la ciudad y por los vecinos.
Basta darse una vuelta por el Centro Histórico de Valencia, y por el resto de sus barrios, para comprobar los ríos de orines y de meados que aparecen en todas y cada una de las esquinas de los monumentos más importantes. Micciones que se pueden ver en las esquinas redondeadas de los diferentes palacios y palacetes, iglesias y campanarios, puertas, torres y otros tantos edificios relevantes.
La Catedral de Valencia, el Micalet, el Portal dels Serrans, de Quart y de la Valldigna, la torre de San Bartolomé, el Teatro Escalante, las parroquias de Santa Catalina, San Martín, San Esteban, etc. y una larga lista de palacios y de casas con piedra de sillería en sus esquinas redondeadas.
Este incivismo galopante y desatado que estamos viviendo desde hace años es fruto de la falta de respeto y de educación de una serie de individuos que ni saben, ni quieren vivir en sociedad. Pero también se debe a la sensación de impunidad que tienen los meaesquinas que nos dejan sus orines allá donde les place. Campan a sus anchas porque las autoridades siguen sin tomar medidas para prevenir y sancionar estos comportamientos que se han convertido en un problema tanto para los vecinos, como para las asociaciones y entidades que velamos por nuestro patrimonio cultural.
Además de los molestos olores, la ciudad transmite una imagen de suciedad, de abandono y de dejadez absoluta. Y quienes deberían ejercer sus funciones in vigilando y buscar soluciones a un problema que va in crescendo siguen mirando hacia otro lado, encogiéndose de hombros y dejando hacer. No le corresponde a los vecinos tener que enfrentarse con auténticos maleducados que encima se te encaran si les dices algo. El pasotismo y la dejación de las administraciones públicas valencianas sigue siendo vergonzoso y lamentable.
Un saludo...
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