Buenas tardes bloggeros,
hoy nos ha llegado vía email esta reflexión tan acertada y tremendamente divertida sobre el Consell Valencià de Cultura. Y aunque el problema que presenta el CVC es muy serio y preocupante, de tanto en tanto es bueno ponerle un poco de sentido del humor a este y a otros asuntos que nos provocan tantos dolores de cabeza.
Esperamos pues que la disfrutéis y podáis sacarle todo el partido tanto al brillante texto como a las magníficas imágenes que a algunos le provocará una sana sonrisa y a otros muchísima vergüenza al verse reflejados en el espejo de la realidad.
Nuestras felicitaciones al autor/a.
Saludos...
INCURSIÓN AL CVC
Nos lo habían dicho y advertido mil veces, pero no lo creíamos posible, hasta que el mismísimo Van Helsing contactó con nosotros y nos invitó a comprobarlo personalmente. Dejamos en sus experimentadas manos lo relativo a determinar fecha, proveer los materiales necesarios, etc. Horas antes de la noche elegida nos reunimos en la sacristía de una vieja Iglesia cerrada al público, hace años. Allí, el padre Ganivet, con sus casi noventa años a la espalda, nos comentó algunas de sus experiencias (fue un afamado exorcista cuando aún era relativamente joven) y nos dio consejos… de obligado cumplimiento, por si las moscas. También, una buena provisión de agua bendita. Que los seres del mundo oscuro sigan siendo creyentes (aunque en el otro lado) es una gran ventaja. La incursión tenía exclusivamente carácter exploratorio y nada más. Sólo dispondríamos de tres minutos, como máximo, una vez en el interior de la Sede. Concluido el tiempo, sus miembros yacentes comenzarían a despertar, con las terribles consecuencias que esto podría depararnos. Cierto es que Van Helsing y el P. Ganivet habían prevenido medios para esta situación: estacas de acacia bien afiladas; un hacha; crucifijos; el agua bendita y un rosario al cuello por cabeza… que tuvimos que maridar con el clásico collar de cabezas de ajo, por aquello de los viejos métodos, los que dan un plus de confianza ¡Y por que Van Helsing se empeñó haciendo de esto una cuestión de honor! Previamente, una semana antes, a través de un funcionario harto de sus amos, dispusimos de una copia de las llaves. Descartamos abordar el asunto como los ladrones, aunque llevábamos varias palancas.- Sobre lo dicho, el P. Ganivet dejó bien claro que “en el caso de ser sorprendidos en faena, lo mejor que podíamos hacer era declarar que íbamos robar un cuadro o algo así, por si colaba y el asunto pasaba desapercibido, como una anécdota más de un grupo de pirados”. Distrajimos la atención de la policía, hacia otro punto, mediante una llamada anónima. Finalmente, in situ, me tocó a mí abrir la puerta principal y desconectar la alarma, en tanto que el resto vigilaba en las inmediaciones, con el móvil conectado al oído por cable. Luego, uno a uno fueron pasando al interior del zaguán, cerrando yo la puerta nuevamente con un par de cerrojos interiores. Reunido el grupo y cada cual con su misión en la memoria, encendimos las linternas y nos dirigimos a la cripta, a toda prisa ¡La leche, allí estaban! No había una sola cripta, sino varias, no muy grandes. Podían verse los ataúdes de distintas épocas, aunque todos antiguos. Es lo podríamos llamar el ala de los vampiros. Atravesando un par de puertas apareció ante nuestros ojos el ala de los muertos vivientes ¡Todos! Cada uno en su lugar y sin estorbarse entre sí. La emoción superó al temor y se nos fue un poco de tiempo, entre el asombro y la contemplación, hasta que tiramos unas imágenes con cámaras de bolsillo, muy rápidamente ¡Era la única prueba! Algunos de los muertos vivientes comenzaron a moverse ligeramente, pero no los vampiros. Estos últimos son muy ortodoxos en lo suyo y puntuales. Finalmente salimos en el momento justo, abandonando el edificio sin problemas. Desde allí regresamos caminando a la sacristía, donde el P. Ganivet nos esperaba impaciente, temblándole las manos. Dejamos nuestras bolsas en el suelo y nos sentamos. Reconfortados con un tentempié, un café y un copazo de brandy exquisito, comentamos las incidencias, descargamos las imágenes (con gran decepción), por los pobres resultados obtenidos, aunque suficientes. Cerrado el capítulo exploratorio y resultando ciertos los hechos, concertamos otra reunión para Diciembre. Entre todos, tomaremos la decisión sobre qué hacer con ese nido que mora entre nosotros y cobra del presupuesto... siendo cadáveres sus miembros. Y es que ya nada es como antes.
Tapès
Fotografías reales obtenidas dentro del CVC