sábado

El CVC, las notas de prensa, los lamentos y los informes que nadie respeta...

Buenas tardes bloggeros,

Vamos a ser breves y muy respetuosos, pues aquí no hay ataques personales contra nadie de los integrantes del CVC, pero sí queremos cuestionar públicamente la eficacia y sentido actual de un organismo tan costoso, que a nuestro entender no sirve ni como adorno ni como referente ético. 

También sabemos bien que el CVC no es ningún motor, ningún espacio de difusión de reflexiones e iniciativas, que permitan reanimar y dignificar nuestro panorama cultural, dominado por instituciones obsoletas y funcionarios políticos sin chispa ni respeto alguno por la legalidad.

En nuestra dinámica y caótica sociedad actual valenciana, hay demasiados organismos decorativos, demasiadas fundaciones, institutos, consejos... que viven del erario público, y cuya resonancia social es nula, incluso nos atrevemos a afirmar que son entidades contraproducentes y altamente tóxicas sobretodo en la época de "recortes" y fuerte "crisis" que nos está tocando vivir.

El CVC emite informes no vinculantes y sus actuaciones son meros actos simbólicos, cuya repercusión no trasciende ni cala en el mundo asociativo, en el mundo universitario, en la sociedad. 

La cultura participativa nace y renace de sus cenizas, como una reacción lógica ante el encorsetado y banal comportamiento institucional valenciano. Si algo demuestran nuestros organismos públicos actuales, es su manifiesta y visible incapacidad para ser vanguardia y espacio común y colectivo a la hora de tomar la iniciativa, tanto en el terreno de protección del legado patrimonial como a la hora de difundir otros manifestaciones creativas: el teatro, la música, la pintura, la poesía, etc.

El mundo de la cultura no debe nunca ser controlado ni supervisado por las instituciones públicas. A nuestro entender, únicamente deben ser concebidas las instituciones públicas como meros espejos, como puntos de difusión y encuentro de los creadores y de los ciudadanos y colectivos.

Como bien dicen en la excelente publicación "El estado mental" - Tenemos que hablar, editado por Borja Casani, "Me temo que la radicalidad en arte hoy no pasa por desnudarse en la calle sino por ofrecer sueldos dignos". Nosotros añadiríamos que tampoco hoy la radicalidad en el arte y en la cultura pasa por emitir notas de prensa insulsas o informes ambiguos que nadie lee y entiende. No pretendemos con nuestras opiniones hacer cambiar el rumbo del CVC y que asuman nuestras reflexiones y críticas, pues sabemos bien que ese organismo técnico-consultivo no tiene vocación alguna de interiorizar y metabolizar las críticas que hace tiempo se vierten en numerosos medios digitales contra el inmovilismo cultural e institucional valenciano. Por eso hoy, lo revolucionario y sensato, es decir claramente que mantener estos espacios, fundaciones o consejos no tiene sentido alguno, dada su probada ineficacia. Esas instituciones consultivas, únicamente contribuyen a estimular el descontento de los profesionales del arte, la educación, la investigación y la cultura, que no se ven representados ni escuchados por sus supuestos representantes y organismos oficiales. La acción constructiva debe ser la tónica de cualquier asociación, alejándose de las disputas partidistas y los enfrentamientos pueriles que vemos a diario entre las innumerables instituciones públicas. 

Desde hace años, observamos perplejos la absurda lucha entre ministerios, consellerías, ayuntamientos, diputaciones... en torno a espacios emblemáticos. Pero esa lucha, esas guerras eternas, no aspiran ni anhelan dignificar y conservar nuestros monumentos y bienes. Ni tan siquiera esas peleas aspiran a lograr que los creadores y profesionales puedan desarrollar su labor con eficacia, rigor e independencia. Esa guerra absurda que mantienen tres organismos públicos españoles, es un hecho algo más que lamentable y que nos parece intolerable.

