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jueves

La Real Academia de Bellas Artes de San Carlos el Consell Valencià de Cultura y sus informes sobre las naves de la calle Guala

Buenas tardes,

A tenor de la lectura de los dos informes realizados por la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y por el CVC, desde nuestra asociación nos preguntamos si algunos de los órganos consultivos de las administraciones públicas valencianas están realmente capacitados y cualificados para realizar informes patrimoniales rigurosos, objetivos e independientes.

Al igual que pasó con el caso del cine Metropol, volvemos a partir de la base de que ni la Real Academia de Bellas Artes ni el CVC se han molestado en realizar un estudio histórico crítico para evaluar el objeto de discusión. Consideramos que las opiniones vertidas por algunos de los miembros que han realizado estos informes radican única y exclusivamente en el ámbito de las valoraciones personales y subjetivas, alejadas completamente de la materia objeto del informe, amén de que se señala de forma injustificada a los vecinos y entidades que defienden el patrimonio. Algo completamente innecesario y fuera de lugar.

Sobre el informe de la Real Academia de Bellas Artes, cabe indicar que dicho informe ha sido realizado por la sección de arquitectura. Cabría preguntarse si dentro de esa sección, además de arquitectos, hay profesionales de otras áreas que conformen, acorde a Ley, un equipo plurisciplinar que abarque el análisis pormenorizado y detallado de todos y cada uno de los valores patrimoniales que recoge la LPCV 4/1998 y posteriores modificaciones, y no solamente los puramente "arquitectónicos". Y se debería informar, especialmente, si cuenta con algún profesional actualizado y especializado en patrimonio industrial.

A tenor de lo que hemos podido leer en este informe, sorprende y llama la atención que se cite como bibliografía consultada obras de los años 1986, 1988 y 1995. Libros con una antiguedad superior a los 27 años, totalmente desactualizados y alejados de la realidad y de los valores que hoy en día tiene el patrimonio industrial. Cabe señalar que hace, 20, 25 o 30 años, ni la sociedad ni las instituciones les otorgaban los valores que hoy en día sí tienen (Naves de Cros, MACOSA, La Ceramo, Bombas Gens, depósito de agua del puente de las flores, el Faro del Puerto de Valencia y un largo etcétera). Ni chimeneas, ni hornos de cal, ni otro patrimonio industrial era considerado como patrimonio a proteger y preservar

Citar también que, de las apenas diez páginas del informe, prácticamente el 40% del contenido son imágenes y planos. En las seis primeras páginas del mismo, además de una pequeña introducción, solo se incluye una descripción estructural y arquitectónica de las naves. A partir de la página 7 se habla de la situación urbanística; en las páginas 8 y 9 se realizan unas consideraciones previas que no son objeto del informe y que son solo opiniones y valoraciones personales y subjetivas, completamente innecesarias y fuera de lugar; y finalmente, en la página 10, se exponen unas valoraciones que no están justificadas y que no se ajustan a lo que debe ser un informe pluridisciplinar puesto que las naves de la calle Guala solo son valoradas desde el punto de vista arquitectónico y no desde el artístico, histórico, cultural, social, etnológico, etc. Ninguno de estos valores han sido objeto de estudio en el presente informe.


Respecto al informe realizado por el CVC, cabe destacar que cae y repite los mismos errores y vicios que el realizado por la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. 

Cuenta con apenas diez páginas, muchas de ellas escritas hasta la mitad, con imágenes y fotografías que ocupan prácticamente el 30% del documento. Desde la primera página hasta la mitad de la séptima se tratan los antecedentes y la descripción de las naves; a partir de la mitada de la página 7 se habla sobre criterios de evaluación patrimonial, citando, copiando y pegando lo dicho por el profesor Alonso de Armiño en el "Plan especial de protección del Ensanche"; la página 8 y mitad de la 9 se citan valores urbanísticos, arquitectónicos y conmemorativos, de forma breve, subjetiva y sesgada; y finalmente, en la mitad de la página 9 y la otra mitad de la 10, se exponen unas conclusiones que parten de un deficiente e incompleto análisis de los valores patrimoniales que están insuficientemente desarrollados y justificados en apenas página y media.

Nuestra asociación considera que ambos informes no se ajustan a lo que deberían ser un informe patrimonial e histórico realizado por un equipo pluridisciplinar competente y cualificado, en los que debería haber, además de los profesionales que recoge la LPCV 4/1998, un experto especialista en patrimonio industrial valenciano. De la lectura de ambos documentos, podemos señalar claramente estas deficiencias.

En pleno 2022 no podemos seguir evaluando y protegiendo el patrimonio cultural valenciano única y exclusivamente en base a la supuesta ausencia de valores arquitectónicos. No es lo mismo realizar un informe de un edificio historicista, de una iglesia o de un castillo, en los que la atención se distrae en el valor de su antigüedad o en la estética de su construcción y decoración (es feo o es bonito, me gusta o no me gusta), que analizar correctamente el valor de unas naves industriales de finales del siglo XIX y del XX. 

Nuestra asociación considera pues que las naves de la calle Guala de Valencia deberían ser catalogadas y protegidas como BRL dentro del Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Valencia. Para ello, tomamos como referencia el informe realizado por la Doctora Arquitecta, Diana Sánchez Mustieles, una de las mayores especialistas en patrimonio industrial valenciano, y de la historiadora del arte Sara Soriano Giménez, especialista en cerámica y coautora del estudio histórico sobre La Ceramo de Benicalap. 

En el informe realizado por estas dos profesionales sí que se analizan, de manera pormenorizada y detallada, todos los valores patrimoniales que recoge la Ley. Valores que dos de los órganos consultivos se han dejado en el tintero.

Por poner un ejemplo, a los informes del CVC y de la Real Academia de Bellas Artes se les ha caído este detalle importantísimo "las fachadas laterales cuentan con una composición decorativa de origen ejecutada en apliques cerámicos dispuestos en vertical (...)". Por lo tanto, se trata un elemento singular y valioso que no existe en ninguna fábrica de Valencia en el periodo de los años 30, siendo por lo tanto un elemento a valorar dentro del conjunto ya que dota a las fachadas de un claro valor patrimonial y arquitectónico. Estos elementos cerámicos decorativos fueron retirados por la propiedad esta misma semana, con la clara intención de restar valor a estas fachadas.


En conclusión, consideramos que ni el informe presentado por la Real Academia de Bellas Artes, ni en el informe del CVC, reunen las condiciones mínimas exigidas para un informe pluridisciplinar, riguroso y objetivo, tal y como recoge la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano.

El Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat Valenciana deberían valorar, seriamente, el papel de estos órganos consultivos a la hora de realizar este tipo de informes, así como la composición de los mismos. No debemos olvidar que se trata de dos organismos públicos, pagados con los impuestos de los contribuyentes, y que deberían velar por los intereses generales de la ciudad y no por el de los particulares.

Un saludo...