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miércoles

Lo mejor y lo peor de las Fallas 2024

Buenos días,

Después de la tormenta y de la tempestad siempre llega la calma, que es el momento perfecto para reflexionar y poder compartir con vosotros lo que hemos vivido durante estas Fallas de 2024.

Ha habido cosas buenas, mejorando notablemente algunos aspectos que veníamos denunciando desde hace años, pero también ha habido cosas malas, errores que se han repetido y que tendrían que haberse solucionado hace años y descoordinación entre algunos servicios patrimoniales.

Queremos empezar por la parte positiva. Y por eso vamos a señalar algunas de las cosas que se han hecho bien. En primer lugar y relacionado con el expediente de queja que tenemos abierto desde 2018 con el Síndic de Greuges, cabe señalar que se han solucionado una parte importante de los problemas que señalamos, en repetidas ocasiones, en 2018, 2019, 2021, 2022 y 2023. 

a) La churrería que se colocaba pegada a la fachada lateral del convento de San José y Santa Teresa (BRL), ha sido finalmente reubicada en otro punto, lejos del bien.

b) La churrería que se colocaba justo delante de la Casa de los Dragones (BRL), también ha sido reubicada, fuera del área de protección libre de ocupación del bien. 

c) La fuente situada en la plaza de Correo Viejo ha sido protegida con una estructura de madera, aunque seguimos pensando que no es lugar para montar la barra de un bar para celebrar allí un tardeo/verbena, etc.

d) Los puestos de venta de comida que se situaban pegados a la fachada principal de la iglesia de San Valero y San Vicente Mártir (BRL), en Russafa, también han sido apartados. Cabe mejorar la situación de los que se colocan en las fachadas laterales y traseras.

e) No se ha permitido instalar un espacio para cocinar y acumular trastos en la fachada y arcosolios de la iglesia de Santa Catalina Mártir (BIC). Pero esto no ha evitado que la gente los llene de vómitos, vasos, platos, latas y que lo hayan manchado todo.

Por ello, cabe felicitar al actual equipo de gobierno, que ha solucionado una serie de problemas que ha permanecido enquistados durante años porque el anterior equipo de gobierno, con cinco recomendaciones del Síndic, fue completamente incapaz de solucionarlos. Al final, no era tan difícil buscar alternativas en la ubicación de estos puestos. Sólo hacía falta voluntad y ganas.

Y yendo a la parte negativa, vamos a señalar algunos puntos que tendrían que solucionarse de cara al 2025, máxime cuando estos están más que identificados y se siguen repitiendo en el tiempo:

a) Sigue habiendo descoordinación entre los diferentes servicios municipales. Principalmente a la hora de colocar contenedores e instalar baños químicos pegados a las fachadas de bienes protegidos. Sea en los pretiles del río Turia, en los Jardines del Real-Viveros, en el Teatro Escalante, o en los Palacios de los Exarchs, por ejemplo. No se pueden dar autorizaciones sin revisar primero el PEP de Ciutat Vella y las fichas del Catálogos de los Bienes y Espacios Protegidos de la ciudad de Valencia. Recordamos además, que la función in vigilando e inspectora corresponde, en primer lugar, a las administraciones públicas y no a los vecinos y asociaciones. Los ciudadanos podemos colaborar, pero no puede recaer todo el peso única y exclusivamente sobre nosotros.

b) Los orines en los monumentos protegidos han vuelto a ser una auténtica pesadilla. Esto ha obligado a tener que vallar algunos de estos BIC. 

- La Lonja de los Mercaderes, por ejemplo, se valló demasiado tarde. Además, en 2025 se debería buscar un mejor vallado que impida que el mismo sea apartado, como ocurrió en la calle Pere Compte. 

- Les Covetes de Sant Joan y el Portal dels Serrans, sin embargo, han sido vallados por primera vez y parece que ha funcionado. Aún así han quedado muchos espacios desprotegidos y expuestos a los incívicos: el campanario de San Bartolomé, las escaleras del Mercat Central y las dos Llotgetas, los arcosolios de la iglesia de Santa Catalina, el Almudín, las fuentes y esculturas históricas, el Portal de Quart y el de la Valldigna, etc. 

