Buenos y tristes días,
el Forn de Barraca y l'Alqueria de Bayarri: dos alquerías de l'Horta Nord, centenaria y bicentenaria, respectivamente, ya son historia. Guardar estas imágenes en la retina, porque la ampliación de la V21 se las ha llevado por delante:
Durante estos días de resistencia ante el avance de las excavadoras, hemos podido ver en RRSS la verdadera cara de nuestros gobernantes y la de la oposición (local, autonómica o nacional). Unos por ponerse de perfil y escurrir el bulto (mutis por el foro); otros por llevarse las manos a la cabeza y desgarrarse la camiseta, para acabar pasando el marrón a instancias superiores y así lavarse las manos; y otros, recién llegados de vacaciones, haciéndose los sorprendidos y trasladando las preguntas a los técnicos cuando las alquerías ya han besado el suelo y sus escombros yacen esparcidos por la tierra que las vio nacer.
En este punto nos preguntamos qué hacen ciertos políticos, con responsabilidades en la materia, ocupando unos cargos que les vienen enormes, si al final son los ciudadanos los que, a título personal o a través de colectivos, asociaciones, plataformas... tienen que estar velando y peleando por nuestro patrimonio cultural, realizando alegaciones, que son rechazadas en su mayoría, informes históricos y patrimoniales que se pasan por el arco de triunfo (caso del antiguo Cine Metropol o de la Casa Geralda de Xixona), para que el gobierno de turno termine imponiendo su santo criterio y voluntad, dentro de un proceso supuestamente participativo que resulta una lamentable y vergonzosa PANTOMIMA.
Los defensores del patrimonio nos vemos obligados a plantar cara a diario a los políticos y a sus infames decisiones basadas en argumentos tan falsos y manidos como "supone un mal menor", "es por el progreso", "son infraestructuras necesarias", escudándose además en falsedades como "nadie ha protestado antes", "nadie presentó alegaciones" o "nadie solicitó su protección", para intentar justificar lo injustificable: la desaparición progresiva de nuestro patrimonio cultural rural. Sea una alquería, un molí, una barraca, etc. y el entorno que los rodea.
Aquellas personas que a estas alturas de la película sigan esperando que los políticos que gobiernan o los que están ahora en la oposición, solucionen y resuelvan problemas tales como el avance de la V21, la destrucción de l'horta y de su patrimonio o cualquier otro aspecto patrimonial de su ciudad, les recomendamos que despierte de una vez y comprueben la realidad con sus propios ojos, alejándose de cualquier sigla de cualquier formación política. Sea votante, simpatizante, afiliado, etc.
La sociedad valenciana debe ser más crítica y exigente con los responsables de este atropello patrimonial, gobierne quien gobierne. No es cuestión de colores partidistas. No podemos quedarnos, única y exclusivamente, en la queja y el lamento virtual a través de RRSS o de la nota prensa. Debemos usar activamente la denuncia administrativa por Registro General de Entrada, acudir al Síndic de Greuges o al Defensor del Pueblo (Español y Europeo), acudir a los tribunales y agotar cualquier vía administrativa, judicial y legal habida y por haber, de manera conjunta y organizada. Si no actuamos de esta manera, poco podremos hacer, sino lamentarnos y llorar a posteriori.
Así que, por nuestra parte, y partir de este momento, cuando cualquiera de los partidos políticos y sus candidatos vengan a solicitarnos el voto, en lugar de enviarlos a "fer la mà" o "al blau de la mar", les diremos alto y claro: "Ves-te'n a pastar a la V21". Que coman y mastiquen asfalto, que es lo que se merecen.
Un saludo...
Fuente: @perlhorta (Twitter)