Buenas tardes blogger@s,
transparentes lo que se dicen transparentes no son. Para que nos vamos a engañar.
Por más encuestas precocinadas, participación ciudadana, transparencia y acceso a la información y otras milongas infumables, la verdad es la verdad, lo diga Agamenón o su porquero.
Todos y cada uno de los expedientes que abrimos, las respuestas y soluciones reales que exigimos ante los problemas del patrimonio cultural valenciano, la documentación que solicitamos o el acceso y copia de la misma, terminan de la misma manera. Todo se nos niega una y otra vez, dilatando y estirando los expedientes más que el kilométrico chicle Boomer.
Se nos sigue respondiendo con el inadmisible y despreciable silencio administrativo. Se aceptan recomendaciones del Síndic de Greuges una y mil veces, para continuar incumpliéndolas y, por lo tanto, menospreciando la labor de esta institución. Hay que pedir las mismas cosas decenas de veces para que terminen contestándote cosas que nada tienen que ver con la petición original, dedicándose las administraciones públicas a irse por los cerros de Úbeda para no tener que atender con sus obligaciones legales.
Estamos delante de una administración que entró en modo bucle hace muchos años, con unos responsables políticos incapaces de meter en cintura a ciertos técnicos y funcionarios que están haciendo una gran labor de zapa en los cimientos del tripartito y que tendrá como resultado el hundimiento catastrófico de quienes dicen abanderar la izquierda pero que, en realidad, son meras marionetas incompetentes en manos de las personas que realmente dirigen el cotarro.
Este es el fiel reflejo que os podemos contar desde la experiencia de quienes, día a día, llueva o haga sol y esté quién esté al frente de estas administraciones públicas, velan por su patrimonio cultural usando para ello las herramientas legales de las que se disponen, amén de muchas horas de trabajo y de pisar la calle para saber cómo se encuentra realmente nuestro patrimonio cultural.
Un saludo...
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