- Además, el Ayuntamiento de Valencia debería coordinarse con el Arzobispado para que este proteja las puertas de las principales parroquias de la ciudad, tal y como se ha hecho con la de San Nicolás o con la de los Santos Juanes. Iglesias como la de Santa Catalina, la de San Martín, la de San Esteban, la de San Juan de la Cruz, la del Carmen (de la Santísima Cruz), etc. deberían seguir este ejemplo.

c) No se deben autorizar ni tardeos, ni verbenas, ni otras fórmulas en espacios patrimoniales y monumentales como la zona de la Lonja de los Mercaderes, la iglesia de los Santos Juanes y el Mercat Central. Ya no se celebran en la plaça del Mercat, pero tampoco se deberían realizar en la plaza Ciudad de Brujas. El efecto llamada provoca que hordas de personas acudan a este lugar. Y no hay ni espacio, ni lugar para colocar los suficientes baños químicos. Al final, terminan orinando en los edificios protegidos del entorno.

d) Además de la educación, que se debe venir con ella de casa, sigue haciendo falta más contundencia, sanciones contra los incívicos y menos permisividad. Más allá de la tasa turística que tanto se viene reclamando, se debería promover una "Multa turística", destinada a aquellos incívicos que se pasan por el Arco de Triunfo las normas básicas de convivencia y respeto. 

e) El Bando Fallero no puede quedarse, única y exclusivamente, en una serie de recomendaciones que nadie cumple y que nadie hace cumplir. La Mesa de Diálogo debe contar con más agentes, incluyendo a personas, asociaciones y colectivos relacionados con el patrimonio cultural. En todos estos años NUNCA se ha convocado, por ejemplo, a nuestra asociación, máxime cuando somos los promotores de las denuncias que afectan al patrimonio y quienes tenemos que acudir al Síndic de Greuges para obtener respuesta y solución a los problemas planteados.

f) El alto impacto visual en los entornos monumentales de las churrerías y puestos de venta de alcohol y comida. Se debe respetar el Plan Especial de Protección de Ciutat Vella y del resto de barrios que lo tienen aprobado. Si a los negocios y locales se les exige su cumplimiento los 365 días del año, no se puede ser tan permisivo durante estos días. Estos puestos deben estar perfectamente integrados y ser respetuosos con el entorno en el que se encuentran.

No queremos terminar este post sin dar las gracias al actual concejal de Patrimonio, José Luís Moreno Maicas, quien en todo momento ha estado en contacto con nuestra asociación y ha atendido, de manera rápida y eficaz, los problemas que le hemos planteado, tales como la necesidad de vallar les Covetes de Sant Joan o de la propia Lonja. Por ejemplo, a los diez minutos de comunicarle que alguien había desplazado las vallas de la Lonja, en la fachada recayente a la calle Pere Compte, estas habían sido colocadas de nuevo en su sitio.

Las comparaciones siempre son odiosas, pero la diferencia en el trato y en la atención con su nefasta antecesora, no tienen ni punto de comparación.

Esperamos más avances significativos de cara a las Fallas de 2025. Y también esperamos que el actual equipo de gobierno sepa escuchar a aquellas personas y colectivos que llevamos años denunciando estos abusos, irregularidades y problemas que, con voluntad y ganas, podrían ser solucionados de una vez por todas el próximo año.

Un saludo...

El texto y las imágenes son propiedad de Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, no permitiéndose su reproducción total o parcial sin citar las fuentes y a los autores originales al estar bajo licencia Creative Commons 3.0. Nuestra entidad no tiene ánimo de lucro, pero exige un mínimo de respeto y comportamiento ético y profesional a los medios de comunicación, partidos políticos, asociaciones cívicas, fundaciones… a la hora de apropiarse de nuestro trabajo y esfuerzo de años.

domingo

Fallas 2024: decrecer para ser sostenibles y respetuosas con la ciudad

Buenos días,

El modelo actual de la fiesta al que hemos llegado es INSOSTENIBLE y está muy alejado de los valores que deberían tener las Fallas, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2016, además de que en estos momentos nuestra ciudad ostenta la Capitalidad Verde Europea 2024.

