Buenas tardes,
Muchos recordaréis la polémica que desató el grafiti que se pintó en el claustro "renacentista", de mediados del siglo XVI y principios del XVII, del antiguo Convento del Carmen y que terminó, por un lado, con un tirón de orejas del Síndic de Greuges, quien señaló que la Comisión Científico Artística del Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana no tiene la potestad, por si misma, para decidir si una intervención tiene o no trascendencia patrimonial. La enorme importancia que tienen los bienes de interés cultural y la necesidad de protegerlos al máximo, justifica sobradamente la conveniencia de dirigirse a la conselleria competente en materia de cultura para que sea esta la que, atendiendo a la trascendencia patrimonial o no de las actuaciones previstas, se pronuncie acerca de si es necesaria o no la previa obtención de una autorización de intervención. De este modo, se consigue disipar las dudas que puedan existir en torno a si una determinada actuación tiene o no trascendencia patrimonial.
https://conocevalenciapaseando.blogspot.com/2019/05/recomendaciones-del-sindic-de-greuges.html
Y por el otro, una condena en firme por el juzgado de Instrucción número cinco de València al director del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, José Luis Pérez Pont, por un delito leve de daños imprudentes en el patrimonio, por aprobar la intervención con grafitis del dúo de artistas PichiAvo en las paredes del claustro renacentista del Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC). El juez fue muy claro y contundente con el director del centro al afirmar que «Su actuación es de una negligencia inexcusable» y reprocharle su una gestión que debe velar «por el buen estado y conservación del edificio».
https://www.lasprovincias.es/politica/juez-director-centro-20220606172715-nt.html
Esta permisividad e incluso justificación hacia el grafiti, pintados directamente en los muros de monumentos y edificios protegidos, por parte de algunos irresponsables públicos, ha alimentado el ego y la sensación de impunidad de los delincuentes pintamonas que actúan con total libertad en el interior del Convento de Carmen.
El pasado mes de marzo de 2023 realizamos unas fotografías de los antiguos confesionarios del claustro gótico del Convento del Carmen (BIC), actual CCCC, que en origen estaban comunicados con la iglesia del Carmen y que fueron cegados en el año 1670 a raíz de las obras efectuadas en el edificio.
Y hemos podido comprobar que uno de ellos, donde consta la fecha de 1670 en la que fueron cegados, está plagado de pintadas y grafitis delictivos, realizados con rotuladores, bolígrafos e incluso mediante incisiones, que lo han dañado gravemente, poniendo en riesgo la integridad de los grafitis históricos del siglo XVII.
Resultan especialmente graves aquellos que han sido realizados con objetos punzantes, puesto que han raspado la superficie y han borrado partes de los grafitis históricos originales.
Se supone que el CCCC cuenta con vigilancia de seguridad en todo el recinto y no entendemos cómo es posible que estas pintadas y grafitis delictivos hayan podido realizarse con total impunidad y que lleven acumulándose allí desde el año 2016 o antes. En muchas de estas pintadas aparecen las fechas de 2016, 2017, 2018, 2019... y se disparan ya durante el 2020, 2021, 2022 y 2023.
Desconocemos si estos hechos han sido denunciados o no por los responsables del CCCC, a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para tratar de identificar a los autores de estos delitos contra el patrimonio cultural, tipificados en el artículo 323 del Código Penal. Desconocemos, igualmente, si los responsables del centro son conocedores o no de estos delitos, lo han comunicado o no a la Conselleria de Cultura, a la Dirección General de Patrimonio o en un Juzgado.
Por ese motivo, hemos solicitado formalmente, por RGE, que la Conselleria de Cultura tome las medidas precisa y necesarias para eliminar, de manera profesional, estos grafitis y proceder a la restauración de las partes dañadas, amén de otras medidas para prevenir y evitar estos ataques contra nuestro patrimonio cultural.
Queda patente que quien siembra vientos, recoge tempestades y quien consiente grafitis y pintadas en los muros de los edificios protegidos, termina teniéndolos en el interior de los mismos como algo habitual y normalizado.
Un saludo...