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Nicolò Delli, conocido como Nicolás Lo Florentí en Valencia, iba a ser el pintor encargado de restaurar los frescos del altar mayor de la Catedral que hoy lucen, sin embargo, de la mano de los artistas renacentistas Francesco Pagano y Paolo de San Leocadio, que vinieron a Valencia en 1472 con el Cardenal Roderic de Borja, futuro Alejandro VI.
Fue en septiembre de 1469 cuando la Curia catedralicia de Valencia mandó a Castilla al procurador Joan Ridaura para que contratará a Nicolás Lo Florentí, quien había trabajo en el altar mayor de la Catedral Vieja de Salamanca. A su llegada a Valencia se le encargó como primera obra un fresco de la Adoración de los Reyes Magos para la Sala Capitular, fijando como retribución 150 monedas como precio por la ejecución de esta pintura que hoy luce tremendamente deteriorada.
Desafortunadamente, Nicolás Lo Florentí cayó gravemente enfermo y tuvo muchas dificultades tanto para empezar la obra como para finalizarla. Tras numerosas recaídas, terminó falleciendo en noviembre de 1470, dejando incompleta la obra y no habiendo podido llevar a cabo la intervención sobre el Altar Mayor de la Catedral de Valencia.
El pasado sábado pudimos comprobar in situ el pésimo estado de conservación y el deterioro que el fresco había sufrido en los últimos años. Tenemos algunas imágenes de últimos años y el deterioro que se ha producido es alarmante y preocupante. Por ello, consideramos que el Arzobispado debería actuar urgentemente e iniciar las necesarias obras de conservación preventivas, empezando con corregir la inadecuada y dañina iluminación que enfoca directamente a la obra.
Igualmente, la Historiadora del Arte y Máster en Restauración Talía Martínez, miembro de nuestra asociación, considera que hay daños visibles tanto en la pintura como en el mortero, como abolsamientos por descohesión entre estratos. Otros signos patológicos son los depósitos de suciedad y disgregación puntual. Sin embargo, lo que más llama la atención es la luz que incide directamente sobre la obra actuando como un claro agente de deterioro. Basta con comparar el estado actual con fotografías tomadas hace algunos años. Se puede apreciar una modificación del color, es decir, una decoloración de los pigmentos. Esta alteración, debida a una alteración química, es irreversible, y puede afectar también a sus propiedades físicas. Es por ello, que se debería poner la atención con urgencia en la conservación preventiva. Una adecuada luz artificial y una humedad relativa y temperatura idóneas, propiciarían unas condiciones favorables que paliarían, o al menos reducirían al mínimo, su degradación. Medidas preventivas que no resultarían de utilidad y efectividad, si no van parejas a un seguimiento efectivo de las mismas, mediante su medición y control.
Afortunadamente y después de que Carlos Garsán, de Cultura Plaza, sacará a la luz la noticia:
Durante el mes de abril estaremos atentos para comprobar que realmente el fresco de Lo Florentí es trasladado a otro lugar para iniciar su necesaria y urgente consolidación y restauración.
Un saludo...
Fotografía del fresco en el año 2006
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Fotografía del fresco 05/03/16
Propiedad de Roberto Tortosa cedida amablemente a nuestra asociación