Hace años que nuestra fiesta más internacional se "Sanferminizó" hasta tal punto que el alcohol, los orines, los vómitos, el ruido, la basura y los residuos se han adueñado de la misma, del Centro Histórico, de sus calles, de los entornos monumentales y de algunos barrios como Russafa. Un problema que se ha extendido como una mancha de aceite por toda la ciudad, sin que las administraciones públicas valencianas hayan encontrado la manera de revertirlo.

Ante tal tsunami de personas que recorren la ciudad, es habitual ver a gente con la cerveza y el mojito en la mano, sentados en las escaleras de edificios protegidos, como el Mercat Central, comiendo y bebiendo. Pero el problema no radica sólo en permitir que se coma y en beba en un monumento protegido, sino en lo que pasa a continuación. Una parte importante de esas mismas personas terminan dejando sus vasos, platos y basura en los escalones, en las repisas, en los alféizares y puertas de los monumentos más relevantes de Valencia. Derraman sus líquidos y el contenido de sus platos en suelos y paredes. Se marchan dejando su basura allí, cuando cerca tienen una papelera o un contenedor.

Ayer mismo, por la tarde, había varios operarios de la SAV recogiendo todo lo que la gente tiraba al suelo en la plaça del Mercat. Estuvimos una hora allí y no pararon ni un minuto. Iban de punta a punta barriendo y limpiando la suciedad de los incívicos y maleducados que no tienen ni un mínimo de respeto por el trabajo y el esfuerzo que están realizando estos trabajadores.

También podríamos hablar largo y tendido de la falta de educación, civismo, respeto y consideración por parte de estos maleducados insolidarios, ya no sólo por los vecinos que sufren los daños colaterales de esta estampida humana, sino también por nuestros monumentos y edificios protegidos y por todo el conjunto de la ciudad. Una cuestión que ya tratamos en 2018, 2019, 2021, 2022 y 2023 y que se sigue repitiendo, año tras año.

Por poner sólo algunos ejemplos de lo que presenciamos ayer mismo, podemos destacar los orines en el Portal de la Valldigna, en la calle Salinas y en el Portal de Quart; los vómitos en el Mercat Central; las latas, vasos y platos de comida tirados en las escaleras y en la fachada principal del Mercat Central, en los arcosolios de la iglesia de Santa Catalina Mártir o en el alféizares de la Lonja de los Mercaderes.

Y en la Lonja, además, a alguien se le ocurrió la brillante idea de apartar las vallas de la calle Pere Compte, pegándolas a la fachada del edificio. Por lo visto, molestaban para la terraza y para el paso de las personas. Esto permitió que la gente dejará en las ventanas sus latas y vasos de plástico. Todo un ejemplo de civismo urbano.

Es sólo el primer día de los tres restantes de una fiesta que se ha descontrolado y que se nos ha ido completamente de las manos. Y es momento de plantarse, de reflexionar y de abrir un melón que parece que nadie quiere abrir: DECRECER. Las Fallas no pueden seguir creciendo y expandiéndose de la manera que hoy lo están haciendo, pues son INSOSTENIBLES. La ciudad debe buscar el equilibrio entre la sostenibilidad y el respeto para no morir de éxito. No vamos por el buen camino y debemos ser plenamente conscientes de ello.

Un saludo...

El texto y las imágenes son propiedad de Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, no permitiéndose su reproducción total o parcial sin citar las fuentes y a los autores originales al estar bajo licencia Creative Commons 3.0. Nuestra entidad no tiene ánimo de lucro, pero exige un mínimo de respeto y comportamiento ético y profesional a los medios de comunicación, partidos políticos, asociaciones cívicas, fundaciones… a la hora de apropiarse de nuestro trabajo y esfuerzo de años.