Hola bloggeros,
como sabréis, el día 15 de diciembre se inauguró la tan ansiada exposición de la Luz de las imágenes: La gloria del Barroco. Para ello se ha restaurado con ímpetu tres iglesias valencianas: San Martín Obispo y San Antonio Abad, San Esteban Protomártir y San Juan de la Cruz (anteriormente San Andrés), habilitándolas como salas expositivas. Estará expuesta hasta el día 26-09-2010.
Este es el itinerario expositivo:
1. El Almudín: Plaza de San Luis Bertrán, 1. Centro de recepción de visitantesy talleres didácticos.
2. Iglesia de San Esteban Protomártir: Plaza de San Esteban, 5. La pintura barroca valenciana.
3. Iglesia de San Martín Obispo y San Antonio Abad: Calle de San Vicente Mártir, 11. La escultura y la orfebrería valencianas, desde la Edad Media hasta el siglo XX.
4. Iglesia de San Juan de la Cruz: Calle del Poeta Querol, 6. La devoción a la Virgen María.
2. Iglesia de San Esteban Protomártir: Plaza de San Esteban, 5. La pintura barroca valenciana.
3. Iglesia de San Martín Obispo y San Antonio Abad: Calle de San Vicente Mártir, 11. La escultura y la orfebrería valencianas, desde la Edad Media hasta el siglo XX.
4. Iglesia de San Juan de la Cruz: Calle del Poeta Querol, 6. La devoción a la Virgen María.
Para ampliar información sobre horarios, fechas, precio visita, etc., os dejamos el enlace de la página web de la Fundación "La llum de les imatges":
Saludos...
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Las iglesias valencianas de San Esteban, San Martín y San Juan de la Cruz se convierten desde ayer y hasta agosto de 2010 en un museo temporal del barroco valenciano. Los tres templos de origen gótico, consagrados inmediatamente después de la conquista de Jaume I, son las sedes -más un anexo en l'Almodí- de la octava edición de La Luz de las Imágenes, que al cumplir diez años regresa a Valencia para rescatar el barroco, un estilo en el caso valenciano "constreñido entre la fuerza del gótico y el poder del academicismo", explicó a Levante-EMV uno de los comisarios, Felipe Garín.
Pero al margen de las más de 300 obras expuestas en las tres sedes -se han restaurado expresamente 144-, el impacto más potente lo provocan las propias iglesias, restauradas durante el último año. Y si hay que destacar alguna, la de San Martín, que ha cambiado el blanco sucio de la pintura plástico que recubría sus muros interiores por un blanco y un dorado resplandecientes.
"Ahora parece que estés en un templo de Centroeuropa", comentaba ayer una restauradora. Para conseguirlo se han utilizado 120.000 hojas de pan de oro de 24 quilates. Por si quedan dudas del esfuerzo: una fábrica italiana ha estado produciendo oro casi en exclusiva para esta intervención. Todo ello explica el coste total de La gloria del Barroco (así se llama la exposición): algo más de 11,2 millones de euros.
El otro tesoro arquitectónico redescubierto de San Martín es su bóveda, que no es barroca, sino renacentista -como la extraordinaria estatua ecuestre de la portada-, pero bien vale el esfuerzo. Antes presentaba también el aspecto blanco uniforme de la capa de pintura plástica y ahora muestra los estucos y dorados primigenios. Según la documentación de la fundación La Luz de Las Imágenes, se han eliminado hasta cinco capas superpuestas hasta dejar a la vista los 164 casetones que representan diferentes escenas bíblicas sobre 230 m2. Más de 70 técnicos han trabajado en esta parte. Para contemplar de cerca los resultados, la entidad creada por la Generalitat y los obispados de la Comunitat Valenciana ha instalado una rampa que permite acercarse a la bóveda, a 22 metros de altura.
La iglesia de San Juan de la Cruz (antes de San Andrés y construida, como la de San Esteban, sobre una mezquita) parecía "una cueva" -por los efectos ennegrecedores de la humedad-, señaló ayer José Luis Navarro, jefe del equipo de restauración de la muestra, y ahora vuelve a exhibir su esplendor rococó, con estucos y altos relieves que cubren más de 600 m2.
Los zócalos de azulejos cerámicos, considerado uno de los mejores conjuntos valencianos de esta disciplina, son el otro rasgo característico de este templo. Fueron elaborados en torno a 1750 y se han restaurado 4.300 piezas de las alrededor de 6.000 que decoran las doce capillas laterales.Ya en pintura, la actuación ha puesto autor a once obras de San Juan de la Cruz que hasta ahora se consideraban anónimas: siete han sido atribuidas a José Camarón y cuatro a Antonio Villanueva, dos importantes pintores del siglo XVIII.
También en cuestión pictórica, uno de los trabajos más destacados de esta Gloria del Barroco ha sido la recuperación de los frescos de Vicente López (1772-1850) en la bóveda del altar mayor de la iglesia de San Esteban. Cubren 100 m2, que sufrían importantes deterioros. Los restauradores han sacado su brillo además a la característica ornamentación interior de este templo, a base de yeserías y esgrafiados, plenamente barrocos.
Durante la intervención se hallaron además una pinturas murales con ángeles músicos en la capilla del Cristo del Rescate. "Felipe me hizo en 1677", revela una inscripción en latín, pero los historiadores no han identificado hasta ahora al enigmático autor. En ello siguen.
Pero además, el recorrido -señalizado en las aceras con una decoración barroca- ha puesto a la vista algunas joyas del patrimonio de la Iglesia. Como La Anunciación de Antonio Planes, que estaba en el despacho del archivero mayor de la Catedral de Valencia en muy mal estado tras los sucesos de 1936. Guardada durante años con papel protector para que no se desprendiera la pintura, ahora se exhibe por primera vez (en San Esteban).
Otra curiosidad es el libro más antiguo de la Comunitat Valenciana, datado en el siglo XI (es una copia de una historia de los judíos del siglo I) y que llegó a la Catedral desde Aviñón a través del Papa Luna. Eiximenis y Sor Isabel de Villena -con un escrito autógrafo- son otros ilustres representados en la selección de incunables de San Martín.
"¿Lo más complejo? Dar una coherencia a lo expuesto en las tres iglesias", destacó ayer Garín, comisario del proyecto junto al historiador y archivero de la Catedral Vicent Pons. Así, en San Esteban se muestra principalmente la pintura barroca; en la dorada San Martín, libros, tejidos y, sobre todo, la orfebrería de la Iglesia -destaca una custodia de 1673 con un ángel que sostiene el sol entre rayos-, y en San Juan de la Cruz, toda una relación de obras relacionadas con la Virgen: desde una sorprendente Mare de Déu de Yepes hasta el ajuar y lecho de la Mare de Déu d'Agost, procedente de Albaida.
Fuente: Levante-Emv
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