Buenos días blogger@s,
la alquería de Falcó, de titularidad municipal desde el 21 de junio de 2017, sigue completamente abandonada, a pesar de que en la aceptación de la tercera recomendación emitida por el Síndic de Greuges en abril de 2018, se nos aseguró que se iniciaban los trámites para el análisis y el estudio previo a una intervención de mantenimiento y reducción del deterioro a lo largo del 2018. Ya estamos en 2019 y nada de nada.
A todo ello hay que sumar las pintadas que inundan los muros exteriores de un bien catalogado como BRL. Una agresión que supone un delito contra el patrimonio cultural tipificado en el Código Penal. El propio estado de degradación, abandono y suciedad de la alquería llama, además, a que otros delincuentes sigan usando las paredes del bien como lienzo para pintarrajear y ensuciar.
Desde nuestra asociación llevamos insistiendo desde febrero de 2013, hace casi seis años, de la necesidad de una intervención con carácter de urgencia, tomando para ello las medidas precautorias necesarias, evitando, asimismo, las presentes y futuras ocupaciones de la alquería, que ponen en riesgo la integridad del edificio debido a los numerosos incendios que ha sufrido en los últimos lustros de desidia y abandono. También hemos solicitado por activa y por pasiva que destinen cuanto antes las partidas presupuestarias precisas y necesarias para rehabilitar el bien y ponerlo a disposición de los vecinos de Torrefiel, teniendo en cuenta las necesidades actuales del barrio.
Volvemos a recordar que, bajo nuestro punto de vista y para estos casos, una buena fórmula para la recuperación del patrimonio valenciano sería la de los Talleres de Empleo, Escuelas Taller y Casas de Oficio puesto que, además de intervenir directamente sobre el BRL, se enseñan oficios y artesanías tradicionales a jóvenes desempleados del barrio. Esa es y debe ser también la función primordial del patrimonio cultural valenciano, cuya recuperación y puesta en valor debe revertir directamente sobre los ciudadanos, generando ese vínculo social, económico y afectivo tan necesario para el posterior reconocimiento, identificación como algo propio y por lo tanto respeto de nuestro bienes culturales.
Mientras siguen pasando los meses y los años, procedemos a reabrir el expediente con el Síndic de Greuges para que el Ayuntamiento de Valencia cumpla con las numerosas recomendaciones que ha aceptado, pero que sigue sin cumplir íntegramente a pocos meses de la finalización de la presente legislatura.
Un saludo...
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