Buenas tardes bloggeros,
¿a dónde han ido a parar los más de 4 millones de euros en tecnología y vídeos que destina el Ayuntamiento de Valencia para los museos municipales?
Esta y otras preguntas habría que hacérselas a los responsables del área de cultura del Ayuntamiento de nuestra ciudad ya que desde hace más de una año muchos de los audiovisuales del museo de Historia de Valencia están off.
Y este es solo un ejemplo. Ya que no es esta la primera ocasión en la que un audiovisual de los muchos museos dependientes tanto de Diputación como del Ayuntamiento de nuestra ciudad (Cripta de San Vicente, Museo de Prehistoria, Museo de la Ciudad y un largo etc.) acaban averiados y fuera de servicio durante largos periodos sin que ningún responsable se haga cargo ya no solo de la reparación, sino del propio mantenimiento del material didáctico interactivo (paneles, vídeos, audio...).
Y luego nos quejamos de la poca afluencia de visitantes a estos museos. Ver para creer.
Un saludo...
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Un poco de historia del Museo de Historia de Valencia. Situado en la prolongación del Paseo de la Pechina, a caballo entre la capital y el término municipal de Mislata, se inauguró en 2003 tras invertir, entre el acondicionamiento de la sala y la dotación de contenidos, cerca de seis millones de euros.
El 4 de mayo de 2001, cuando la comisión de gobierno consistorial aprobó el pliego de condiciones para el proyecto, la entonces concejala de Cultura, María José Alcón, atribuyó el elevado coste del museo a «la alta tecnología y los elementos audiovisuales; queremos crear un museo moderno para que el público pueda ver con toda comodidad los valiosos fondos municipales».
Nueve años y un día después de que arrancase el proyecto museístico, de las 12 recreaciones históricas grabadas, la joya de los fondos expositivos (por su carácter innovador) del museo, la mitad están «Fuera de servicio. Disculpen las molestias», según rezan los múltiples carteles de papel que tapan las pantallas táctiles a través de las cuales se debería de acceder a los contenidos audiovisuales.
Cuando en julio de 2002 se aprobó una partida presupuestaria de 4,7 millones de euros para dotar al museo de contenidos, Javier Martí, entonces responsable técnico de la empresa General de Producciones y Diseños, encargada de diseñar los fondos museísticos del recinto, señaló que la instalación era «una composición pionera, en la que se conjugan muchos factores expositivos», unos factores reducidos ahora a la mitad. Se trata de una merma que el museo arrastra desde hace mucho tiempo. Demasiado.
«Las cuatro primeras proyecciones del itinerario no funcionan desde hace cerca de un año, mientras que el resto de los contenidos inutilizados permanecen averiados desde hace, al menos, seis meses», según fuentes del Museo de Historia de Valencia.
A dos semanas de que se celebre el Día Internacional del Museo sería ya hora de poner a punto unas instalaciones que ayer eran visitadas por decenas de escolares que, uniformadas, deambulaban de sala en sala estropeada, mientras los profesores intentaban suplir con labia de educador esa falta de los modernos medios audiovisuales que deberían poder utilizarse.
La exposición permanente está dedicada a la historia de Valencia, dividida en ocho periodos o bloques. En cada uno de ellos hay expuesta una colección de objetos, documentos y obras de arte representativa de su época.
En el espacio central de cada bloque hay dos escenarios que recrean espacios históricos de la ciudad y en los que se proyectan escenas cotidianas referentes a cada época. La desidia, o la falta de ejecución presupuestaria, a la hora de reparar las instalaciones impide ver gran parte de esas escenas. Se trata de una serie de vídeos grabados por 52 actores y cerca de un centenar de figurantes en lugares emblemáticos como la Lonja, el palacio de los Mercader o la popular Casa Montaña, con diálogos entre los personajes que el visitante puede oír en castellano, valenciano, inglés o francés.
Una pena, porque en el suelo del museo se podrían comer sopas de lo limpio que está, que hasta las consignas huelen a madera recién lustrada. Una pena, porque el visitante se queda sin ver la mayoría de las recreaciones, como las que aluden a la villa visigoda (año 642), el obrador medieval (1316-1413), la plaza del mercado (1519-1573), la fábrica (1901), la película sobre Valencia a principios de siglo y la evolución de la ciudad a través de una 'máquina del tiempo' tan espectacular por su concepto innovador como achatarrada.
Folio y celo
En lugar del pertinente material audiovisual, durante el itinerario se repite una y otra vez, en casi una decena de ocasiones, el dichoso folio pegado con celo con el deprimente mensaje: «Fuera de servicio. Disculpen las molestias»
Y no son pocos los ciudadanos que acuden al Museo de Historia, principalmente procedentes de colegios, atraídos por un recinto que, hasta 2003, cuando se inauguró, se echaba en falta dentro de la oferta cultural valenciana. Una pena que ahora se disponga de él, acudan cerca de 50.000 personas cada año y, sin embargo, no se pueda disfrutar de todo su potencial.
Es sangrante el deterioro que sufre la visita en el bloque de la Edad Media. Todo el material de recreación audiovisual de esa zona, incluido el apartado dedicado a la Lonja, que al fin y al cabo es el único edificio de la ciudad que posteriormente ha sido reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, está «Fuera de servicio. Disculpen las molestias».
En la mediateca, donde pueden consultarse textos relacionados con la historia valenciana y con sus personajes ilustres, también permanece inutilizado un monitor.
