Buenas tardes bloggeros,
hoy queremos publicar esta interesante reflexión sobre el patrimonio que nos ha enviado Antonio Marín Segovia, secretario de Cercle Obert de Benicalap.
Un punto de vista muy interesante y compartido por nosotros sobre la necesidad urgente de proteger, restaurar y difundir el patrimonio valenciano con cabeza y con sentido, y de contar con profesionales cualificados (bien considerados y bien remunerados) para esta tarea tan importante.
Os aconsejamos pues su lectura y os invitamos a participar con vuestras opiniones y comentarios.
Un saludo...
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Para defender el Patrimonio Cultural y Ambiental de nuestra tierra, de nuestros pueblos y ciudades, es fundamental conocer nuestra historia y nuestras singulares tradiciones, dado que nos hacen seres únicos e irrepetibles, como integrantes de una comunidad, de una sociedad enlazada por usos, costumbres, lengua, tradiciones, monumentos, paisajes...
La globalización intenta acabar con el aprecio de nuestra herencia cultural, de nuestras lenguas nativas, impulsando un consumo turístico veloz y unas ciudades y pueblos sin personalidad, totalmente iguales en su mediocridad y carentes de alma, originalidad...
El Patrimonio Cultural y Ambiental forman parte de nuestra historia personal y colectiva; por ello merece ser conocido y protegido de manera rigurosa y eficaz, pues es la huella viva, monumental e irrepetible que nos han legado nuestros antepasados y que debe ser disfrutada por los ciudadanos presentes y por las generaciones futuras.
Es fundamental que el conocimiento y revalorización de nuestro abundante Patrimonio Histórico, Artístico y Ambiental, se efectúe desde temprana edad, ofreciéndose circuitos culturales a los niños y jóvenes, que deben ser diseñado y realizado por expertos cualificados, enfocándose desde una óptica divertida y participativa.
Contar con la colaboración y concurso del mundo universitario es básico, así como lograr la complicidad de los medios de comunicación y del tejido asociativo...
La necesidad de mantener vivos y originales los monumentos, los bienes, los paisajes, las tradiciones, las fiestas... es labor de todos, evitando desnaturalizar su función y contexto.
Mantener, recuperar, rehabilitar, difundir el Patrimonio Cultural de nuestras ciudades, de nuestros pueblos... no es una tarea exclusiva de las instituciones públicas. Todos nosotros debemos asumir un papel activo, denunciando los atropellos, actos vandálicos, expolios, abandonos, olvidos... que se puedan cometer contra nuestros monumentos y bienes protegidos.
También deberíamos valorar la posibilidad de la creación de voluntarios, una figura que existe y tiene mucho prestigio en los países de habla anglosajona, pues supone la implicación activa y directa del ciudadano en la gestión y difusión de nuestros bienes, de nuestros museos...
La singularidad de nuestros castillos, palacios, alquerías, masías, molinos, fábricas... son muy valorados por ciudadanos de otros países, que carecen de las huellas históricas que nosotros sí tenemos. Estados Unidos es un ejemplo de nación que no tiene el enorme Patrimonio Histórico y Artístico que nosotros.
La rehabilitación del Patrimonio Industrial, del Patrimonio Cultural son motores de progreso y futuro, dado que generan trabajo en numerosos sectores: guías, albañiles, pintores, restauradores, vigilantes... a la par que alimentan al sector servicios al potenciar la restauración.
También debemos mencionar la necesidad de impulsar una nueva "Ley del Mecenazgo" a nivel autonómico y nacional.
Urge la aplicación de medidas que premian (a través de exenciones fiscales y/o subvenciones) a todos aquellos ciudadanos y propietarios de bienes, que tengan a bien rehabilitar, proteger y difundir su legado patrimonial privado con el debido rigor técnico y normativo.
Los circuitos pedagógicos son un elemento fundamental para que todos, seamos o no estudiantes y/o turistas, podamos conocer con rigor y en directo, nuestra historia, nuestro pasado, nuestra evolución social, política, cultural...
Insistir en que el desarrollo de programas pedagógicos y de rutas o circuitos, debe ser diseñado e impartido por expertos cualificados.
Las ciudades como Valencia, Morella, Requena, Elche, Orihuela... deben contar con guías profesionales, vinculados a las instituciones públicas.
Los conjuntos históricos, los monumentos, los bienes protegidos tienen que tener una utilidad y un sentido social visible para los ciudadanos de hoy. Acabar con la obsesión absurda de convertir cualquier ruina o palacio en museo es urgente. Tampoco se debe desnaturalizar los monumentos protegidos, pero sí deben tener una utilidad. Muchas alquerías y palacios pueden convertirse en bibliotecas, centros sociales, espacios expositivos o teatros, salas de cine... Pero evitando alterar su estructura de manera perversa.
Una idea fundamental que debemos asumir es la siguiente: únicamente se debe intervenir en un monumento, en un bien, en un jardín histórico... cuando corra serio peligro de desaparecer. Y esas intervenciones deben ser analizadas y preparadas por expertos solventes e independientes.
Rehabilitar y dar a conocer nuestro Patrimonio Cultural y Ambiental, desde el rigor y ajustándose a la legalidad, es un deber fundamental de todos, pues demuestra que somos ciudadanos comprometidos con nuestro futuro, con el progreso y sabemos valorar lo bueno y singular que nos han legado nuestros antepasados.
Antonio Marín Segovia
Cercle Obert de Benicalap