Buenas tardes,
El antiguo Mercado de Abastos, obra del arquitecto valenciano Javier Goerlich Lleó, se encuentra lleno de pintadas, sucio y completamente abandonado y descuidado en la parte recayente a la calle del pintor Navarro Llorens. Su mantenimiento y limpieza regular deja mucho que desear, a tenor de lo que hemos podido ver esta misma tarde.
Este BRL, construido entre 1939 y 1948, presenta un gran número de pintadas delictivas en buena parte de sus muros interiores y exteriores, que se mezclan con el parcheo multicolor tan característico de las intervenciones de las brigadas municipales "Pepe Gotera y Otilio·, chapuzas a domicilio. Aquí también han usado la brocha, el rodillo y la pintura plástica para tapar los grafitis, en lugar de eliminarlos, bajo las órdenes de algún irresponsable municipal que sigue escondido y sin dar la cara. Actuaciones negligentes e irrespetuosas con el patrimonio cultural valenciano que pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos.
A pesar del tiempo transcurrido, de los errores de los que se debería aprender, etc. la gestión de nuestro patrimonio cultural sigue siendo nefasta y continúa estando en manos de auténticos incompetentes que son incapaces de coordinarse y de hacer las cosas bien, con profesionalidad. Abunda la mala praxis y lo peor y más preocupante es que va a más.
No hay día en que no veamos una chapuza o un parcheado en los bienes culturales integrantes del Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Valencia. No pasa una semana en la que los delincuentes pintamonas dejen sus garabatos en los muros de nuestro patrimonio cultural.
El actual equipo de gobierno se ha visto superado y desbordado por una situación que pretenden detener solo con educación y con concienciación, o a través de la campaña #RespectaValència, que consiste en colocar MUPIS por la ciudad y poner mensajes edulcorados en RRSS. Una campaña que es desde hace tiempo uno de los grandes fracasos y fiascos de esta legislatura.
Insistimos en que falta una mayor contundencia contra estos delincuentes. Las administraciones públicas valencianas deberían redoblar sus esfuerzos para identificar a los responsables de los delitos penales que se están cometiendo contra el patrimonio, para sentarlos delante de un juez y para que paguen de su bolsillo los daños ocasionados. Este buenismo y esta permisividad no van traer nada bueno a nuestro patrimonio cultural, como venimos viendo desde hace años.
Un saludo...