El CVC ha tenido un sentido y una finalidad en cierto momento de nuestra historia, pero dada la coyuntura de crisis económica y de valores, es el momento de decir con la voz firme, que toca ya apostar por su total y definitiva desaparición, destinando sus fondos a potenciar la investigación y el desarrollo tecnológico y la creatividad desde la base, ajustándose al momento de crisis económica y moral.

Destinar el presupuesto del CVC a mantener los centros de investigación y desarrollo, sería la mejor de las tareas.Y si los actuales miembros del organismo técnico-consultivo así lo desean, pueden seguir reuniéndose, pero aceptando que su labor es altruista, gratuita y solidaria.

Dice Manuel Borja-Villel en la revista "El estado mental" que el artista no es un trabajador social. Tiene razón. De hecho, los proyectos mal llamados “políticos”, en que el artista actúa como redentor, suelen ser banales y arrogantes, además de pobres desde un punto de vista artístico. Es cierto que el arte no puede actuar como lubricante que sustituya a las necesarias políticas sociales, pero también lo es que constituye un elemento de transformación, una herramienta de activación de individuos y comunidades.

Nosotros, desde la asociación "Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural" no pretendemos ocupar el espacio que le corresponde de manera legítima a las instituciones públicas, pero sí debemos insistir en nuestra labor de crear una nueva conciencia participativa y por ello seguimos insistiendo en la necesidad de potenciar la denuncia de aquellas situaciones y "olvidos" en materia de protección, rehabilitación y difusión de nuestro legado patrimonial.

En el mes que lleva activo el nuevo CVC, después de su renovación oficial, únicamente hemos podido ver mucho silencio ante temas graves y lacerantes.No ha existido ningún pronunciamiento ante la situación de ruina y la ausencia de dirección que padece el Museo de Bellas Artes de San Pío V de Valencia. Tampoco han hecho mención sobre las pintadas que han aparecido en los puentes históricos de Valencia y en las fachadas de otros edificios protegidos como la Iglesia de Santa Catalina Mártir. Mucho menos esperamos que levanten la voz contra la aprobación de derribos de parte de la Alquería del Moro, BIC de propiedad municipal.

Pero mucho peor es comprobar que el CVC se esconde a la hora de denunciar el comportamiento pueril del Ministerio de Cultura, del Ayuntamiento de Valencia, de la Generalitat Valenciana. Nosotros no vamos a ser cómplices de ninguno y, por eso, nos atrevemos a denunciar oficialmente que las tres administraciones, utilizan la cultura, la educación, la investigación y nuestros monumentos, para sus contiendas partidistas, olvidando sus compromisos legales y obligaciones.

Hay otros silencios y comportamientos que podemos y debemos denunciar ahora y siempre, pero sería largo y tedioso enumerarlos ahora.Una institución pública, que no se atreve a cuestionar la eficacia y los comportamientos de otras instituciones, demuestra su falta de sentido, su eficacia. Por ello, lo normal es que asociaciones tan libres e independientes como "Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio", tengamos que salir a la palestra para señalar con el dedo y decir claramente "que el Rey está desnudo".

Ahora que hasta el presidente de la Diputación Provincial quiere deshacerse con urgencia de todos sus museos, de esa ingente cantidad de mal llamados "contenedores" culturales, algunos ciudadanos y entidades libres, tenemos el deber y la obligación ineludible de cuestionar la eficacia y sentido de organismos que ya no sirven ni funcionan como referentes simbólicos y espacios destinados a la reflexión y a estimular la acción creativa.

El CVC, tal y como hoy lo conocemos, hoy ya no es necesario. 

Desde Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, consideramos que todos tenemos que hablar menos y aprender a actuar desde el rigor y la sinceridad, aprendiendo a escuchar a los colectivos y ciudadanos que no se ocultan ni se cobijan en el silencio, en el anonimato, en el llanto, en la desesperación o en el dogma.

