Buenas tardes,
INSOSTENIBLES. Este es el adjetivo que mejor puede describir en lo que se han convertido las Fallas de Valencia de 2023.
Una fiesta que se ha transformado en un monstruo incontrolado que ha devorado a la ciudad y a sus habitantes. Como un tsunami de orines, vómitos, suciedad, basura e incivismo, se ha llevado por delante la tranquilidad y la convivencia de los vecinos de barrios como Russafa o el Carmen, entre otros.
Las imágenes que han vuelto ha inundar las RRSS y los medios de comunicación, ponen en evidencia que la situación se ha desbordado hasta un punto de no retorno. Y por ello, nos produce sonrojo y vergüenza ajena que algunos de nuestros políticos tilden de éxito y de récord sin precedentes las fiestas de este año, simple y llanamente porque nos han visitado millones de personas, más que nunca. Creemos que afirmar esto es un grave error y que se ha hecho de manera precipitada, pensando más en clave electoral.
En lo que respecta al tema patrimonial, queremos señalar en primer lugar que, finalmente, hemos conseguido que desaparezcan las macro verbenas del entorno monumental de la Lonja de los Mercaderes, plaça del Mercat y plaza Ciudad de Brujas. Ha costado tres denuncias y tres recomendaciones del Síndic de Greuges para acabar con un problema que nunca tendría que haber existido.
La parte negativa es que el Ayuntamiento de Valencia ha vuelto a incumplir flagrantemente las recomendaciones del Síndic respecto a lo dispuesto en el artículo 38.e de la Ley 4/1998, de 11 de junio, de Patrimonio Cultural Valenciano para garantizar la máxima protección a los bienes de interés cultural o de relevancia local, concediendo licencias de ocupación de la vía pública que no respetan las fachadas de edificios y monumentos protegidos, sus áreas de protección libres de ocupación en los siguientes casos que hemos detectado:
a) La instalación de un puesto de venta de churros y buñuelos delante de la Casa Cortina II (Casa de los Dragones), situada en la calle Sorni nº4, que está catalogada como BRL-Monumento de Interés Local.
b) La instalación de un puesto de venta de churros y buñuelos pegado a la fachada lateral del Convento de San José y Santa Teresa, catalogado como BRL, recayente a la calle Blanqueries.
c) La instalación de diferentes puestos de venta delante y pegado a la fachada de la iglesia Parroquial de San Valero y San Vicente Mártir (BRL), situada en la calle del Padre Perea con la calle del Doctor Serrano.
d) Se ha concedido permiso o se ha permitido, por acción u omisión, para que se cocine pegado a la iglesia de Santa Catalina Mártir (BIC), se apilen trastos inflamables junto a su fachada y se utilicen sus arcosolios como depósito y almacén.
Nuestro consistorio no ha adoptado medidas más efectivas para prevenir y evitar dichos incumplimientos en lugar de tener que sancionarlos cuando ya se han producido. Ha dejado hacer, no ha inspeccionado y por la tanto, ha habido una completa y absoluta dejación de funciones.
Para finalizar, queremos recalcar que, lamentablemente, vivimos en una sociedad profundamente infantilizada e irresponsable, en la que se está permitiendo todo, sin que haya consecuencias. Volvemos a olvidar que, sin educación, civismo, respeto y medidas sancionadoras efectivas contra estos salvajes que se piensan que viven en la jungla, seguiremos cayendo, año tras año, en los mismos errores.
Ni una parte de la sociedad, ni nuestros políticos, han estado a la altura que se esperaba de ellos. Han vuelto a fallar y a tropezar en la misma piedra en la que llevan tropezando desde el año 2018. Urge pues una profunda reflexión y un cambio de rumbo real, efectivo e inmediato. No basta con redactar, consensuar y aprobar otro bando fallero más que terminará quedando, nuevamente, en papel mojado.
Un saludo...