Continuando con la noticia publicada el jueves pasado en la versión digital del Levante-Emv y que en su día publicamos en este blog, volvemos a las andadas y hacemos hincapié en la necesidad urgente de tomar medidas para evitar el deterioro del patrimonio pictórico del Museo de Bellas Artes.
A fecha de hoy son varias las piezas que están resultado afectadas y que se encuentran ubicadas en la misma zona del retablo de San Jerónimo de Cotanda. Las grietas halladas ponen en serio riesgo la conservación de estas tablas puesto que se han encontrado restos de pigmentos sobre el marco inferior de una de las piezas.
Esperemos que la Administración pública actúe con rapidez para no tener que lamentarlo después.
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Dos salas más del museo de Bellas Artes de Valencia, San Pío V, que albergan una parte de la colección permanente del centro también dan señales de tener varias de sus tablas agrietadas e incluso en algunas de ellas no sólo puede que hayan caído los estucos, como así reconoció la Generalitat hace unos días, sino que se habrían producido ya desprendimientos de pigmentos.
Dos salas más del museo de Bellas Artes de Valencia, San Pío V, que albergan una parte de la colección permanente del centro también dan señales de tener varias de sus tablas agrietadas e incluso en algunas de ellas no sólo puede que hayan caído los estucos, como así reconoció la Generalitat hace unos días, sino que se habrían producido ya desprendimientos de pigmentos.
Las salas afectadas están situadas justo al lado de donde se encuentra el Retablo de San Jerónimo de Cotalba. Esta fue la primera de las obras que desató la alarma sobre las condiciones de conservación que tiene el centro a consecuencia del deterioro de su sistema de climatización.
En este segundo caso-otras obras repartidas por la sala de los primitivos comienzan a presentar también algunas dudas-la situación de su estado es más que evidente. Incluso en una de ellas, la que sin duda muestra el mayor número de grietas y sorprende por su llamativa situación, se podía descubrir ayer sobre su marco restos de pintura que bien parece hayan podido desprenderse de la tabla.
Concretamente, se trata de la obra titulada Aparición de la Virgen a Santo Domingo y está atribuida a un discípulo de Joanesco de Montesa. En la zona central de esta obra se pueden contabilizar hasta cinco desplazamientos y alguna zona incluso vacía, pero en su marco ayer era posible detectar lo que parecían restos de pigmentos, lo que evidenciaría que las piezas estarían sufriendo quizás más de lo inicialmente estimado y que las condiciones de humedad y temperatura no serían las "permisibles", como así afirmó la Conselleria de Cultura la pasada semana en una nota oficial. En esta misma nota se afirmaba que los parámetros de temperatura y humedad de las salas del centro se habían cumplido tal como marca la legalidad y que era "absolutamente descartable que obra alguna" se hubiera visto afectada. La nota atribuía estas manifestaciones al propio director del museo San Pío V, Fernando Benito.
El museo de Bellas Artes es de titularidad estatal aunque su gestión se encuentre transferida a la Generalitat Valenciana. Es más, Cultura, tal como informaba ayer Levante-EMV, admitía conocer desde febrero que una de las máquinas del sistema de climatización no funcionaba correctamente y que debía ser sustituida. Tres meses después y sin el problema subsanado, con el aumento del calor y el descenso de la humedad, los efectos serían los ahora visibles, como advirtieron los expertos consultados por este diario. De hecho, el retablo El Juicio Final con San Miguel del Maestro de Artés se encuentra en la actualidad protegido con un buen número de pequeños papeles con cola con los que se intenta evitar que la pintura pueda saltar.
Dentro de esta nueva sala que también parece estar afectada hay otras obras que muestran señales y en algunos casos grietas como por ejemplo Muerte de San Jerónimo, Santiago, el mayor y San Pedro, de Vicente Requena; San Vicente Mártir y San Vicente Ferrer, de Miquel Joan Porta; Pentecostés de Nicolás Borrás, así como media docena de otras obras atribuidas a Sariñena o al propio Vicente Requena.Se da la circunstancia de que todas las obras que muestran algún deterioro son óleos sobre madera. Su fecha de datación correspondería en la mayoría de los casos al siglo XVI.
La titularidad de la mayoría de estas obras corresponden al Ministerio de Cultura o a la Academia de Bellas Artes de San Carlos cuya colección está depositada en el Museo de Bellas Artes de Valencia.
Fuente: Levante-Emv