CÍRCULO POR LA DEFENSA Y DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

miércoles

Andamios en el Museo Nacional de Cerámica González Martí

Buenas tardes bloggeros,

como sabréis el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí está llevando a cabo durante estos meses las obras de consolidación en su fachada (elementos decorativos deteriorados como los estucos) a la espera de poder realizar las tan esperadas obras de ampliación que le permitan exponer el enorme contenido que posee, que obviamente no encuentra su espacio en el pequeño continente en que se ha convertido el museo.

Esta obra se une a la todavía más urgente intervención que ya se está llevando a cabo en el sótano del edificio, donde las humedades (provocadas por la fuente que había al lado de la fachada recayente a la calle Poeta Querol con la calle San Andrés) estaban haciendo auténticos estragos por la continua dejadez y pasividad del Ministerio de Cultura, que es quien tiene la titularidad del museo.

Os adjuntamos unas fotos que nos ha cedido amablemente Antonio Marín de la asociación Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio.

 Un saludo...

Fotos: Antonio Marín Segovia

La solución definitiva... ¿El frotar se va a acabar?

Buenas tardes bloggeros,

nuestro amigo Marcos ha tenido la gentileza de enviarnos una foto con las obras de limpieza de la lámina de agua de la Almoina. Nos preguntamos si de una vez por todas las administraciones públicas valencianas serán capaces de llevar a cabo el proyecto de limpieza y manutención adecuados (como el que había cuando se inauguró el museo allá por el año 2007) que nos prometieron tras las continuadas quejas y reclamaciones que hicimos ante las delegaciones de urbanismo y cultura del Ayuntamiento de Valencia. Quizás solo estamos ante un espejismo y en pocas semanas la suciedad se adueñará de nuevo de la limpia y transparente lámina de agua que deja ver las ruinas de la Valentia fundacional. Esperamos equivocarnos por el bien de la imagen de la ciudad.

 Un saludo.

Operarios limpiando la lámina de agua (Foto: Marcos)

martes

Las humedades del Colegio de la Seda dañan frescos del salón de la Fama mientras el Consell Valencià de Cultura sigue callado

Buenas tardes bloggeros,

la situación del Colegio del Arte Mayor de la Seda de Valencia es insostenible. Su inmediata restauración y consolidación no pueden esperar más viendo la noticia que ha saltado a la prensa. Al leer las líneas del artículo de las Provincias no podemos sino que reírnos. El malévolo juego entre gobierno, oposición y demás instituciones públicas y privadas es una auténtica tomadura de pelo a la sociedad valenciana.

Vuelven a la palestra palabras tan absurdas e inútiles en la política como "moción", "proponer", "instar" o "pedir",entre otras, que se usan a diario para cumplir el expediente y hacer ver a los ciudadanos que se está trabajando. Todo mentira, simple humo que vende con gran maestría nuestros políticos.

La única vía después de tantos años es la de la denunciarlo ante la fiscalía por el incumplimiento reiterado, abusivo y descarado de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano 4/1998.

Desde Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio creemos que los propios propietarios realmente no se toman muy en serio la protección, pues llevan repitiendo la misma cantinela desde hace años, esperando un milagro que no llega si antes no pones las velas al santo correspondiente y compras algún boleto de loteria... No se pueden esperar milagros ni acciones de la administración, si no existe voluntad e interés por parte del propio órgano rector del Colegio del Arte Mayor de la Seda.
La situación es grave, pero parte de la culpa de la ruina del edificio, viene de la propia pasividad y falta de interés de sus legítimos propietarios, que no han sabido ni han querido exigir el cumplimiento de la ley a la administración local y autonómica. Y lo peor de todo, a fecha de hoy siguen esperando recibir algo de caridad y atención por parte del Ayuntamiento de Valencia. Lamentable y pueril comportamiento, que supondrá la ruina y desaparición de un monumento que es "propiedad" no únicamente de sus dueños, sino de todos los ciudadanos presentes y futuros.

Un saludo...

