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Un desfile histórico sin historia

Buenos días bloggeros,

el Ayuntamiento de Valencia y el Consell siguen sin encontrar la fórmula mágica para aprovechar la inversión realizada en 2008 para la recreación medieval de la cabalgata del Any Jaume I (2008). Tres años después todo el material del fastuoso desfile en honor al monarca que conquistó la capital del Turia en 1238 sigue sin uso a pesar de que se invirtió cerca de medio millón de euros.

Una vez más quedan a la vista las vergüenzas de la administración pública valenciana, capaz de derrochar un dinero que no tiene en lugar de invertirlo con cabeza en otros quehaceres culturales que urgen una atención inmediata. Ahora a comernos los estandartes, enseñas y banderines que tanto dinero nos costaron.

 Estos son los políticos que llevan nuestro barco... a mal puerto.

 Un saludo...
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Hubo un tiempo en que era posible invertir medio millón de euros en un desfile para conmemorar el nacimiento de Jaume I hace ocho siglos. La Generalitat declaró 2008 como el Any Jaume I, y uno de los eventos organizados en torno a tan redonda efeméride fue un desfile histórico de tomo y lomo. Todo aquello pasó a la Historia. O se quedó fuera de ella. El material empleado y pagado en aquella cabalgata se almacena en dependencias de la Conselleria sin que el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat hayan conseguido concretar una fórmula para aprovechar la inversión.

A pesar de la evidente vistosidad del evento, no hay manera de que el desfile pueda incluirse en las actividades culturales de la ciudad de Valencia, que es donde cobra su sentido historicista y testimonial.

Fuentes de la Generalitat aseguran que se han producido encuentros entre altos responsables de las dos Admnistraciones con el fin de negociar la programación de la cabalgata en alguna fecha concreta a lo largo del año, como durante el mes de febrero (el día 2 de ese mes nació Jaume I), con el fin de incrementar los eventos de atracción para los turistas. Sin embargo, no hay acuerdo. Por ahora.

Las mismas fuentes señalaron que el coste fundamental del desfile se realizó, precisamente, hace años, cuando durante meses se trabajó en la preparación del material necesario para el evento. En total, se invirtió cerca de medio millón de euros.

Se han producido encuentros entre miembros de las Administraciones autonómica y local sin que se haya logrado llegar a un entendimiento. Ni dónde, ni cuándo ni cómo.

En 2008 se contó con la participación de un comité científico que colaboró con historiadores, escenógrafos, diseñadores gráficos, musicólogos, figurinistas, sastras, pintores, expertos en armas y criadores de caballos, entre otros profesionales, contribuyeron a revivir el vestuario, el peinado, el calzado, los escudos y las armas medievales creadas a partir de consultar, incluso, bibliografía británica.

Bienal

Una vez que se cuenta con el grueso del material, la organización debería centrarse en coordinar la logística, además de concretar un lugar (un itinerario por lugares emblemáticos de la ciudad) y una fecha (se propuso convertir el evento en una celebración bienal, cada dos años) en la que organizar la reconstrucción de la Valencia del siglo XV, una recreación inspirada en el desfile que Alfonso V dedicó a la memoria del rey conquistador.

Las recreaciones históricas son elementos de atracción que se emplean en todo el mundo con el fin de enriquecer la programación de actividades de las ciudades, además de impulsar iniciativas del sector privado (es habitual que en las fechas de celebración, los restaurantes ofrezcan menús evocadores de las épocas recreadas).

No se ahorró en detalles cuando, hace tres años, se desfiló por las calles de Valencia. Sin embargo, aquel acontecimiento no terminó de cobrar una relevancia acorde a la inversión realizada por dos motivos. En primer lugar, un imponderable, la lluvia; y en segundo término, por incluirse como una de las actividade festivas del 9 d'Octubre, lo que terminó por 'camuflar' una recreación en la que intervinieron cerca de 700 personas, además de numerosos caballos y todo tipo de material que ahora permanece almacenado y sin uso.

La calbalgata fue, nunca mejor dicho, flor de un día. Se guardaron enseñas, emblemas, estandartes, banderines, trajes de personajes ilustres, de músicos, trovadores, saltimbanquis, bufones, bailarines y hasta las telas que cubrieron los caballos, confeccionado todo con material textil de alta calidad. Se guardó todo el material y, a día de hoy, nada más se supo.

Fuente: Las Provincias