Hola bloggeros,
os adjuntamos la información que nos proporciona la web del Museo de Bellas Artes de Valencia sobre la exposición del arte en las Cartujas valencianas que inaugura hoy miércoles el museo.
Os recomendamos que os acerquéis a verla porque se han traído piezas muy interesantes de Francisco Ribalta, Alonso Cano y Jerónimo Jacinto de Espinosa entre otros autores.
Un saludo.
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Del 3/3/2010 al 23/05/2010
MUSEO DE BELLAS ARTES
Comisario: Víctor Mínguez y Vicent Zuriaga
Patrocinadores: Generalitat Valenciana. Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana
MUSEO DE BELLAS ARTES
Comisario: Víctor Mínguez y Vicent Zuriaga
Patrocinadores: Generalitat Valenciana. Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana
A finales del siglo XI, en una Europa que conoce el surgimiento de las cruzadas, el conflicto de las Investiduras, el apogeo de la Orden de Cluny y el nacimiento del Císter, aparece la figura de un nuevo reformador religioso, Bruno de Hartenfaust, nacido en Colonia en el año 1027, que propone un camino espiritual alternativo a la riqueza y el lujo cluniacense. Esta nueva manera de entender el monacato se materializará en la primera cartuja, ubicada en el año 1084 en un valle alpino próximo a Grenoble, y se caracterizará por un planteamiento de vida radical: retiro, pobreza, oración y silencio.
La orden de la Cartuja llega al Reino de Valencia el año 1272, formando parte del plan del rey Jaime I de recristianización del territorio. Durante los cuatro siglos siguientes, y coincidiendo con el apogeo de la Orden en la península, se fundan en el reino valenciano hasta cinco cartujas, Porta Coeli, Valldecrist, La Anunciata, Ara Christi y Via Coeli. El esplendor cartujano se alcanzó en el siglo XVI, cuando llegó a contar en Europa con ciento noventa y ocho monasterios masculinos y seis femeninos, alcanzando la cifra de cinco mil seiscientos integrantes.
De las cinco cartujas valencianas, tres perduraron a través de los siglos "Porta Coeli, Valldecrist y Ara Christi", convertidas en una referencia de la espiritualidad monástica valenciana. Porta Coeli pervive actualmente como cartuja, pero Ara Christi y Valldecrist sufrieron los efectos de la desamortización, el expolio y el abandono: su legado artístico mueble fue dispersado y sus edificios convertidos en ruinas. Todavía en 1960 nacerá en el norte de la provincia de Castellón la única cartuja femenina hispana, Santa María de Benifassà, aprovechando un monasterio cisterciense en ruinas.
La exposición Memoria y arte del espíritu cartujano: las cartujas valencianas reúne por primera vez documentos y objetos artísticos de las tres grandes cartujas valencianas, y los pone en relación con otros procedentes de otras cartujas peninsulares. A través de un itinerario que comprende diversas secciones temáticas visualizamos la fundación de la Orden, su llegada al Reino de Valencia, el período medieval, la apoteosis barroca y las aportaciones artísticas de todas las épocas, permitiendo valorar adecuadamente la impresionante herencia cultural y espiritual de una orden monástica medieval cuya regla original permanece hoy en día inalterable, tal como fue concebida hace nueve siglos.
La orden de la Cartuja llega al Reino de Valencia el año 1272, formando parte del plan del rey Jaime I de recristianización del territorio. Durante los cuatro siglos siguientes, y coincidiendo con el apogeo de la Orden en la península, se fundan en el reino valenciano hasta cinco cartujas, Porta Coeli, Valldecrist, La Anunciata, Ara Christi y Via Coeli. El esplendor cartujano se alcanzó en el siglo XVI, cuando llegó a contar en Europa con ciento noventa y ocho monasterios masculinos y seis femeninos, alcanzando la cifra de cinco mil seiscientos integrantes.
De las cinco cartujas valencianas, tres perduraron a través de los siglos "Porta Coeli, Valldecrist y Ara Christi", convertidas en una referencia de la espiritualidad monástica valenciana. Porta Coeli pervive actualmente como cartuja, pero Ara Christi y Valldecrist sufrieron los efectos de la desamortización, el expolio y el abandono: su legado artístico mueble fue dispersado y sus edificios convertidos en ruinas. Todavía en 1960 nacerá en el norte de la provincia de Castellón la única cartuja femenina hispana, Santa María de Benifassà, aprovechando un monasterio cisterciense en ruinas.
La exposición Memoria y arte del espíritu cartujano: las cartujas valencianas reúne por primera vez documentos y objetos artísticos de las tres grandes cartujas valencianas, y los pone en relación con otros procedentes de otras cartujas peninsulares. A través de un itinerario que comprende diversas secciones temáticas visualizamos la fundación de la Orden, su llegada al Reino de Valencia, el período medieval, la apoteosis barroca y las aportaciones artísticas de todas las épocas, permitiendo valorar adecuadamente la impresionante herencia cultural y espiritual de una orden monástica medieval cuya regla original permanece hoy en día inalterable, tal como fue concebida hace nueve siglos.
El Museo de Bellas Artes de Valencia ha cedido en préstamo para la ocasión tres obras del pintor Francisco Ribalta:Virgen de Porta Coeli (óleo sobre lienzo, 240 x 172 cm, Nº Inv. 4154), San Juan Bautista (óleo sobre lienzo, 188 x 110 cm, Nº Inv. 466), y San Bruno (lápiz, pluma y aguada sepia sobre papel verjurado amarillento, 320 x 200 mm, Nº Inv. 1640); dos pinturas de Ginés Díaz: el Retrato de fray Juan Nea (óleo sobre lienzo, 182,1 x 100,5 cm, Nº Inv. 3503) y el Retrato de Francisco Maresme (óleo sobre lienzo, 182 x 100,2 cm, Nº Inv. 3266); un Cristo crucificado (óleo sobre lienzo, 171,5 x 113,1 cm, Nº Inv. 3474) de Alonso Cano; una pintura de Jerónimo Jacinto de Espinosa, San Bruno en oración (óleo sobre lienzo, 77 x 95 cm, Nº Inv. 69); la Virgen de la Esperanza (óleo sobre tabla, 94 x 101,7 cm, Nº Inv. 193) de Juan Sariñena; y una Dolorosa (óleo sobre lienzo, 157 x 110 cm, Nº Inv. 369) de José Camarón.
Fuente: Museo de Bellas Artes de Valencia
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