Foto: Las Provincias (edición digital)
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Las humedades y grietas del Colegio del Arte Mayor de la Seda no entienden de crisis, ni de carencia de presupuesto en las administraciones públicas. El deterioro de este edificio del siglo XV avanza a marchas forzadas y las goteras de los techos ya han empezado a afectar a las pinturas decorativas de dos de sus salas nobles: la sala de la capilla y el salón de la Fama, que es muy conocido por sus cerámicas únicas que representan los cuatro continentes reconocidos en la época.

«Las humedades, que hace años eran pequeñas, son ahora considerables y está afectando a las paredes, techos y a las pinturas que dan un carácter noble a la planta superior», explica Vicente Genovés, presidente del Colegio del Arte Mayor de la Seda. Aseguran que el fresco obra de Vergara que representa a San Jerónimo lleva unos quince años cubierto por una estructura, «pero como no está a la vista, no sabemos si se está estropeando. Nos tememos lo peor, porque toda la cubierta del edificio está en muy mal estado», añade Genovés.

El gremio sedero no entiende por qué lleva el proyecto de reforma en danza desde 2007, «sin que nunca le haya dotado en Infraestructuras de una partida presupuestaria. El hecho de que en todos estos años no hayan inyectado dinero no es excusa para dejar caer un patrimonio único».

En este sentido, exigen que Infraestructuras entre en razón, «y, al menos, inicie la primera fase de las obras, que son las más urgentes, para actuar en las cubiertas y fachada, que sería fundamental para frenar el deterioro patrimonial. Hablamos de 400.000 euros».

Este colectivo explica que hace un mes enviaron comunicado a Infraestructuras, Cultura y a presidencia, «y todavía no nos han recibido. En presidencia nos remiten a la consellera Isabel Bonig, que todavía no nos ha contestado, al igual que en Cultura. El tiempo corre en nuestra contra».

Desde Esquerra Unida, el concejal Amadeu Sanchis, anunció ayer que llevará a la próxima comisión de Urbanismo una moción para solicitar la rehabilitación urgente del Colegio de la Seda. «Es un edificio de relevancia única en España y está fuera de toda lógica que esté en una situación de abandono avanzado».

Propondrá al Ayuntamiento que inste a la Generalitat a acometer la rehabilitación, «porque parece que ambos sigan sin ver en la cultura y el patrimonio unos elementos de recuperación económica, desechando así la posibilidad de crear puestos de trabajo directos. Además de asentar a Valencia en un necesario turismo cultural».

Fuente: Las Provincias

lunes

Los puentes históricos de Valencia siguen sufriendo actos vandálicos

Buenas tardes bloggeros,

después de haber sido rehabilitados los puentes históricos de Valencia ciudad, los atentados vandálicos y pintadas siguen proliferando, sin que las numerosas denuncias e iniciativas presentadas por diversas entidades se tomen en consideración.

Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural considera inaceptable e inadmisible la actitud negligente y pasividad institucional, a la hora de identificar, perseguir y sancionar a los responsables de tantas agresiones contra el legado patrimonial.

La vídeo-vigilancia y la presencia policial en el antiguo cauce del río Turia, son medidas que deben aplicarse de inmediato por el Ayuntamiento de Valencia y por la Consellería de Turismo, Cultura y Deportes, tal y como contempla nuestra legislación.

Aquí dejamos una pequeña muestra de las agresiones realizadas a unos puentes históricos, recientemente rehabilitados.

Esperemos que el Nou Pont de Fusta no sufra los mismos atentados cuando concluyan las obras.

Puente del Mar
Puente del Real
Puente de Serranos
Puente de San José
(Fotos: César)
Con Licencia Creative Commons España

sábado

La Plaza Redonda como a principios del XX

Buenas tardes bloggeros,

como sabréis las obras de la Plaza Redonda continúan en marcha. El aspecto que muestra estos días se asemeja al que tendría a principios del siglo XX, en todos los sentidos. No solo por la desaparición de los puestos de madera del anillo interior, sino por la falta de protección y delicadeza hacia el patrimonio histórico artístico. Solo hay que fijarse en la fuente que luce en el centro de la plaza. Ya lo denunciábamos hace unos días y hoy os traemos más fotos para que veías con más claridad el peligro real que corre la fuente. Hierros y otros restos del derribo se acumulan y descansan sobre la superficie del surtidor de mediados del XIX. La grúa maniobra peligrosamente cerca de la misma con el riesgo que esto supone al no haber optado por cubrirla convenientemente tal y como se hace en cualquier intervención con dos dedos de frente. 