«La mitad de los audiovisuales están estropeados», se advierte a los visitantes cuando se entra al Museo de Historia de Valencia, se supone que con el fin de que la desagradable sorpresa se quede en simple decepción que, no obstante, ha supuesto que en la hoja de reclamaciones que el recinto pone a disposición de los usuarios aparezcan un buen número de quejas por la mutilación audiovisual de los 2.148 años de historia de la capital del Turia.
«Llevamos arrastrando averías una temporada y estamos a la espera de las reposiciones. La visita al museo se queda muy mermada, porque está al 10% de su capacidad de funcionamiento», señalaron fuentes del Museo de Historia, quienes aseguraron que el Ayuntamiento tiene conocimiento del estropicio y que incluso hay una estimación de lo que cuesta la reparación que, sin embargo, no llega. Disculpen las molestias.
El 4 de mayo de 2001, cuando la comisión de gobierno consistorial aprobó el pliego de condiciones para el proyecto, la entonces concejala de Cultura, María José Alcón, atribuyó el elevado coste del museo a «la alta tecnología y los elementos audiovisuales; queremos crear un museo moderno para que el público pueda ver con toda comodidad los valiosos fondos municipales».
Nueve años y un día después de que arrancase el proyecto museístico, de las 12 recreaciones históricas grabadas, la joya de los fondos expositivos (por su carácter innovador) del museo, la mitad están «Fuera de servicio. Disculpen las molestias», según rezan los múltiples carteles de papel que tapan las pantallas táctiles a través de las cuales se debería de acceder a los contenidos audiovisuales.
Cuando en julio de 2002 se aprobó una partida presupuestaria de 4,7 millones de euros para dotar al museo de contenidos, Javier Martí, entonces responsable técnico de la empresa General de Producciones y Diseños, encargada de diseñar los fondos museísticos del recinto, señaló que la instalación era «una composición pionera, en la que se conjugan muchos factores expositivos», unos factores reducidos ahora a la mitad. Se trata de una merma que el museo arrastra desde hace mucho tiempo. Demasiado.
«Las cuatro primeras proyecciones del itinerario no funcionan desde hace cerca de un año, mientras que el resto de los contenidos inutilizados permanecen averiados desde hace, al menos, seis meses», según fuentes del Museo de Historia de Valencia.
A dos semanas de que se celebre el Día Internacional del Museo sería ya hora de poner a punto unas instalaciones que ayer eran visitadas por decenas de escolares que, uniformadas, deambulaban de sala en sala estropeada, mientras los profesores intentaban suplir con labia de educador esa falta de los modernos medios audiovisuales que deberían poder utilizarse.
La exposición permanente está dedicada a la historia de Valencia, dividida en ocho periodos o bloques. En cada uno de ellos hay expuesta una colección de objetos, documentos y obras de arte representativa de su época.
En el espacio central de cada bloque hay dos escenarios que recrean espacios históricos de la ciudad y en los que se proyectan escenas cotidianas referentes a cada época. La desidia, o la falta de ejecución presupuestaria, a la hora de reparar las instalaciones impide ver gran parte de esas escenas. Se trata de una serie de vídeos grabados por 52 actores y cerca de un centenar de figurantes en lugares emblemáticos como la Lonja, el palacio de los Mercader o la popular Casa Montaña, con diálogos entre los personajes que el visitante puede oír en castellano, valenciano, inglés o francés.
Una pena, porque en el suelo del museo se podrían comer sopas de lo limpio que está, que hasta las consignas huelen a madera recién lustrada. Una pena, porque el visitante se queda sin ver la mayoría de las recreaciones, como las que aluden a la villa visigoda (año 642), el obrador medieval (1316-1413), la plaza del mercado (1519-1573), la fábrica (1901), la película sobre Valencia a principios de siglo y la evolución de la ciudad a través de una 'máquina del tiempo' tan espectacular por su concepto innovador como achatarrada.
Folio y celo
En lugar del pertinente material audiovisual, durante el itinerario se repite una y otra vez, en casi una decena de ocasiones, el dichoso folio pegado con celo con el deprimente mensaje: «Fuera de servicio. Disculpen las molestias»
Y no son pocos los ciudadanos que acuden al Museo de Historia, principalmente procedentes de colegios, atraídos por un recinto que, hasta 2003, cuando se inauguró, se echaba en falta dentro de la oferta cultural valenciana. Una pena que ahora se disponga de él, acudan cerca de 50.000 personas cada año y, sin embargo, no se pueda disfrutar de todo su potencial.
Es sangrante el deterioro que sufre la visita en el bloque de la Edad Media. Todo el material de recreación audiovisual de esa zona, incluido el apartado dedicado a la Lonja, que al fin y al cabo es el único edificio de la ciudad que posteriormente ha sido reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, está «Fuera de servicio. Disculpen las molestias».
En la mediateca, donde pueden consultarse textos relacionados con la historia valenciana y con sus personajes ilustres, también permanece inutilizado un monitor.
«La mitad de los audiovisuales están estropeados», se advierte a los visitantes cuando se entra al Museo de Historia de Valencia, se supone que con el fin de que la desagradable sorpresa se quede en simple decepción que, no obstante, ha supuesto que en la hoja de reclamaciones que el recinto pone a disposición de los usuarios aparezcan un buen número de quejas por la mutilación audiovisual de los 2.148 años de historia de la capital del Turia.
«Llevamos arrastrando averías una temporada y estamos a la espera de las reposiciones. La visita al museo se queda muy mermada, porque está al 10% de su capacidad de funcionamiento», señalaron fuentes del Museo de Historia, quienes aseguraron que el Ayuntamiento tiene conocimiento del estropicio y que incluso hay una estimación de lo que cuesta la reparación que, sin embargo, no llega. Disculpen las molestias.
Fuente: Levante-Emv