¿Acaso ningún encargado de obra les ha explicado a los operarios de Derribos Andrés de la necesidad de proteger este elemento tan importante de nuestro patrimonio?

¿Saben los responsables de las obras el valor que tiene la fuente? ¿Se lo ha explicado alguien o simplemente se la trae al pairo como a la administración valenciana? ¿Tendremos que lamentar daños que se podían haber evitado?

Seguiremos vigilando.

Un saludo...

Fotos: César

viernes

La Iglesia de Santa Catalina Mártir pintada...

Buenas tardes bloggeros,
la céntrica iglesia de Santa Catalina Mártir tampoco se ha librado de los descerebrados cuyo único objetivo en la vida es dañar nuestro patrimonio.

En la actual Plaza Lope de Vega (antigua plaça de les herbes), donde han ubicado a los comerciantes de la Plaza Redonda, se encuentra el acceso principal al templo. Justo a la derecha de la puerta de corte neoclásico (siglo XVIII) se encuentran tres capillas sepulcrales (arcosolios) completamente tapiadas. De las tres capillas destaca la central al estar tapiada por restos de esculturas y otras piezas góticas. A la derecha de esta última se encuentra la que ha sido pintada tanto en su interior como en su exterior.

A pesar de ser un edificio que se encuentra en el centro de la ciudad y en un lugar muy concurrido, los delincuentes del graffiti han vuelto a actuar con total libertad e impunidad.

Mientras tanto la administración pública valenciana sigue mirando para otro lado, no vela (ni tiene la más mínima intención de hacerlo) por la protección de nuestro patrimonio, y además hace oídos sordos a las recomendaciones que les hacen las diferentes asociaciones y colectivos sobre las medidas a tomar para evitar estos y otros actos vandálicos.

Lo que queda claro es que los únicos que se preocupan por el patrimonio de la ciudad son las entidades y asociaciones culturales que denuncian públicamente la penosa situación de gestión cultural que vive nuestra ciudad.

Los políticos mientras tanto juegan a los dados y duermen la siesta.

Un saludo...

 Sergi(o) no respeta el patrimonio cultural. Fotos: César

miércoles

¿Para qué sirve pensar? ¿Para qué sirve un museo?

Hola bloggeros,

queremos compartir con vosotros dos reflexiones muy interesantes que nos ha enviado Antonio Marín de Cercle Obert. Una suya personal y otra de Rafael Gonzalo. Ninguna de las dos tiene desperdicio. Recomendamos su lectura y una profunda reflexión del camino (para nosotros erróneo) que esta tomando la gestión cultural valenciana. Avanzamos sin remedio hacía un precipicio de la mano de la incompetencia de los políticos que nos (des) gobiernan.

Un saludo.
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Algunos ilusos pensamos que cultura no es sinónimo de museo o de CVC. Muchos pocos también pensamos que vivir la cultura no es repetir dogmas huecos como si fueran mantras o padrenuestros…

Esos rezos de la pazguata izquierda en favor de la cultura, únicamente alimentan el rechazo a la reflexión y el análisis. Muchos pocos ingenuos pensamos que sobran museos y falta un mínimo de valor para cuestionar lo que es necesario y útil en nuestra vida diaria, en una existencia donde la cultura y la educación sean algo más que modas o espacios expositivos donde unos pocos tengan el privilegio de dictar lo que es correcto.

La fiebre por crear museos y realizar actividades supuestamente culturales, ha logrado llenar de vacío y aburrimiento crónico nuestro triste paisaje social.

Pensar es un deporte de riesgo que muy pocos practican. Atreverse a reflexionar y a cuestionar lo que realmente es necesario y eficaz en nuestras sociedades es algo que sigue siendo subversivo y mal visto por casi todos, empezando por el CVC y otros organismos ineficaces.

Igual que hoy casi nadie hace política, podemos afirmar que casi nadie cree en la cultura como un espacio vivo, donde confluyan análisis diversos y cuestionamientos críticos y creativos.

Hablar no es suficiente. Vivir no es suficiente. Pensar y actuar coherentemente es algo tan difícil hoy en día como creer a los cincuenta años, que los Reyes Magos existen.

Los museos son simples centros comerciales, donde hay de todo menos arte, diálogo, deseos y pasiones encontradas.

Sin subversión, no hay creatividad ni vida libre.

El mejor museo es aquel que carece de paredes, directores, comisarios políticos…

Igual que algunos se preguntan ¿para qué sirve un museo? otros nos preguntamos todavía ¿para qué sirve pensar hoy en día?

Antonio Marín Segovia

¿Para qué sirve un museo?

Una extraña forma de democratización, o más bien de masificación, ha ido transformando, probablemente para siempre, los museos occidentales. La globalización económica ha abierto nuevos espacios gracias a la velocidad, el movimiento y el intercambio: su representación es el turismo de masas, un fenómeno difícil de integrar en la visión tradicional del museo. Resulta en este sentido significativo que, durante mucho tiempo, los museos hayan funcionado como espacios íntimos y casi privados para entendidos que se recreaban contemplando unos objetos que ya conocían. Eran como iglesias cuyos iconos se adoraban en silencio y su estructura se limitaba a la consolidación del discurso canónico establecido por comisarios formalistas, que habían sido entrenados para repetir incesantemente la misma doctrina, con muy pocas excepciones.

De hecho, los encargados de esta tarea son todavía hoy los conservadores o comisarios, términos que no inspiran una especial apertura y experimentación. Todos formaban parte de la industria del arte que, a través de museos, instituciones culturales y crítica especializada se dedicaba, entre otras cosas, también a reivindicar y engullir la creatividad y el talento artísticos para después regurgitarlos en forma de nuevo dogma ortodoxo.

Sin embargo, no es competencia del arte la tarea de preocuparse de su destino: “sus propios impulsos lo conducen pura y simplemente adonde, sin que él lo sepa, tiene que ir”, recordaba Nietzsche. En el fondo se trataba de una situación similar a la que podíamos encontrar también en el ámbito universitario, donde cada disciplina aparecía dominada por un centro monolítico, alrededor del cual se encontraban una docena de prestigiosos departamentos cuyos profesores, por su notoriedad y la proliferación de fundaciones, revistas especializadas y prensa universitaria, controlaban el debate y la trayectoria profesional de los miembros de esa disciplina. Un universo incestuoso que consideraba al mundo exterior a él como incompetente y poco objetivo.

Por tanto, ahora parece apropiado reconsiderar el papel de los museos modernos en esta era de globalización y turismo. Pero al afrontar esta nueva situación, se ha optado por la salida más fácil. Los museos se han convertido en un espectáculo popular, son ahora centros turísticos y de mercado, y han abandonado el camino de la contemplación interior, la vía del conocimiento y la formación espiritual que, por encima de todo, es lo que da sentido a la práctica del arte. Siguiendo la tradición televisiva, se trata de atraer al público con exposiciones fáciles, de personajes famosos, como Picasso, Van Gogh o los impresionistas, organizadas sin demasiado criterio, pero con mucha fanfarria y expectación, colecciones que son enviadas de un lado a otro como mera mercancía, del mismo modo que también el público es tratado por volumen de espectadores.

Vemos cada vez más ese desdén por el público, que es también desdén por el arte y los artistas, cuando debería ser al contrario. En casi todos los museos importantes ha habido ampliaciones en los últimos tiempos, debido a la afluencia masiva de espectadores y al consumismo de obras de arte, lo cual no deja de ser una moda que probablemente irá remitiendo. Esto puede hacernos reflexionar sobre los museos espectáculo y generadores de expectación. Al fin y al cabo, lo importante de un museo no es que la gente vaya, sino que la gente vuelva.

Creo que la cultura clientelista en los museos, eso de asociar éxito con número de visitantes está tocando techo. Las colecciones no sólo deben mostrarse para exhibir gestión y dinero o para demostrar que uno ha sabido rodearse de nombres importantes, sino sobre todo para explicar porqué esos cuadros son importantes y en qué contexto se crearon.

Hoy el público sólo se entusiasma en función del aparato promocional. Igual que ocurre en México con el cuadro de la Virgen de Guadalupe, donde se hace pasar tanto a turistas como a devotos por una pasarela móvil para evitar una exposición demasiado prolongada a la obra, también en el Prado, según los estudios del propio museo, el espacio de tiempo que pasa cada visitante delante de un cuadro es nada menos que tres segundos de media, en este caso sin necesidad de pasarela, solamente en función del recorrido y la duración habitual de cada visita.

La opción de los museos académicos, con su función de custodia de obras frágiles, es una buena vía de partida frente a estos fenómenos masivos y de entretenimiento, pero comprendiendo que no es posible volver atrás y añadiendo un intercambio respetuoso, atractivo y crítico con el nuevo público acerca del pasado histórico de las obras, su contexto y su valor en el presente. Habría que ofrecer al espectador material suficiente para comprender qué estaba en juego, cómo se llegó a algunas soluciones y presentar argumentos sobre la importancia de las obras de arte. Los artistas no crean obras por diversión o sin razón alguna, ni pintan cuadros sólo para colgar de una pared o por motivos meramente decorativos.

Lo ideal sería, no que se multiplicaran los visitantes, sino que se mejorara la calidad de cada visita. Hay museos agotados porque han invertido toda su energía en realizar un programa de exposiciones temporales, algo que podría valer en el caso de museos de arte contemporáneo, pero no para museos clásicos o históricos como el Prado, porque entonces el Prado entraría en competencia contra sí mismo. En fin, ya veremos.

Rafael Gonzalo

lunes

La fuente de la Plaza Redonda no ha sido protegida

Hola bloggeros,

la fuente de la Plaza Redonda, elemento más antiguo de la misma y una de las primeras fuentes de agua pública de Valencia (después de la de la Plaza del Negrito), no tiene ningún tipo de protección ante los posibles golpes, manchas, polvo ,etc. que se pueden dar durante el transcurso de las obras de derribo.

Esta fuente, levantada por Salvador Escrig hacía 1840, parece no importar demasiado a los responsables de las obras que o bien ignoran su valor o simplemente prefieren mirar para otro lado.

Las chapuzas, prisas e improvisaciones típicas de nuestra querida administración pueden poner en peligro este valioso elemento de nuestro patrimonio.

Estaremos muy atentos y exigiremos que pongan las medidas oportunas para que durante el desarrollo de las obras no tengamos que lamentar más desperfectos.

Fuente en peligro (Foto: César)

El derribo de la Plaza Redonda

Buenas tardes bloggeros,

la semana pasada empezaron las obras de derribo de los puestos de madera que había en el anillo interior de la Plaza Redonda de Valencia, devolviéndole momentáneamente el aspecto que lucía a principios del siglo XX. El nuevo proyecto cambiará para siempre la fisionomía tan peculiar que tenía este mágico rincón de la ciudad. Un lugar oscuro y abigarrado que combinaba a la perfección la decoración de azulejos en sus paradas con la madera de sus estructura y de la marquesina sin la necesidad de cristal y hormigón. Ahora la luz y los espacios diáfanos sepultarán para siempre el recuerdo de los valencianos que se acercaban a diario para darse una vuelta y disfrutar del sabor de este "clot" tan nostre.

Un saludo.

Un proyecto que no aporta nada salvo elementos modernos (Fotos: César)